Raimundo ha cocinado felicidad

Con muchas décadas al frente de los fogones, Raimundo se convirtió en el artífice de la cocina regional, elevando platos tradicionales a la categoría de obras de arte. Su filosofía fue muy directa: ingredientes de la más alta calidad, respeto por las recetas heredadas de generación en generación y un toque personal que hizo de cada plato algo único. Recorrió la Región para descubrir la intimidad de la cocina y sacarla a la luz. Mujeres de todos los rincones fueron sus preceptoras.

Su legado ha sido repartir felicidad a propios y extraños. Innovó sin perder la esencia de la tradición. Fue la primera estrella Michelín de la Región y cuando consideró que podía traicionar su alma murciana, renunció. Respetando lo tradicional y con valentía para innovar, puso al Rincón de Pepe en el mapa gastronómico, no solo de Murcia, sino de España y del mundo. Desde los más recónditos lugares venían exclusivamente a comer en el Rincón.

Más allá de los platos, lo que Raimundo ha cocinado a lo largo de los años es la felicidad. Cada comensal que se sentaba en el Rincón de Pepe no solo venía en busca de comida, sino de la experiencia de sentirse acogido y valorado. Raimundo entendió que alimentar el alma es tan importante como alimentar el cuerpo y es esta comprensión lo que ha hecho de él una leyenda.

Descanse en paz el miembro de honor de la Academia de Gastronomía de la Región de Murcia. Tus compañeros lloran tu ausencia y rememoran tu bonhomía. Ganaste un lugar en el Olimpo.