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Imagen del desfile de Moros y Cristianos de Murcia, este sábado. Foto: Ros Caval / AGM | Vídeo: Verabril

El pasado vuelve con todo su esplendor

El Gran Desfile de Moros y Cristianos toma las calles del centro de Murcia y demuestra que merece ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional

Sábado, 9 de septiembre 2023

Con cuatro décadas a sus espaldas, y con la mirada puesta en lograr dar el salto y conseguir la declaración de fiesta de Interés Turístico Internacional, Moros y Cristianos de Murcia vivieron ayer su día grande después de haber estado preparando para lo que se avecinaba a vecinos y turistas durante toda la semana. Pasacalles, actividades variadas en el campamento medieval, que vuelve a ocupar el aparcamiento disuasorio del Malecón, la bienvenida del Consistorio y, como aperitivo, el primer desfile infantil por el corazón de la ciudad.

Kábilas y mesnadas, detrás de las que ya hay casi un millar de festeros, volvieron a darlo todo en su gran desfile para dejar el mejor sabor de boca posible a quienes vienen llenando los espacios que marcan el recorrido, desde la alameda de Colón en el barrio del Carmen, pasando por el Puente Viejo, hasta llegar a la avenida de la Constitución, una vez atravesada la Gran Vía de punta a punta. Luces, marchas moras y cristianas tocadas en vivo; bailes propios y de academias que participan en el cortejo; espectáculos de caballos, lucha y aves rapaces en vuelo; trajes y vestidos diseñados y elaborados con esmero, lujo y colorido... Todo para conmemorar la historia de la Mursiya medieval, en la que moros y cristianos han dejado su impronta en la identidad de quienes siglos después pueblan la ciudad.

Ponen todo su mejor hacer los grupos moros Almohades, Ibn Amnar Abenamar, Abú-L-Abbás, Almorávides, Mudéjares, Ibn Arabí, Abderramán II y Abenmardenix. Y los cristianos: Santa María de la Arrixaca, San Juan de Jerusalén, Infante Don Juan Manuel, Orden de Santiago, Jaime I, Templarios de Murcia y Huestes de Fernando III.

Fue una noche mágica para muchos, pero sobre todo para Carmen María García Paredes, dama de la mesnada de San Juan de Jerusalén, a quien delante de la tribuna de las autoridades su ahora prometido, Ismael Fuentes Rubio, caballero del mismo cortejo, le pidió la mano en matrimonio. Los espectadores pasaron de la sorpresa a los vítores y aplausos. Ella le dio el 'sí' entre lágrimas de alegría.

El instante de la pedida de matrimonio en pleno desfile. Cedida

La junta directiva de la Federación de Asociaciones de Moros y Cristianos 'Civitas Murcie' quiso homenajear en este cuarenta aniversario a todos los que han trabajado por estas fiestas y por que lleguen hasta donde están hoy: ya nadie las percibe como un encuentro privado, como era la creencia popular en sus comienzos. Y lo hizo con la participación en el gran desfile de ayer de todas las abanderadas que siguen aún en activo con una carroza propia.

Homenaje a los festeros

Natalia Serrano Roses y su hermana Marta son dos de estas históricas abanderadas, y el segundo ejemplo de hermanas que han representado al mismo grupo, en su caso a la kábila Abu-L-Abbas, en la historia de la Federación. Natalia en 2012 y Marta en 2016.

«Lo que más ilusión nos hace es poder vivirlo juntas, compartir la emoción que sentimos», coincidieron ambas, como también al señalar que, sin duda, el momento «más mágico» del desfile es cuando pasan por el Puente Viejo o de los Peligros. «Y que nadie lo dude, esta fiesta va sobre todo, de historia, la historia de nuestra ciudad», subrayaron.

El gran desfile comenzó, con puntualidad británica, a las 20 horas y tras el paso de los patrocinadores oficiales, hizo su aparición, a modo de puesta de largo, la Unidad de Caballería de la Policía Local, que lleva apenas unos días en activo.

No sería el único escuadrón equino que participó en el cortejo festero, ya que le siguieron en distintos momentos del desfile, una escuadra de caballos portando las banderas de cada grupo; el estandarte del bando cristiano; los caballos de las huestes de Fernando III; las escuadra de la kábila Mudéjares; abanderadas a caballo de los Almohades de Murcia y los del Club Hípico Vibeca, bajo el estandarte de la kábila Ibn Arabi. Fue, sin duda, junto con las danzas que representaron los distintos ballets que acompañaron a las escuadras moras y cristianas, de gran colorido, ritmo y calidad, lo que hizo aplaudir a rabiar al público que llenó el recorrido, sentados en sillas y tribunas, o de pie. Es el caso de Cecilia, vecina del barrio del Ranero, que reconoció que pese a sus años era la primera vez que veía, «tranquila y sentada», todo el desfile.

«Ha sido espectacular. Esos caballos, ¡cómo saludaban y se ponían de pie!», comentaba al término del paso de todos los cortejos, al filo de las once de la noche. Y se iba también contenta porque llevaba en el bolso varios obsequios que fueron repartiendo los niños de las kábilas y mesnadas entre los asistentes.

«Son para mis nietos», dijo, y además de monedas de chocolate, pudo coger espadas pequeñas y algún colgante, esta vez para ella, y para las amigas que la acompañaban. Y si de participantes a cuatro patas hablamos, cómo dejar de lado a los camellos. La primera aparición fue para acompañar el boato del Festero del Año, Pascual López; en el que portaban el estandarte del Festero del Año y el del Bando Moro.

El presidente de la Federación, Javier Arenas, que estuvo pendiente en todo momento del desarrollo del desfile, no pudo mostrarse más satisfecho cuando acabó. «Lo mejor es ver cómo estaba todo el centro lleno de gente disfrutando». Y para el concejal de Turismo, Jesús Pacheco, «no cabe duda de que este gran desfile merece ser declarado de Interés Turístico Internacional; yo digo que de aquí a un año lo habremos conseguido», afirmó tajante.

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