Medio equipo en el escaparate

Medio equipo en peligro. Esa esa la cruda realidad en un FC Cartagena que no solo lleva retraso acumulado con respecto a los demás en la confección de la plantilla, sino que además puede ver cómo sus mejores futbolistas -con contrato en vigor- abandonan el club ante las importantes ofertas que manejan. De los que terminaron contrato, ninguno va a renovar. De hecho, dos titularísimos como Aketxe y Míchel Zabaco han encontrado rápido acomodo en Racing de Santander y Ponferradina, respectivamente. Josua Mejías no va a seguir porque el Leganés le quiere ceder a un club de Segunda. Rayo Majadahonda y Oviedo están muy interesados en el central venezolano. Diego Benito, por su parte, cuenta con una propuesta del Hércules. Y el meta Marcos ha firmado por el Barakaldo.

Pero lo que puede suponer un contratiempo grave es que jugadores que este año han sido fundamentales para Alberto Monteagudo terminen dejando el Efesé. El central Moisés está siendo tentado por el Albacete, mientras que el centrocampista Chavero cuenta con once ofertas de clubes de Segunda B. Muchas de ellas le mejoran claramente el contrato que firmó hace un año en el Cartagena. Y al extremo Hugo Rodríguez, que ha firmado en el Efesé la mejor temporada de su carrera deportiva, también lo quieren los mejores equipos de Segunda B. A esta lista se suman dos veteranos como Cordero y Rubén Cruz, posiblemente los dos futbolistas que ha sido más regulares en la segunda vuelta. En el caso del delantero, cuenta incluso con una oferta de Segunda.

Paco Belmonte, dueño del club, sabe que estas cosas pasan en el fútbol y que cuando un equipo de Segunda B hace una gran temporada y no sube, al final casi todos sus titulares se ponen en el escaparate. No obstante, en el Cartagena están tranquilos, se remiten a las cláusulas de rescisión que los jugadores tienen en sus contratos y dan por hecho que en diez días todos estarán de vuelta en la ciudad, para comenzar el trabajo de pretemporada.

El caso más delicado es el de Jesús Álvaro, quien está siendo seguido por varios equipos de Segunda. El lateral tinerfeño admitió el viernes, tras asistir junto a su amigo Cristo Martín a la rueda de prensa de despedida de Alberto Monteagudo, que está viviendo días complicados. Así, en declaraciones a 'Onda Regional', confesó que «ahora mismo no tengo ganas de jugar al fútbol. Se ha juntado todo. Lo de Majadahonda, lo del Extremadura y ahora la marcha de Alberto Monteagudo, al que vamos a echar mucho de menos. Tengo que pararme a pensar unos días y reflexionar. Yo me veía jugando en Segunda con el Cartagena y ahora toca pensar», apuntó Jesús Álvaro.

Y enseguida los aficionados se le echaron encima a través de las redes sociales. Tal fue el revuelo que tuvo que matizar sus palabras en un tuit. «Vamos a ver. Quiero aclarar solo una cosita: he dicho que ha sido un palo muy duro lo de Monteagudo, lo de Majadahonda, lo del Extremadura y lo del Barcelona el año pasado. He dicho que necesito unos días para asimilarlo todo. Si os pensáis que no tenemos sentimientos, estáis muy equivocados», escribió Jesús Álvaro, que tiene contrato hasta 2020. En enero rechazó una oferta del Córdoba y renovó en el Efesé.

Mientras tanto, el club se sigue moviendo en el mercado en busca de fichajes. El primero en caer fue Santi Jara, extremo albaceteño que viene del Real Murcia y que cuenta con una experiencia de 85 partidos en Segunda con el Sporting y el Albacete. También se está negociando con Elady Zorrilla, otro ex del conjunto grana. Será difícil que venga, ya que tiene ofertas del fútbol extranjero que casi triplican lo que le ofrece el Cartagena. Curiosamente, Belmonte y Breis descartaron hacerse con sus servicios, cuando Elady dejó el Mancha Real para firmar por el Real Murcia.

Y a todo esto, el Efesé sigue sin entrenador. El mejor colocado es Curro Torres, la opción que Belmonte activó tras el 'no' de Tevenet. Pero el ex de Valencia Mestalla y Lorca entiende que su sitio es la división de plata y se resiste a volver a bajar a Segunda B. Hay poco tiempo y la negociación tendrá que avanzar rápidamente o romperse de un modo definitivo.