Día de San Valentín

Cinco recetas para disfrutar de una cena romántica en San Valentín

San Valentín es un día para celebrar el amor, sobre todo entre parejas. Al parecer, pues existen varias teorías, tiene su origen en el siglo III en Roma, cuando el emperador Claudio II, consideró que era más útil para el Imperio que los soldados jóvenes no tuvieran familia, por lo que decretó que no pudieran contraer matrimonio. Sin embargo, a pesar de esta norma, un sacerdote llamado Valentín casó a los jóvenes soldados a escondidas hasta que lo atraparon. Fue condenado a muerte el 14 de febrero del año 270

Los planes por excelencia para el 14 de febrero son: hacer un maratón de películas románticas, realizar alguna escapada y también es muy común hacerse algún regalo. Las citas en pareja para festejar este día son todo un clásico y disfrutar de una bonita cena a la luz de las velas es el colofón perfecto para terminar este día, por ello te proponemos un menú fácil para poder celebrar San Valentín sin necesidad de tener que salir de casa.

Las tablas de embutidos y queso se han convertido en un imprescindible en cualquier aperitivo. Su elaboración es muy sencilla, sin embargo, es importante saber como colocar todos los productos para que siga una cierta armonía.

En San Valentín podemos escoger esta opción pero añadiendo el símbolo clásico de esta celebración: los corazones. Lo más común es incluir quesos, embutidos y fiambres, basándose en el gusto de la persona que lo vaya a consumir. Además, también se puede incluir otros artículos para acompañar como encurtidos, uva, panes o mermeladas.

La siguiente receta es una piruleta con salchichas Frankfurt y huevo. El primer paso es poner la salchicha en un palo y para darle forma de corazón, puedes partirla por la mitad, de manera, vertical y moldearlo. Una vez lo tenemos, habrá que ponerlo en una sartén y poner en el centro la yema de un huevo y posteriormente añadiremos la clara en las zonas que queden libres. Cuando ambas partes estén cocinadas podrás decorarlo con tus especias o salsas favoritas.

La pizza es una de las opciones estrella cuando trata de hacer una cena en casa. Para ello, podrás, realizar la masa de manera casera o comprarla ya elaborada en cualquier supermercado. Con un cortador con forma de corazón podrás ir haciendo la forma y una vez lo tengas todo listo solo tendrás que rellenarlo con los ingredientes que más te gusten. También, en lugar de cortar pequeños trozos, puedes hacer la pizza, con un tamaño normal.

Para darle el toque dulce a la noche nada mejor que terminar con un postre. Es cierto que la opción más tradicional son las fresas con nata y chocolate, sin embargo, el mundo de la repostería cuenta con un gran número de recetas perfectas para esta ocasión.

Para elaborar este corazón de nata, lo primero es hacer el bizcocho. Necesitarás cinco huevos, 60 gramos de aceite, 70 mililitros de leche, 90 gramos de harina, colorante rosa y cualquier tipo de endulzante.

El primer paso es separar las yemas de las claras de los huevos. Las claras las tendrás que montar, mientras que a las yemas le añadirás el aceite, la leche, la harina y el colorante. Mezcla todo bien hasta que tengas una masa homogénea. Añade el azúcar a las claras hasta que tengas un merengue. Por último, junta la masa con el merengue e intégralo con movimientos suaves y envolventes.

Una vez tengas la masa lista, ponla en una bandeja de horno y extiéndela bien. Hornéalo durante 25 minutos a 160 grados. Cuando aún esté caliente dale la vuelta ayudándote de una hoja de papel vegetal. Corta los extremos más cortos en diagonal y los más largos en vertical. Da la vuelta otra vez al bizcocho y haz una incisión en el centro, sin llegar a cortarlo, y enrolla ambos lados para formar un corazón y déjalo enfriar.

Para el relleno tendrás que poner 250 gramos de nata para montar, fresas y chips de chocolate. Rellena el bizcocho con la nata y vuelve a hacer la forma de corazón. Una vez este listo, llévalo al congelador durante 10 minutos antes de servir.

Para acompañar la cena te proponemos un 'cocktail'. Escoge un vaso bonito y añade fresas laminadas, unos 28 gramos de jarabe (pon a hervir media taza de agua con otra media de azúcar y ponlo a hervir durante 10 minutos), zumo de limón y dos hojas de menta.

Para decorar el vaso puedes mojar el borde con un poco de limón y poner un poco de azúcar, o peta zetas de fresa. Después pasa la mezcla que has hecho anteriormente por un colador y ponlo en el vaso que has decorado. Añade hielo y un vaso de zumo de fresa. Por último, llena la copa con agua y termina de decorar.

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