Molist, primer nombre en la órbita del Cartagena

Xavi Molist no es un nombre cualquiera en Cartagena. Entre 2005 y 2008, el gerundense vistió la albinegra en 112 partidos, dejando 35 goles y un cariño imborrable en la grada. Aquellos fueron años de lucha en Segunda B, con un Efesé que soñaba con cotas mayores. Molist, un delantero habilidoso y carismático, se ganó el corazón de la afición y compartió vestuario con figuras como Sívori, hoy miembro de la comisión deportiva del club y, según la misma información, un pilar clave en las negociaciones para su retorno. Esa conexión personal, forjada en el césped, podría ser el puente que traiga al catalán de vuelta, pero esta vez al banquillo.

Actualmente, Molist dirige al Sant Andreu, un equipo que vuela alto en el Grupo III de Segunda RFEF. A solo tres puntos del líder, el Europa, y con un puesto asegurado en los playoffs de ascenso, el técnico ha demostrado su valía en el competitivo fútbol catalán. Su trayectoria no es nueva: ascendió al Sant Andreu desde Tercera en 2023 y rozó el salto a Primera RFEF en los playoffs del curso pasado. Antes, pasó por Hospitalet (2017-19) y Terrassa (2019-20), pero es en el Sant Andreu donde ha encontrado su mejor versión. Con contrato hasta 2026, pese a firmar su renovación en enero, el desafío de liderar a un Cartagena recién descendido, es un caramelo difícil de rechazar.

Las conversaciones con Molist estarían avanzadas, pero no son exclusivas. El Cartagena baraja otras opciones para el banquillo, aunque el nombre del catalán gana fuerza por su historial albinegro y su sintonía con Sívori. Sin embargo, su llegada está atada a un factor crucial: la continuidad de Paco Belmonte como presidente. La afición, desencantada tras una campaña desastrosa y una fractura irreparable con la directiva, ve en el horizonte rumores de cambio. La opción Miguel Ángel Jiménez Bosque parece haberse enfriado, y lo que en enero apuntaba al presidente del Jimbee Cartagena liderando también el proyecto albinegro, hoy parece mucho más lejano y utópico.

Si el proyecto actual se mantiene, Molist sería una apuesta de confianza para la directiva de Belmonte. Pero si la propiedad cambia antes del verano, el banquillo mirará hacia otros nombres. Por ahora, la calma reina. No solo porque el Sant Andreu está inmerso en la pelea por el ascenso, sino porque el futuro del Cartagena sigue siendo una incógnita, y la incertidumbre crece con el paso de las horas. Junio será clave.