Borrar

Café por la mañana, a media mañana, después de comer, a media tarde o café por la noche. Mi padre lo prefería cargado, negro y ... amargo y, también, después de cenar. El café tiene un ejército de apasionados, no solo por necesidad o adicción, sino por el placer de olerlo y degustarlo. Solo pensarlo, evoca recuerdos y emociones. Aunque la producción de café está en peligro por el calentamiento global, actualmente, cada día, se consumen unos 3.000 millones de tazas y, si se asegura su sostenibilidad, tanto del cultivo como de las condiciones de vida de las familias que lo cultivan, en 2050 serán 4.500 millones de tazas diarias.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Cafés, cafeterías y Van Gogh