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La del pasado sábado, ante el Girona, fue una de esas victorias (3-0) de las que se hablará con el paso del tiempo, ... un triunfo que significó la permanencia matemática otro año más en LaLiga Smartbank y, además, fue uno de esos partidos vistosos, con un fútbol sensacional, divertido, de manual. En definitiva, un triunfo de los que hacen afición. El problema está en que justamente faltó eso, afición, en las vacías gradas del Cartagonova. Hubo poca gente que quiso verlo en directo; había que pasar por caja y más de 5.000 socios no lo hicieron.
Poco más de 3.300 aficionados se acercaron al estadio en un día que la entidad de Benipila decretó como jornada de pago, algo que provocó la división de la grada. Cada cual con su parte de razón, unos defendían que pagar entre los 15 y 10 euros que costaba la entrada no era un excesivo sacrificio después del año que está brindando el equipo, mientras que los otros, muy molestos, argumentaban que su ausencia estaba más que justificada porque la medida se había tomado a destiempo, cuando restaban seis jornadas para dar por concluido otro año. Tampoco gustó el horario, a las 16.15 horas de la tarde.
De cualquier manera, ver el feudo de Benipila tan desangelado fue desgarrador. Con una media de unos 7.000 espectadores cada fin de semana, chirrió que poco más de 3.000 acudieran al duelo frente al Girona. Rebeca García, directora general del Cartagena, explicó ayer a LA VERDAD que la decisión se tomó pensando en que «el Girona era un rival atractivo, donde la permanencia estaba en juego».
También se hizo por coincidir con un partido del Cebé tan trascendental como el que disputó el equipo de baloncesto en el Palacio, donde los de Gustavo Aranzana buscaban el pase a la segunda ronda del 'playoff' de ascenso a LEB Oro. Pero estos motivos no convencieron, algo que dejó un ambiente demasiado gélido en el Cartagonova.
Previamente se estudió la opción de poner como día del club en el choque ante el Alcorcón por el estreno de la nueva iluminación, pero finalmente esa opción se desechó. En la entidad aún no se ha analizado en profundidad lo ocurrido, pero sí que reconocen que el año que viene se intentará ubicar la jornada económica en un día más propicio para la asistencia de espectadores. No se debe volver a repetir el mismo fallo.
Será a lo largo del mes de mayo cuando se planifique la campaña de abonos de la temporada 2022/23, curso en el que ya se trabaja desde las oficinas del Cartagonova con la puesta a punto de los presupuestos. Y lo que es seguro es que la campaña de captación que entra estará marcada por el aumento que sufrirán los precios de los abonos.
Subirá el valor del carné albinegro, tal y como adelantó LA VERDAD hace unas semanas. Unos aficionados están dispuestos a seguir alistados a la causa albinegra y otros, reticentes, amenazando con bajarse del tren. Hay que ver cómo responderá el aficionado este verano.
«No será un aumento desorbitado del precio. Será algo razonable», avanza Rebeca García, intentando calmar a las masas agitadas por este asunto en los últimos días. Hasta ahora, el abono del Efesé era uno de los más baratos de la competición, con precios entre los 90 y 140 euros para las renovaciones (la mayoría) y entre 225 y 350 para los socios de nuevo ingreso.
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