-U1701094355670BhF-U1701186181693bxF-1248x770@La%20Verdad-LaVerdad.jpg)
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
Zarangollo, michirones, ensalada murciana, pisto, patatas asadas con ajo, caldo con pelotas, sobrasadas, montaditos, paparajotes, matasuegras, café de olla... Decidirse por un solo manjar de la gastronomía típica es prácticamente imposible al sentarse en una de las mesas de los catorce Huertos instalados en el Malecón con motivo de la Feria.
Un dilema que los comensales solucionan pidiendo «un poco de todo», movidos por las ganas de llenar el paladar de sabores que les hacen revivir las visitas de antaño a las casas de las abuelas de la huerta, ataviadas con el eterno delantal. Detrás de la experiencia culinaria que ofrecen desde hace siete días estos establecimientos tradicionales, hay cientos de personas que trabajan para que miles de murcianos y visitantes disfruten de las fiestas con el mejor sabor de boca.
Loli Pastor e Isabel López son dos de esas abuelas que estaban «deseandico» volver al Huerto de la Virgen de los Peligros que el grupo de coros y danzas de la peña huertana L'Artesa de Aljucer monta cada año. «Somos las peladoras», se presentan con una sonrisa de oreja a oreja mientras cortan un buen puñado de manojos de acelgas que después servirán fritas. Aunque por sus manos también pasan cebollas, calabacines y berenjenas. «Todo menos las patatas», apuntan compenetradas estas dos vecinas de El Palmar de 82 y 84 años. «Llegamos las primeras y nos vamos las últimas», explica Isabel, que dice ser «la más vieja del corro», pero no cree que por ello la más sabia. «Aquí todos sabemos, cada uno de lo suyo y nos organizamos muy bien». Al preguntarle por el secreto de su vitalidad, responde que «no tomar pesambres, vivir y dejar vivir» son las claves para mantenerse joven de espíritu con el paso del tiempo.
Mientras las peladoras siguen con su tarea, Benigno Bernal corta rebanadas de pan idénticas, como si además de un cuchillo usara un metro. «Lo hago a ojo y en diferentes tamaños porque no es lo mismo cortar el pan para las sobrasadas, que para hacer montaditos o servir en mesa».
A continuación están Manuel Gálvez y Pepe Cuartero, «los patateros del Huerto», como se definen entre risas. Mientras uno corta con un artilugio que se ha inventado, el otro se encarga del horno del que salen cada día unos cien kilos de patatas. «Aquí estamos siempre de cachondeo. Si no nos gustara este ambiente, sería imposible aguantar el ritmo, porque son doce noches de mucho trabajo», cuenta Pepe. Y Manuel añade que, cuando llegue a su casa, meterá los pies en un barreño con agua y sal, como hace cada día desde hace una semana.
La plancha es otra de las paradas obligatorias del recorrido por las entrañas de los Huertos. Joaquín Nicolás y Francisco Carrilero ya tienen «el punto cogido» después de veinte años dando vuelta y vuelta a las sobrasadas con queso fresco y los montaditos que hacen las delicias de los clientes. «El montadito que más se pide es el de salchicha».
El postre más demandado en el Huerto de L'Artesa es el paparajote. «Cogemos las hojas de limonero por la mañana y las metemos en el congelador para que se mantengan frescas», detalla Trinidad López, que es la encargada, junto a Carmen Navarro, de hacer cada «noche normal» más de cuatrocientas piezas del dulce murciano por excelencia.
En los fogones está Puri Fuentes friendo berenjenas para el pisto que Fuensanta López, «la cocinera mayor», culmina siguiendo la receta que aprendió de su madre. Rodeada de ollas y sartenes, apunta que ella es quien va cada mañana a preparar el arreglo de los michirones y el caldo para las pelotas, los platos que no pueden esperar a la tarde por su elaboración. «Trabajamos muchísimo, pero esto nos encanta».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.