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Como todo buen sábado de Región de Murcia Gastronómica, las colas se veían a las puertas del recinto ubicado en el pabellón anexo al Auditorio Víctor Villegas a primeras horas del mediodía. Un sol gustoso de los primeros días de noviembre acompañaba a los murcianos y visitantes de la ciudad que llegaban en busca de buena comida y buena bebida. Para muestra, una imagen: en la Calle de las Tapas no había nadie con las manos vacías. Las primeras cervezas de Estrella de Levante salían a raudales de las barras del stand, convertidas en un 'must' del tapeo del evento. No era hasta después de haber dado el primer sorbo cuando los asistentes empezaban una ronda de reconocimiento por los 'stands' para decidir qué sabores iban a protagonizar su comida de sábado.
Y, como los clásicos son clásicos por algo, la marinera y el jamón se perfilaban como las opciones más solicitadas de los primeros minutos del evento. Las toman tanto murcianos, cartageneros, visitantes de cualquier punto de la Región y también de fuera, porque «es la tapa obligada cada vez que visitamos Murcia», afirmaban Isa y Silvia, dos almerienses que visitaban el congreso por primera vez, como previa para el concierto de Arde Bogotá que disfrutarán esta noche:«Venimos con un amigo que vive en Murcia y, para convencernos, solo le hizo falta decirnos que veníamos a una feria gastronómica con buen ambiente y buena cerveza», sonreían ambas.
En las mesas altas distribuidas por todo el recinto había muchos de esos grupos: amigos que utilizan Región de Murcia Gastronómica como punto de encuentro para disfrutar de un plan diferente de fin de semana. Uno de esos casos es el de Noelia y Miguel Ángel, dos vecinos de la pedanía abanillera de El Cantón, que forman parte de un grupo de amigos llegados de Almería, Murcia y otras provincias. Ellos han utilizado el congreso como punto de reencuentro, lo mismo que la familia y amigos de Javier, para quienes Región de Murcia Gastronómica «se está convirtiendo en una tradición». Hace unos cinco años que lleva viniendo juntos el mismo equpo porque «cada vez lo están haciendo mejor». Los imprescindibles de su comida los tienen claros:«Sobre todo nos gusta el vino, la cerveza y, para terminar, el asiático».
Si la cerveza empezó siendo el líquido más buscado de las primeras horas, el vino se convirtió en el producto estrella posterior. Para algunos era su bien más preciado y el principal motivo por el que acudir al congreso, dada su variedad y alta representación de los vinos de la tierra. Para otros se convertía en el acompañamiento perfecto para sus tapas, con el maridaje que cada uno prefiera. Ahora bien, lo complicado parecía ser elegir su comida, aunque algunos lo tenían claro: «Lo que queremos es probarlo todo». Con esa mentalidad llegó Joaquín, acompañado de familia y amigos. Para ellos es ya habitual juntarse en el congreso todos los años para «probar vinos y algunas de las muchas elaboraciones que hay, sobre todo en Murcia». Tras pasar por la cerveza, el jamón, el queso y el primer vino, iban en busca de un arroz o chuletón y «todo lo que podemos comer y beber hasta las cinco de la tarde».
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Pero, además de grupos de amigos tampoco faltaban las amistades recién descubiertas, las de aquellos que se conocen tras coincidir en la misma mesa y terminan compartiendo toda la experiencia. Así le ha pasado a Mariano y su mujer, que, al ver que no encontraban una mesa libre, han decidido compartirla con otro matrimonio: «No nos conocíamos de nada, pero nos hemos encontrado y hemos hecho piña los cuatro», señalaban, brindando con sus copas. A primera vista parecía claro que, al menos, tenían en común el gusto por el vino y la gastronomía: «Somos repetidores porque esto es el mejor escaparate de vinos y productos que tenemos y tienen que conocer lo que somos en la huerta de Europa», declaraba Mariano. A unas mesas se repetía la escena con Rocío y su chico, que compartían mesa con otra pareja: «Los hemos conocido hace unos minutos, porque estos sitios también se aprovechan mucho para hablar con gente nueva», afirmaba con ganas de seguir la ruta gastronómica.
Sin duda, el buen ambiente fue la tónica de la jornada, repleta de comensales que ya conocían muy bien el congreso. Una de ellas fue Rosa, que se confesó todo una experta en el congreso: «Me gusta porque puedes conocer sitios de aquí y de fuera y, si te gusta, después vas a visitarlos», explicaba la mujer, que también ha asistido a los talleres en otras ocasiones. En todas sus visitas hay hueco para probar las cosas nuevas, pero también para algunos de los imprescindibles, como el café asiático y los gazpachos de Los Chispos. Porque hay cosas que en un buen tapeo no pueden faltar, como la mojama, marineras, caballitos o croquetas que estaba comiendo Mari Carmen con sus hijos y nietos. Su familia al completo es toda una habitual de la feria porque «hay que disfrutar de la gastronomía murciana». Ellos saben muy bien como hacerlo, porque, tal y como afirma su yerno, «volveremos, y mi suegra, la primera».
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