![Restaurante Alviento: A toda vela](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202209/16/media/cortadas/alviento-U140808634012L3E-U18070792041lnE-1248x770@La%20Verdad-LaVerdad.jpg)
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El proyecto gastronómico más ambicioso que ha abierto sus puertas en Cartagena ha dado el pistoletazo de salida con casi todos los mimbres posibles para escribir una página importante en la historia de la ciudad portuaria. Y digo casi porque, sin duda, el espacio está ... diseñado con buen gusto, la ubicación de Alviento con vistas al puerto y a un tiro de piedra del centro invita a entrar a todo el que se precie y el fichaje de Quim Gabarró al frente de las dos cocinas del complejo –la cervecería, heladería, zona de eventos y el gastronómico– es del todo acertada, aunque, como siempre, es la sala, el equipo de camareros y, sobre todo, el director de orquesta de la sala quien aún debe estar desvelando al empresario Alfonso Torres por las noches consciente de que es ahí donde quizá aún falta para alcanzar la excelencia.
A un monstruo así, solo encenderle el motor cuesta dos semanas, mucho más hacerle un rodaje que lo deje afinado como un Fórmula Uno. Teniendo esto en cuenta, yo me presento a los tres días de abrir ansioso de conocer los detalles del nuevo espacio y consciente de las posibles limitaciones. Lógicamente, hay detalles que pulir como una carta de vinos en separadores de plástico, platos de la carta aún sin estar disponibles o un servicio de camareros un tanto verdes que no se han aprendido todavía los platos –hechos normales–. Pero también salgo con la sensación de que cuando Alviento encuentre su estilo y la sala esté dominada, estoy seguro de que estaremos hablando de un referente regional.
Vaya por delante que Alviento no es un restaurante Michelin, ni lo pretende. Puede que cuando Gabarró tenga domada la nave se pruebe con un menú más gastronómico en vistas de poner la bandera de la alta cocina en el puerto, pero de momento es un restaurante de muy buena comida presentada con gusto y cocinada con maestría a un precio más que razonable con una sala con margen de mejora.
Yo pruebo una mantequilla de foie al PX, una anchoa con pan de algas y mantequilla de plancton deliciosa, una estupenda coca de escalivada (cebolla, pimiento rojo y berenjena) asada al fuego y con un sabor a brasas tan agradable que hasta le sobra el foie caramelizado. También compruebo la mano con la fritura con las verduras en tempura con salsa romescu, la cual encuentro un tanto floja de sabor y de cantidad. Magnífica encuentro la dorada a la sal sobre verduritas y sopa thai y la paletilla de cabrito con texturas de manzana a la sidra, ambas elaboraciones perfectamente ejecutadas. Para terminar, un arroz seco a la brasa de magret de pato y piparras a la brasa. Buen punto, suelto, con un sabor concentrado y la pechuga del pato, marcada simplemente y rociada con una reducción de su propio jugo, contundente.
En los postres encuentro un homenaje al asiático en forma de bizcocho rápido de café con helado de asiático, gel de licor 43 y espuma de leche, un chocolate, aceite y sal y un buñuelo de asiático con crema de avellanas y cacao fundido demasiado potente para echarlo a la boca de un bocado. En otra ocasión me quedaré a comer en la cervecería en una de las estupendas terrazas del local para probar la cocina más desenfadada de Gabarró. Y de postre, un helado.
Paseo Alfonso XII. Cartagena. Tlf. 968 08 50 00 Horario: cierra lunes. Precio: unos 60 euros por persona.
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