Murcia vuelve a nacer en la plaza Belluga

Y Murcia volvió a nacer una vez más. ¡Y las que le quedan! La Federación de Moros y Cristianos puso ayer nuevamente en escena la primera de sus dos Embajadas, que no son otra cosa que cuidadas representaciones teatrales que permiten conocer de forma rápida y amena tanto el origen de la ciudad como su paso de manos musulmanas a cristianas, al tiempo que apuntalan el carácter histórico y cultural de esta fiesta.

Este domingo, como ya es tradición, fue el turno de la Embajada de la Fundación de Murcia, en la que se relata como las continuas luchas entre muladíes y yemeníes llevaron al emir Abderramán II a ordenar que se acabara con ambos asentamientos. El ejército que tenía que ejecutar la orden se instaló en la Vega del Segura, campamento del cual surgieron los primeros pobladores de lo que se convertiría en Mursiya. Este episodio histórico será precisamente el punto de partida de la conmemoración, el año próximo, del 1.200 aniversario de la urbe.

Así, medio centenar de festeros, convertidos en auténticos actores, rememoraron estos acontecimientos en una plaza Belluga llena, a través del texto en verso del fallecido Juanjo Capel y bajo la dirección experta de Joaquín Lisón. Elevan el nivel del espectáculo y su autenticidad las danzas coreografiadas por Nazareth Martín y la música en directo de Luis Paniagua, experto en música medieval.

Esta noche, a partir de las 22 horas y de nuevo con acceso gratuito, será el turno de la otra representación del binomio, la de la Embajada de la Entrega de Llaves. Con ella se pondrá un broche de oro a las fiestas, a la espera de que 2025 sea un año muy especial para ellas.

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