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El único aliciente que le queda al Cartagena en estos últimos tres meses de competición es dar la cara. A 21 puntos de la salvación, ... el descenso matemático a Primera RFEF es cuestión de tiempo y lo único que pide el cartagenerismo a estas alturas es, al menos, que esta tarde (Ciudad de Valencia, 18.30 horas) cortar la racha de siete derrotas consecutivas con una victoria o un empate.
Ver al equipo guardar las formas, evitar más ridículos y competir durante los noventa minutos es lo mínimo que se demanda tras una temporada tan dura para los nueve mil abonados del Efesé, tanto en el terreno de juego como en el desgaste de no ver nada claro el futuro en el plano institucional. Pensar en otra cosa ya se antoja más que una misión imposible, mucho más que un milagro. El equipo no da señales ni con tres entrenadores ni tampoco con un amplio cambio de cromos en el mercado invernal porque no le da para competir con mínimas garantías en la categoría. Cuando no sale aturdido hay un resbalón, una mano dentro del área, un penalti o una fallo en la marca.
Quedan 39 puntos en juego y debería ganar como mínimo 11 de las 13 jornadas que quedan para alcanzar los 48 puntos. Y por si no fuera suficiente con ganarlo prácticamente todo, en caso de ser altamente optimistas, todavía sería necesario esperar dos cosas más: que muchos equipos lo pierdan prácticamente todo y que la permanencia sea tan barata como para ser suficientes los 48 puntos en el casillero. Una quimera viendo que el Cartagena ha sumado 15 de los 87 puntos en juego, lleva 2 de los últimos 33 y contabiliza siete derrotas de forma consecutiva que lo sitúan como el peor equipo de España y uno de los peores de Europa.
En Valencia al menos se espera que el equipo sea capaz de romper esa mala racha aunque sea con un empate. No será de inicio nada sencillo no ya por la dinámica ni el nivel del rival, sino también por los cinco futbolistas que causarán baja por lesión. Al menos durante quince días seguirán en la enfermería el central Pedro Alcalá; el lateral y central Jorge Moreno; y el delantero Gastón Valles. El uruguayo se ha sometido a una «pequeña cirugía» para resolver las molestias que arrastra desde hace un mes en la ciática, desveló Guillermo Fernández Romo en la previa. El entrenador también suma a la lista la de Vukcevic por «una pequeña rotura en el recto anterior».
A Fernández Romo le «encantaría» alinear a todos esos jugadores de la enfermería, así como «a Jairo» izquierdo. «Hay veces», comentó el entrenador del Efesé, «que la situación nos ha llevado a que pasara eso» bien por lesión o por salida en el mercado invernal. De ahí que prácticamente la totalidad de los nuevos fichajes de invierno sean titulares cada fin de semana.
Romo definió la semana de trabajo en el vestuario albinegro como «muy dura» por la situación, pero con un ambiente de «ilusión, rigor y disciplina»; mantener esa intensidad «es lo que nos mantiene firmes y fuertes de cara al enfoque de los partidos». Pero, matizó el madrileño, luego «llega la decepción del resultado y afecta, más en nuestra situación que en otras». «Tenemos que ser responsables y consecuentes», aseguró.
«La parte mental es más dura que la futbolística», comentó Romo, precisamente, sobre «verte tan abajo y tan lejos de tu objetivo». El Cartagena tiene pie y medio en Primera RFEF y el entrenador comprende que los aficionados hagan cuentas ya no por la salvación sino por el momento en que se produzca la pérdida de categoría de forma matemática. «Entiendo que son situaciones lo suficientemente desesperantes para que cada uno pueda pensar en esas cosas. Pero en mi cabeza no está eso: el foco tiene que estar en los entrenamientos, en acertar en la alineación, en rendir el domingo y que estemos cerca de ganarlo».
El Ciudad de Valencia es uno de los estadios favoritos de la afición albinegra. Allí el equipo ha ganado en sus últimos tres desplazamientos, siendo los de 2022 y 2024 los más especiales: en el primero, el triunfo por 0-1 significó que esa noche el Efesé durmió líder de la categoría; en el segundo se dio un paso fundamental por la salvación. En este 2025, sin embargo, no hay nada que celebrar ni a lo que agarrarse. De hecho, no se vendieron entradas ni la Federación de Peñas organizó desplazamiento. «A la afición no se le puede pedir, es darles nosotros con nuestro esfuerzo y con nuestra actitud el mejor ejemplo posible para que el equipo rinda y pueda ganar el siguiente partido, que es el del domingo».
Julián Calero, por su parte, no quiere relajación ni un exceso de confianza en sus jugadores por la situación que rodea al Cartagena. «Espero un Cartagena competitivo. Lo veo por el cariño que le tengo a la institución. Tenemos que hacer muy bien las cosas», aseguró el exentrenador albinegro. Una buena noticia para el Efesé es que vuelve tras sanción Damián Musto, un jugador capital que siempre lo da todo, es garra, carácter y nunca baja los brazos.
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