Gastronomía sostenible, una receta para la acción climática

El cuidado y preservación del medio ambiente y la biodiversidad tiene también un componente gastronómico. La denominada 'gastronomía sostenible', que desde la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor se impulsa a través de diversos programas y actuaciones, ha evolucionado más allá de una simple tendencia; se ha convertido en un movimiento transformador que conecta el placer de poder disfrutar con la responsabilidad ambiental. «En un mundo donde el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son realidades apremiantes, cada pequeño gesto cuenta. La industria alimentaria y la cocina sostenible se erigen como un pilar fundamental para la conservación del medio ambiente», indica el consejero Juan María Vázquez.

El uso de productos más respetuosos con el medio ambiente incluye los productos locales y de temporada, lo que reduce la necesidad de transporte y, por ende, las emisiones de gases de efecto invernadero. Al optar por estos productos más locales y de esta tierra tan rica en diversidad, no solo se disminuye la huella de carbono, sino que también se apoya a los productores de la Región, fortaleciendo la economía regional.

Otro pilar de la gastronomía sostenible es la lucha contra el despilfarro alimentario o 'Desperdicio Cero', ya que la producción de alimentos implica un valioso consumo de recursos, por lo que cada gramo que se arroja al cubo de la basura de producto desperdiciado conlleva realmente un impacto gratuito sobre el medio ambiente.

Son destacables las iniciativas que ponen a disposición a los consumidores los excedentes de alimentos a un menor precio, manteniendo la calidad intacta, con lo que se consigue un doble objetivo, el objetivo medioambiental de 'Desperdicio Cero' y un objetivo social ya que permite a las familias acceder a un buen producto a un menor precio.

Además, a estas iniciativas hay que añadir el desarrollo de aplicaciones que conectan a agricultores locales con restaurantes y permiten acceder a productos frescos y de calidad, reduciendo así la necesidad de transporte y almacenamiento. Estas plataformas también fomentan la transparencia, permitiendo a los consumidores conocer el origen de sus alimentos y las prácticas de cultivo utilizadas.

Cuando un restaurante proporciona información clara sobre el origen de las materias primas con las que elabora sus platos, está construyendo un puente de confianza con sus clientes. La certeza de que los productos son frescos, locales y producidos de manera sostenible genera una experiencia de consumo más satisfactoria. Los consumidores se sienten bien al elegir un lugar que no solo satisface su paladar, sino que también respeta el medio ambiente y a los productores locales. La gastronomía sostenible pasa por trasmitir un mensaje a estos clientes sobre la importancia de elegir alimentos de origen sostenible.

Ante una sociedad cada vez más concienciada de los impactos ambientales, entre los que destacan los asociados al cambio climático, la mejora de la imagen corporativa de los negocios gastronómicos a través de prácticas sostenibles juega un papel fundamental, y no se trata solo de marca o imagen, sino de reducción de impactos y de apoyo a la verdadera sostenibilidad.

Este enfoque puede diferenciar a un restaurante o negocio alimentario en un mercado competitivo y atraer a consumidores comprometidos con el medio ambiente. «La gastronomía sostenible no solo trata de ofrecer comida deliciosa, sino también, en definitiva, de transmitir un compromiso ambiental firme», concluye el consejero de Medio Ambiente, Juan María Vázquez.

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