La Romareda, estación final para el Cartagena

El pasado domingo, todavía con vida, la roja a Datkovic y el nadar tanto frente al Burgos para acabar sumando en la orilla de Benipila un insuficiente empate fue el principio del fin. Y la estación final fue La Romareda, un estadio donde solo el Alavés ha ganado desde que Fran Escribá se sienta en el banquillo local y en el que había que mejorar considerablemente las prestaciones ofrecidas en el último mes de competición. Era obligatorio hacerlo para sumar los tres puntos y meter presión al Albacete, antes de su complicado duelo del domingo en el Carlos Belmonte contra el Alavés.

Pero no. Lejos de mejorar, el Efesé empeoró un poquito más en Zaragoza. Tanto empeoró que en el primer tiempo ofreció su peor versión de la temporada. Ante un rival que prácticamente andaba ya de vacaciones, los de Carrión pecaron de falta de intensidad y en ningún momento tuvieron la suficiente claridad para generar peligro. Parecía que la clave del duelo iba a estar en la pelea entre Franchu y Larrazabal en el costado izquierdo del ataque visitante, pero finalmente estuvo en la otra esquina del campo, donde el caboverdiano Bebé hizo mucha pupa a un desangelado Iván Calero.

Las dos primeras llegadas, eso sí, fueron para Franchu, titular por delante de un Jairo que ha llegado completamente fundido al final de la liga. El argentino, consciente de que su temporada ha sido muy floja, ha apretado en estas últimas jornadas. Merecía estar en el once. Y ayer fue el que más ganas le puso en unos primeros 45 minutos de un partido que requería que los visitantes dieran bocados al césped. Pero el único que lo hacía era Franchu. No obstante, pecaba de exceso de precipitación el '14' del Cartagena. Podía con Larrazabal, pero después o lanzaba a las nubes o su último pase se quedaba corto. Mientras tanto, Jair y Francés se comían a un Borja Valle que también ha completado un tramo final de temporada muy pobre. Y el alicantino Darío Poveda, volcado a la derecha, era también completamente irrelevante.

No atacaba el Zaragoza, cómodo con el 0-0 y con pocas ganas de mover el esqueleto. Disfruta en partidos cerrados, de esos en los que nunca pasa nada. El 1-0 le vino dado, prácticamente. Kiko Olivas y Martos quisieron adornarse sacando un balón limpio junto al banderín de córner. Fue de esas jugadas que a veces piden más suciedad que pulcritud. Pelotazo en largo y se acabó el peligro. Pero eso no lo hicieron los zagueros del Cartagena y Bermejo les robó la cartera. Se la dio a Vada y este, con un taconazo sublime, habilitó a Iván Azón.

El ariete maño, encimado por Alcalá, chutó a las nubes. El árbitro entendió que había tocado el balón en el central mazarronero y señaló un córner que fue fatal para los intereses del Cartagena. El veterano Bebé puso un misil inteligente en el primer palo y Darío Poveda, como buen novato, cayó en la trompa. Peinó la pelota y se marcó en propia puerta. La repetición demostró que Alcalá no había tocado la bola en el disparo de Iván Azón y que ese córner, que acabó siendo definitivo en el transcurso del encuentro, en realidad debía haber sido un saque de puerta a favor del Cartagena.

El 1-0 espoleó a los de casa, que casi marcan el segundo en otra jugada en la que Bermejo desnudó con muy poco a Martos. Su centro atrás lo remató Vada en semifallo y no entró de milagro. Más tarde pudo llegar el 2-0 en un remate franco de Nieto, aunque estaba en fuera de juego. Lo mejor que le pudo pasar al Efesé es que se llegara al descanso, porque no daba señales de vida. En una tarde en la que se necesitaba lo mejor de cada futbolista nos encontramos con lo peor de cada uno de ellos.

Entró Ureña por Borja Valle y el Cartagena dio un paso adelante, más peligroso con el extremo cedido por el Girona metido en la banda izquierda y Darío Poveda fijando a los centrales locales. Mejoró el Cartagena porque hacerlo peor que en el primer periodo era imposible, pero lo cierto es que ni generó ocasiones ni disparó entre los tres palos con peligro. El Zaragoza vivió muy cómodo, con Francés y Jair muy seguros atrás.

Franchu cayó en el área en una jugada en la que recibió el balón solo y debió marcar. Controló mal y la pelota se le fue. Es cierto que Nieto le tocó después y García Verdura fue al VAR a revisar la jugada. Se lavó las manos el árbitro señalando una falta anterior de Darío Poveda al local Francho. No hubo falta. Y posiblemente tampoco hubo penalti. Eso fue lo más cerca que estuvo el Efesé de igualar el partido, ya que los disparos posteriores de Alcalá y De Blasis fueron demasiado flojos.

Se volcó el Efesé y pudo sentenciar el Zaragoza, pero Iván Azón y Bebé demostraron que son buenos jugadores de Segunda. Sin más. Buenos. Y de Segunda. No supieron definir cuando se plantaron solos delante de Escandell. Ortuño y Jansson le dieron algo de intención a las últimas acometidas visitantes, pero lo que vino fue un absurdo derribo dentro del área de Jairo a Bermejo en el quinto minuto de los seis de añadido. El propio Bermejo anotó el penalti, certificó la salvación matemática del Zaragoza y sepultó las últimas esperanzas de 'playoff' de un Cartagena que no ha podido sacar matrícula de honor en una campaña que ha sido sobresaliente.