Informalidad nipona

Además, en Izakaya encontramos ensaladas, niguiris, uramakis, futomakis y especiales de la casa como yakisobas, pollo frito, boquerones en tempura, buñuelos japoneses con pulpo de roca, sopa miso, ramen y algunos platos fuera de carta que completan una oferta imposible de abarcar en dos visitas.

Para comerme el tartar de atún pido el favor a cocina de que me lo pongan con una yema de huevo y un poco de salsa de soja para mezclarlo todo. No tienen ventresca, pero disfruto igualmente de esta combinación para el tartar que me encontré en El Campero, en Barbate, y que siempre que puedo la pido. Es como pedir la pizza al gusto y en Izakaya, me dan en el mío y me lo traen así con un poco de cebollino y de puerro. Muy rico.

Los filetes de sashimi de atún tienen ese color que va cambiando de la parte más oscura a la más clara gradualmente. No es el corte de la ventresca, pero se acerca bastante. De hecho, excepto en la parte del lomo del atún rojo que es preferible que sea de un color bermellón intenso, las partes apagadas del atún suelen ser las que más grasa infiltrada tienen y también las más sabrosas. En este caso el corte es generoso y viene acompañado de un picante que simula al wasabi con una textura de mermelada, pero sin ser dulce. Otro tipo de raíz muy agradable.

Los niguiris de salmón vienen tal cual y sopleteados para quitarles un poco la crudeza. El arroz está muy conseguido, aunque las piezas del pescado parecen de la parte de la cola. Yo las prefiero con más grasa infiltrada.

Magnífico el uramaki de atún picante, con una buena porción de pepino en el interior que queda crujiente y que combina a la perfección con las dos salsas que lleva; mahonesa japonesa y kimchi. Buen plato.

Para terminar necesito un plato un poco más contundente. Me decanto por un arroz salteado con algunos tropezones y bien especiado. A mí me gusta comérmelo con cuchara, apretando el arroz para que quede compacto.

En definitiva, Izakaya es uno de los restaurantes a tener en cuenta en cuanto a oferta nipona por la frescura del espacio, el sabor intenso de sus platos y, sobre todo, por tener una de las mejores relaciones entre calidad y precio.