El efecto Jandro se nota a la primera

Pero no siempre se llega a tiempo. Y en esta ocasión, con Calero disfrutando de otra cosa en Valencia y poniendo en órbita al Levante, la responsabilidad de arreglar el entuerto recayó en Jandro Castro, que se parece a Calero lo mismo que un huevo a una castaña. Sin embargo, en su afortunado estreno con el Efesé, el preparador asturiano dio con la tecla a la primera. No habrá que esperar diez semanas para festejar un triunfo y empezar a escalar puestos en la clasificación. Es un punto de partida inmejorable, el soñado por cualquier entrenador cuando llega a un sitio y se sienta por vez primera en el banquillo de ese nuevo lugar.

Como no siempre va a ser fiesta y los milagros son milagros porque suceden muy de vez en cuando, es conveniente que el Cartagena salga del pozo de la clasificación cuanto antes, evitando agonías innecesarias y ahuyentando los fantasmas del más reciente pasado. Vale que Abelardo ha terminado siendo un Víctor Sánchez del Amo 2.0 y, por supuesto, todos queremos que Jandro sea un Calero 2.0. Pero sufriendo menos también nos vale. Vaya que sí.

Al padecimiento está más que acostumbrada la hinchada albinegra, después de disfrutar en la agonía durante la segunda vuelta del pasado curso. Y así, exactamente igual, asaltó anoche el Cartagena El Sardinero, dejando al líder con la boca abierta y haciendo que el único equipo de Segunda que todavía no había perdido ya no pueda presumir de su condición de invicto. Tuvo suerte el Cartagena, desde luego. Pero también tuvo un plan, chutó diez veces a portería y fue mucho más sólido cuando se puso a defender que en la etapa de Abelardo.

Se encerró demasiado en los minutos finales y lo pudo pagar muy caro, ya que el pichichi Andrés Martín falló un remate que parecía gol de una manera inexplicable y Pedro Alcalá salvó con la rodilla de un modo milagroso un remate de Pablo Rodríguez que iba para dentro, con Pablo Cuñat fuera del arco. El último cuarto de hora, más los ocho minutos de añadido concedidos por el vasco Palencia Caballero, se hicieron eternos, con los visitantes achicando balones en un esquema de 5-4-1 cuya única misión era no encajar un segundo gol.

Y lo lograron. Y lo celebraron a lo grande, con Pedro Alcalá y Damián Musto enloquecidos. Ambos, relegados por Abelardo a un papel secundario en una decisión difícil de comprender, volvieron a ser los líderes de un Efesé completamente resucitado. Tiene nervio, orgullo y hambre este equipo que no sale todavía del descenso, pero llegará enchufadísimo a la doble cita que tiene ahora con el Tenerife y el Racing de Ferrol, los dos últimos clasificados.

El primer tiempo fue un monólogo del Racing. Los locales, crecidos y confiados tras un inicio liguero sobresaliente, buscaban a Íñigo Vicente y esperaban una combinación que les acercara a la portería de Pablo Cuñat. Apenas tuvo que intervenir el joven guardameta del Efesé, más allá de blocar con seguridad un disparo esquinado de Vicente y otro, muy lejano, de Vencedor. Aldasoro lanzó a las nubes y Arana, tras irse de Alcalá por primera y última vez en toda la noche, metió el exterior y su derechazo se marchó lejísimos.

Se lesionó Vukcevic a los diez minutos y entró por él un Ríos Reina que lo pasó francamente mal. Le costó coger el pulso al partido y fue probablemente el defensor del Cartagena que peor lo pasó. Es cierto que le tocó sostener al mejor jugador de Segunda en el mes de septiembre, un desatado Andrés Martín. Los primeros 40 minutos se los pasó el Efesé metido en su parcela y las dos veces que quisieron salir a la contra los de Jandro se equivocaron en el último pase. Escriche por la derecha y Jairo por la izquierda no eran capaces de conectar con Gastón Valles, el ariete, y Luis Muñoz, el mediapunta.

Sin embargo, un lance a priori irrelevante cambió el partido. Luis Muñoz se internó en el área y buscó un paso al punto de penalti con poca convicción. Pero Manu Hernando sacó el brazo de manera temeraria y el árbitro, tras ser avisado por el VAR, decretó penalti. El malagueño, encantado de asumir responsabilidades en este momento dulce para él, cogió la pelota y marcó la pena máxima. Con los especialistas Andy y Ortuño en el banquillo, el '8' albinegro no se lo pensó. Y no falló.

El 0-1 dejó sonado al Racing y el Cartagena se quitó todos los complejos en cinco minutos tremendos. Perdonó Luis Muñoz el segundo tras una virguería de Escriche. En la reanudación volvió a apretar el Racing, pero no le hacía daño a un Efesé que de nuevo pudo hacer el segundo en una gran combinación entre Jairo y Luis Muñoz. Marcó Jairo poco después, aprovechando un error monumental de Ezkieta, meta local.Y Musto, con un cabezazo que rozó el poste, casi anota el 0-3. Crecía y crecía el Cartagena en el partido, hasta que Andrés Martín sacó petróleo de un balón suelto en el área y acortó distancias. El final fue agónico, pero tanto sufrimiento mereció la pena. El Cartagena ha vuelto. Con Jandro es otra cosa. El debut soñado. Victoria en el campo del líder. Subidón albinegro.