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Michelangelo Buonarroti nació hace 550 años, el 6 de marzo de 1475, en Caprese, en la provincia de Arezzo. Genio longevo, vivió casi 89 años, ... exhalando su último aliento en Roma, el 18 de febrero de 1564.
Como explicara Giorgio Vasari, Michelangelo era perfeccionista. En 1518 quemó casi todos sus bocetos, y, antes de fallecer, pidió que eliminaran todos los inacabados por considerarlos deficientes. Sin embargo, su sobrino Leonardo recopiló los de Florencia y los de Roma y los cedió a Cósimo I de Medici. Actualmente, en la Casa Museo Buonarroti de Florencia se conservan seiscientos de esos bocetos. Destacamos uno del reverso de una carta fechada el 18 de marzo de 1518, cuando Michelangelo realizaba la fachada de la Basílica de San Lorenzo de Florencia, por encargo del Papa León X. Era un viernes de cuaresma del calendario juliano, ya que hasta octubre de 1582 no se instauró el calendario gregoriano. En 1518, el domingo de resurrección fue el 10 de abril.
Ese boceto sería una lista de la compra para su sirviente, probablemente analfabeto. A la izquierda escribió lo que debía comprar y, a la derecha, garabateó los bosquejos. Michelangelo encargó menús aparentemente sencillos de pan, pescado, verduras y vino, sin incluir carne, respetando la abstinencia cuaresmal. Y es que, aunque Michelangelo criticaba a la Iglesia, fue franciscano de la Tercera Orden y católico practicante de comunión diaria, dando muestras de profunda espiritualidad, cuya fe, al tiempo que se obsesionaba con la muerte, creció sobre todo al final de su vida, como constató en el 'Juicio Final', finalizado en 1641.
Michelangelo fue piadoso y sobrio, pero al gozar de excelente posición económica podía permitirse requerir ingredientes exquisitos y costosos como los panes, pequeños y redondos, tortelli aplanados, tres clases de pescado: arenque, anchoa y salama (pescado en salazón), espinacas, sopa de hinojo y dos tipos de vino. En aquella época, estas vituallas solo las podían disfrutar ciudadanos acaudalados, ya que los pescados serían importado y las dos clases de vino, presumiblemente de calidad, y esas verduras, aunque de temporada, eran sofisticadas. Sorprenderá la ausencia de queso, pero era, entonces, un alimento sencillo y económico solo para las clases modestas.
El documento describe tres menús. El primero, una ración para una persona, incluye dos panes, tortelli, un arenque y vino tinto. El segundo menú, para dos personas, incorpora cuatro panes, tortelli, anchoas más pescado en salazón, espinacas y dos tipos de vinos, una jarra de vino con cuerpo y un cuarto de vino seco. En el tercer menú, para varios comensales, a seis panes añadió el plato de espinacas, cuatro anchoas y dos tazas de sopa de hinojo más vino, porque en aquel tiempo creían que mezclar hinojo con vino despertaba el vigor juvenil.
Michelangelo gustaba de la buena mesa y, no en vano, fue en Florencia dónde su coetáneo Bartolomeo Scappi (1500-1577) desarrolló la técnica gastronómica renacentista, esencia del refinamiento y de la cultura, culminada en la 'Opera di M. Bartolomeo Scappi, cuoco secreto di Papa Pio V' (1570).
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