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Muchos daban por descendido al Cartagena en el descanso, cuando perdía por la mínima contra el filial del Villarreal tras completar un primer tiempo tétrico, de los peores del año en el Cartagonova. Y eso es decir mucho, ya que los albinegros vienen de hacer ... la peor primera vuelta de su historia, con varias actuaciones desastrosas antes de Navidad y ocho derrotas en los diez encuentros disputados ante su público en el 'Torneo Apertura', como le gusta decir a Julián Calero. La verdad es que los que estaban enterrando al muerto antes de tiempo tenían poderosas razones para ponerse en lo peor. El desempeño de los locales en los primeros 45 minutos fue lamentable.
No sabemos si fue el disparo del debutante Andy al palo en la última jugada del primer acto, el discurso de Calero a sus hombres en el descanso o si es que el joven filial amarillo se relajó y lo acabó pagando. Igual hubo un poco de todo. Pero la verdad es que la metamorfosis albinegra fue tremenda y en un enorme segundo tiempo los locales hicieron cuatro tantos, perdonaron dos más, empezaron la primera vuelta de la mejor manera, consiguieron su triunfo más abultado desde el 5-0 al Amorebieta de mayo de 2022 y lograron acabar la jornada a cinco puntos de la permanencia. Ni en el mejor de nuestros sueños. ¿Y si se puede?
FC Cartagena:
Marc Martínez; Calero, Alcalá, Gonzalo Verdú, Jairo; Luis Muñoz (Narváez, 32), Alarcón (Cellou, 86), Musto, Andy (Jony Álamo, 86), Iván Ayllón (Mikel Rico, 75); y Ortuño (Lautaro, 75).
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Villarreal B:
Iker Álvarez; Lanchi (Gelardo, 89), Lekovic (Espigares, 75), Pablo Íñiguez, Tasende; Rodri Alonso (Diego Collado, 75), Del Moral, Carlo (Requena, 83), Ontiveros; Forés y Jorge Pascual. (Ferrari, 83).
El árbitro: Ávalos Barrera (catalán). Amarillas a los locales Marc Martínez y Alarcón; y a los visitantes Rodri Alonso y Ontiveros.
Goles: 0-1, Ontiveros, de penalti (minuto 38). 1-1, Ortuño, de penalti (minuto 57). 2-1, Del Moral, en propia meta (minuto 70). 3-1, Narváez (minuto 72). 4-1, Alarcón (minuto 82).
El estadio: Cartagonova. Unos 9.000 espectadores.
Puso de su parte el equipo de Miguel Álvarez, respondón y atrevido hasta el asueto y frágil y miedoso después. El primer gol, el que de verdad hizo creer al Efesé, llegó tras un absurdo penalti de su portero, Iker Álvarez, a Iván Ayllón. Al meta visitante se le escapó de las manos un envío sencillo desde la banda de Andy y cuando quiso reaccionar para coger la bola se encontró con la pierna del joven atacante del Cartagena. No perdonó Ortuño desde los once metros, como en el primer periodo no había perdonado el desafiante Ontiveros.
El '10' del Villarreal B, a quien la grada del Cartagonova no le perdona que hace dos años prefiriera irse cedido al Fuenlabrada antes de venir al Efesé, anotó una pena máxima clarísima, cometida por un inseguro Marc Martínez. Gonzalo Verdú se comió un balón largo del propio Ontiveros, Forés le ganó la espalda al central cartagenero, el cancerbero local dudó en su salida y cuando decidió salir acabó llegando tarde y llevándose por delante al delantero visitante. Marcó Ontiveros el penalti y se encaró con la grada, lo que le valió una tarjeta amarilla y la bronca del público cada vez que tocó el balón a partir de ese instante.
Pudo ver la segunda amarilla el marbellí en la última acción del primer acto, cuando subió tanto la pierna para despejar un balón al borde del área que acabó propinando una patada en la cabeza a Alarcón. Fue falta y Ávalos Barrera, que esta vez no hizo nada extraño, le perdonó la segunda, al entender que la primera había sido por una tontería. Ese libre directo lo estrelló en la madera Andy, quien fue determinante después. Estuvo en tres de los cuatro goles del Cartagena, demostrando que no ha perdido su buen pie. Tiene un guante en su bota izquierda y, aunque le faltan kilómetros, pulmones y rodaje, fue decisivo a balón parado y puede ser clave en los próximos meses. La estrategia en una categoría como la Segunda española es básica. Y con Andy, por fin, el Cartagena tiene un especialista.
No había demasiados motivos para la esperanza, puesto que ese disparo de Andy al poste fue el único disparo a puerta del Efesé en el primer tiempo. Se lesionó Luis Muñoz, quien no podía ni apoyar el pie y estará un buen tiempo lejos de los terrenos de juego. Otro motivo más para fichar extremos, ya que el malagueño estaba ocupando la parte derecha del ataque en los últimos encuentros. Con Jony Rodríguez fuera del club, Ferreiro a punto de ser rescindido, Isak Jansson con ofertas del extranjero (el sueco ayer fue baja por un proceso vírico) y Umaro Embaló rindiendo muy por debajo de lo esperado, encontrar varios jugadores de banda que quieran venir antes del 31 de enero es absolutamente prioritario.
Empezó bien el Villarreal B, asustando a un hiperactivo Marc Martínez, alterado y revolucionado tras un primer tiempo en el que afortunadamente el Villarreal B tocó mucho y disparó poco. No era la tarde del capitán albinegro. Todo cambió con el error del otro portero, un Iker Álvarez, que derribó a Iván Ayllón y le hizo un enorme favor a los de casa. Tras el empate de Ortuño, la grada entró en combustión, Musto se echó el equipo a sus espaldas, empezaron a percutir por los costados Calero y Jairo y a base de saques de esquina fue encerrando el Cartagena a su asustado oponente en su área. Casi marca Ortuño el segundo, con el pecho, cazando en el área chica un testarazo del omnipresente Musto.
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Todos los envíos desde la esquina de Andy eran precisos. Y todos los remataba algún jugador del Cartagena. Hasta que uno de ellos llegó al segundo palo sin que nadie lo tocara, despistando a un Del Moral que se marcó en propia puerta. Rugió el Cartagonova y se desató el equipo de Calero. Jairo montó una contra celestial y habilitó a Narváez, quien hizo lo que solo unos minutos antes parecía una quimera: aparecer en el partido y marcar su primer gol delante del público del Cartagonova.
No se conformó el Efesé, que se llevó un buen susto cuando un centro chut de Carlo se envenenó y casi sorprende a Marc Martínez. Pero todo quedó sentenciado en otro córner. La pelota la tocó Lautaro, la bola salió para atrás y apareció Alarcón para soltar un trallazo que Iker Álvarez no vio. El chileno firmó un segundo tiempo soberbio, como escudero de Musto primero y tirado al costado derecho después. Tuvo el quinto Lautaro en un mano a mano de los que no suelen verse en el fútbol profesional. El uruguayo, peleado con el gol, chutó al muñeco y desaprovechó esa clamorosa ocasión para romper con su maleficio y animarse de una vez.
Dio la mismo que Lautaro fallara, la gente se divirtió despidiendo con sorna a un Ontiveros que fue el primero en abandonar el césped y después celebró por todo lo alto un triunfo que era absolutamente necesario. «¡Sí se puede!», cantaron los 9.000 espectadores que este domingo disfrutaron con su equipo. Tras el saludo vikingo seguían cantando y Julián Calero, que se volvió loco, les pedía más y más y más. Quedaban 21 partidos. Y había que ganar 11 para salvarse. Ahora faltan 10.
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