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El día estaba feo. Había llovido por la mañana y, aunque salió el sol a primera hora de la tarde, lo lógico era mojarse ... cuando anocheciera si no estabas a cubierto. Así las cosas, solo 5.097 espectadores acudieron ayer al Cartagonova, en lo que fue la peor entrada de lo que va de curso. Y curiosamente el día menos pensado, con menos gente en el estadio y ante un rival que venía lanzado, los de Luis Carrión ofrecieron su mejor cara y firmaron, sin duda, su mejor partido de toda la temporada.
«No han superado en todo. Han sido mejores en todo momento y nuestro gol ha sido una anécdota. Ya avisé en la previa de que el Cartagena es un gran equipo. Juegan muy bien y su triunfo es totalmente merecido», resumió en la sala de prensa Gaizka Garitano, técnico del Eibar. Elegancia y sinceridad. Dos valores a la baja en el fútbol moderno.
Los locales fueron un vendaval, desatados tras el 0-1, en un error de Datkovic que pudo resucitar viejos fantasmas. Pero no ocurrió. Voló el Efesé. Desapareció el Eibar. Esta vez nadie cuestionó los cambios de Carrión. Y es que todos mejoraron al equipo, con Bodiger, De Blasis y Dauda dando un recital. La grada, a pesar de la exhibición de su equipo, acabó indignada con el lamentable arbitraje de Ávalos Barrera, quien ya había perjudicado en anteriores ocasiones al Efesé. ¿Puede la grada local acabar indignada con el colegiado pese a que su equipo pase por encima del líder? Ayer vimos que sí.
Se tragó un claro penalti a Nacho Gil (el VAR no le avisó del agarrón) y anuló un gol a Delmás en una acción surrealista, en la que no concedió la ley de la ventaja y expulsó a Stoichkov. La cara del lateral maño era un poema. No entendía nada. Entonces, la lluvia ya descargaba con fuerza sobre el recinto de Benipila. Aguantó sin llover hasta el minuto 65, pero al final todos los que no estaban bajo techo se calaron. No importó. La fiesta se prolongó incluso tras pitar el árbitro, cuando los jugadores locales se fueron hacia la Curva Vickers a disfrutar un rato más del triunfo, con el ya habitual 'saludo vikingo'.
Así, bajo una lluvia inusual pero que históricamente trae suerte al Efesé, dijimos adiós al último partido en penumbra en la historia del Cartaggonova. La nueva luz podrá ser inaugurada en el siguiente partido nocturno.
Era una tarde para salir a la rueda de prensa pletórico. Pero Luis Carrión sabe que esto del fútbol es cambiante. Por eso, y a pesar de la goleada (4-1) que le endosaron los suyos al Eibar, el catalán mantuvo la compostura y no se dejó arrastrar por una euforia que sí contagió al resto del entorno albinegro. Eso sí, a pesar de no exteriorizar toda esa alegría que llevaba por dentro, el entrenador se deshizo en elogios hacia los suyos. No fue para menos.
«Hemos corrido mucho y bien», empezó el técnico, dando esa lectura como una de las claves del éxito cartagenerista en la lluviosa tarde-noche de ayer. La otra, que «la gente que ha salido desde el banquillo ha mejorado al equipo», comentó a continuación.
«Ha sido un gran partido ante un rival muy bueno. Hemos entendido la presión que debíamos hacer. Si estamos a este nivel ante el resto de rivales vamos a sacar muchos puntos», aseguró el máximo responsable de la caseta de Benipila.
Corta así el Efesé una racha de cuatros partidos sin lograr la victoria y lo hace de la mejor manera posible, con un festín a costa de un equipo que llevaba unos números que eran para echarse a temblar. Por ejemplo, no había perdido en los últimos diez encuentros y llevaba cuatro partidos sin encajar. Hasta que pisó ayer el Cartagonova.
«Es reconfortante ganar después de una mala racha de resultados. Aunque como siempre he dicho, no todos los partidos los perdimos de la misma manera. Me voy de este choque contento porque los jugadores han creído en lo que hemos trabajado esta semana», apuntó Carrión, quien también alabó el trabajo de Nacho Gil, el cual tenía el difícil papel de hacer olvidar a un Gallar que está en la enfermería. Y el valenciano sacó un sobresaliente.
«Tenemos que respetar más a los nuestros. Son muy buenos. Mira el partido que ha hecho hoy. Debemos defendernos a muerte si queremos conseguir los difíciles objetivos por los que luchamos», dijo el barcelonés.
En cuanto al nefasto arbitraje de Ávalos Barrera, Carrión solo se refirió a una jugada: el gol de Delmás que no subió al marcador porque el colegiado paró el juego para expulsar a Stoichkov. «Es un error humano. Todos los cometemos», zanjó el asunto.
Por su parte, Gaizka Garitano, entrenador del Eibar, fue breve y se le entendió de maravilla: «Han sido mejores y no tengo mucho más que decir. Nos han superado desde el principio», señaló.
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