'Huevos tontos', la receta rápida y sencilla para aprovechar el pan duro

Como se suele decir, «la comida no se tira». No solo por concienciación o ahorro, sino también por el hecho de que unas simples sobras pueden ofrecer nuevas 'delicatessen'. Así es la 'cocina del aprovechamiento', un método que rompe con la teoría de que los restos de un menú tienen escaso potencial. De ahí han surgido recetas tan afamadas como las torrijas, las croquetas o la ropa vieja.

El recetario aragonés rescata una fórmula rápida, sencilla y deliciosa para dar una segunda vida al pan duro. Un alimento que cuenta con gran versatilidad para recrear aperitivos (picatostes), primeros (migas) o postres (pan de Calatrava). En esta ocasión, se trata de un plato conocido como 'huevos tontos' o 'buñuelos de pan duro'.

En primer lugar, hay que coger 250 gramos de pan sobrante y desmenuzarlo hasta que se quede en pequeñas migas. Para ello, se puede hacer con un cuchillo o recurriendo a una picadora. Posteriormente, se vierte en un bol hondo, al que se añade el ajo picado, el perejil, dos huevos (dependiendo del tipo de pan podrá echarse solo uno), 200 mililitros de leche, una pizca de sal y pimienta al gusto.

A continuación, se debe mezclar todo hasta conseguir una masa con una consistencia parecida a la de las croquetas. Llegados a este punto, hay quien aconseja dejar reposar la mezcla entre 20 y 30 minutos en el frigorífico. Transcurrido este tiempo, se saca del refrigerador y, con la ayuda de las manos o de dos cucharas, se van haciendo bolas, como si fueran albóndigas.

Paralelamente, se pone al fuego una sartén con abundante aceite de oliva y, cuando esté caliente, se colocan los 'huevos tontos'. Una vez que se doren por un lado, se les da la vuelta con una espumadera o un utensilio similar. Por último, se sacan y se posan sobre papel de cocina para que se absorba el exceso de aceite.

De este modo, se consigue un bocado jugoso por dentro y crujiente por fuera empleando como ingrediente principal un alimento que previsiblemente se hubiera tirado a la basura. Estas 'bolitas' se suelen servir de guarnición junto a pescados y verduras o para complementar platos como caldos y sopas.

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