Un Cartagena roto y sin rumbo

La tarde, fea y tensa desde que unos 300 aficionados se congregaron a las 17.00 horas en la explanada del Cartagonova para exigir la marcha de la directiva, volvió a demostrar que el proyecto está más que agotado y que el descenso a Primera Federación, que a este paso será una realidad bastante antes de lo esperado, debe servir de catarsis. Urge cerrar esta etapa cuanto antes y abrir una nueva, en la que vuelva la paz al cartagenerismo y se pueda construir algo con lo que la afición recupere la ilusión y la tranquilidad regrese al día a día del conjunto albinegro.

Gol: 0-1, Isma Ruiz (33). Árbitro: Fuentes Molina (valenciano). Amarillas al local Musto y a los visitantes Albarrán, Isma Ruiz y Magunacelaya. El estadio: Cartagonova. 5.423 espectadores.

La imagen del palco fue distinta, con los que mandan en el club sin aparecer por allí y con los concejales José Martínez y Cristina Mora ejerciendo de improvisados representantes del equipo local. A su lado, varios directivos del Córdoba relamiéndose ante la posibilidad de pescar en un río así de revuelto. Eso fue lo que acabó sucediendo. Porque solo cambió lo del palco. Lo del campo fue más de lo mismo. Este 2 de febrero, Día de la Marmota, Phil pronosticó que el invierno durará seis semanas más de lo habitual en Estados Unidos y Canadá. Ya veremos lo que se extenderá este invierno albinegro.

Tres partidos con Fernández Romo y tres derrotas. Cinco partidos sin marcar un gol y siete jornadas sin ganar. Casi mil minutos de juego sin anotar un tanto, desde el que hizo Gastón Valles en Granada. Números catastróficos de un equipo catastrófico. Ni siquiera los fichajes de enero mejoran un ápice el funcionamiento de un equipo roto, mal concebido en verano y mal remendado en invierno. Tiene muy poco fútbol y ninguna confianza este Cartagena. Por eso va de derrota en derrota y está virtualmente descendido cuando todavía quedan cuatro meses de competición. Peor imposible en un año lacerante para todos. No hay consuelo. Ni tampoco remedio.

Metió Fernández Romo a El Jebari, Álex Millán y Óscar Clemente, tres de los nuevos fichajes. En el segundo tiempo puso a Delmás y no hizo debutar a Pepín Machín. El Córdoba, un equipo bien hecho y que está rindiendo a un estupendo nivel en su regreso al fútbol profesional, se sabía superior desde el principio y jugó con el temple y la calma que no tuvo el Cartagena. Es mejor equipo el de Iván Ania, pero es que además no tiene urgencias y cree en lo que hace. De ahí, la diferencia vista entre ambos conjuntos este domingo en un Cartagonova al que acudieron poco más de 5.000 espectadores. Medio millar de ellos entraron a los diez minutos, secundando así el plante propuesto por la federación de peñas.

Tuvo su oportunidad Óscar Clemente a los cuatro minutos, aprovechando un pase temerario de Albarrán hacia Marvel. El canario se quedó solo delante de Carlos Marín, pero su remate con la derecha fue defectuoso y blando. Pronto cogió el mando el Córdoba, con Carracedo y Adilson percutiendo en los costados y Magunacelaya e Isma Ruiz llevando la manija, muy superiores a Musto y Andy en la medular. Remató solo Casas, ante la pasividad de Alcalá y Kiko Olivas, obligando a Pablo Cuñat a hacer su primer milagro de la tarde. El Día de la Marmota. El 2 de febrero y, en el caso del Efesé, cada día de partido, en casa o fuera.

El segundo milagro del portero del Cartagena, en forma de parada estratosférica, llegó a los 20 minutos. Óscar Clemente perdió una pelota en una zona muy delicada y Carracedo la puso en el área. No cortaron el pase ni Aguirregabiria ni Alcalá y el derechazo a bocajarro de Marvel no fue gol por la espectacular intervención de Pablo Cuñat, quien sacaría una tercera mano espectacular antes del descanso, para evitar el gol de Magunacelaya.

No pudo hacer nada el meta valenciano, sin embargo, para impedir el tanto de Isma Ruiz, el que acabó dando los tres puntos al Córdoba en un estadio que tan buenos recuerdos trae al cordobesismo. El medio visitante, con tiempo para pensar donde iba a poner la pelota, soltó un derechazo a la escuadra que era imparable. Incluso para Pablo Cuñat. El Jebari, Andy y Óscar Clemente, que no cerraron la frontal del área, fueron espectadores privilegiados de tremendo zapatazo.

Nada cambió tras el descanso. Es más, en la primera jugada pudo marcar Carracedo, pero su derechazo se fue alto. Albarrán también lo probó, en una internada favorecida por un resbalón previo de un inocente Delmás. Movió el banquillo Fernández Romo. Ortuño salió en el minuto 88 y no llegó a tocar la pelota. Alguna escaramuza de Escriche y un par de centros desde la derecha de Aguirregabiria y el propio Delmás fueron el escaso bagaje ofensivo de un Cartagena que en ningún momento estuvo cerca de remontar. Ni siquiera de arañar un punto. Lo suyo no tiene solución y volvió a comprobarse en un domingo negro. Otro más.