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Sábado, 19 de diciembre 2020
Gustavo López. Más de un siglo ha amanecido sobre Viñas Familia Gil desde que en 1916 embotellaran su primer vino. Hoy, un siglo después, siguen cuidando con mimo las viejas viñas, materia prima fundamental para los vinos que elaboran en las 11 bodegas que forman parte del grupo repartidas en las principales regiones vinícolas de España, donde las uvas autóctonas cobran protagonismo.
Los vinos que elabora Viñas Familia Gil ofrecen la diversidad de sabores que se producen en tierras tan distantes como Jumilla y las Rías Baixas, pasando por las faldas del Montsant, Calatayud, las planicies de Almansa, La Rioja o los reinos venerados de Rueda o Castilla León. Un viaje prodigioso en el que cada copa inmortaliza a su manera cada momento. Jumilla es la matriz y la Región de Murcia su sede principal, donde se sienten profetas, queridos y respetados, algo que llevan con notable orgullo.
Mantienen una apuesta decidida por la sostenibilidad, donde cuidan el viñedo sin herbicidas ni productos fitosanitarios. Han construido la bodega más grande de Europa energéticamente sostenible, donde además los residuos se trasforman en su propio humus de lombriz o vermicompost, consiguiendo así un abono fértil, magnífico alimento natural y ecológico, que vuelve a la tierra para cuidar de las mismas plantas de Monastrell de las que proceden, cerrando así un proceso circular que elimina una gran parte del coste bio-económico y ambiental tan necesario hoy día para luchar contra el calentamiento global.
Los vinos de Bodegas Juan Gil se elaboran con uva Monastrell, una variedad autóctona de gran personalidad, de viñedos muy viejos en vaso y en altura. Se cultivan mediante procesos respetuosos con el medio ambiente en la Denominación de Origen Jumilla, a más de 700 metros de altura. El clima seco y duro, y los suelos pedregosos y calizos, le transmiten al vino todas sus virtudes.
Su vino buque insignia, el Juan Gil Etiqueta Plata 2018, se colocó en lo más alto del Certamen de Calidad de Vinos de Jumilla de este año, con medalla de oro y mención especial de su categoría y como vino ecológico. Además, ha recibido nada más y nada menos que 93 puntos Parker, calificándolo como «realmente impresionante».
Juan Gil, Honoro Vera, El Nido, Clío, Lagar da Condesa, Kentia, La Atalaya, Atteca, Can Blau, Morca, Shaya, Gota de Arena, Tridente o Rosario Vera, son marcas que ya caminan en el difícil mercado del vino con solidez, paso firme y sobre todo amparadas por la calidad y la garantía.
Viñas Familia Gil, 104 años después de su primer vino, sigue conservando en su esencia el carácter del labriego, que bendice el tacto de la arcilla el hundir sus manos en la tierra. Ahora, con la modernización de la bodega, incorporan la tecnología que les permite cumplir un riguroso control de calidad, pero el olor de la tierra les impide alejarse del lecho en penumbra de las vides y de la luz que irradia la floración. Es la fuerza del legado familiar.
Más información en: www.bodegasjuangil.com
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