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Las elecciones del 23-J y el pulso entre PP y Vox por ver quién se pone más estupendo para defender a sus votantes han ... condicionado sobremanera la investidura de López Miras y la constitución del próximo Gobierno regional, hasta el punto de que en estos momentos no tengo muy claro que los de Vox vayan a aflojar porque sí después de las elecciones generales si obtienen unos resultados peores que los de 2019, según las encuestas.
Recuerdo que el pasado lunes se produjo la segunda votación fallida de López Miras, pero casi nadie se acuerda. Este se ha quedado para los postres junto con su compañero de Aragón Jorge Azcón, y la estrategia electoral de la cúpula nacional del PP ha tenido bastante que ver. Los populares murcianos habrán tenido la autonomía formal que requería la situación, pero bajo tutela. De otra forma no se entiende la maniobra; ese viaje a ninguna parte en la Asamblea.
La semana que viene se podrá tomar la temperatura entre PP y Vox con la visita de Abascal a la única región donde ganó los comicios hace cuatro años con sus propuestas sobre el Mar Menor, la agricultura y los trasvases. Abascal viene a tratar de amarrar sus tres diputados y a marcar la hoja de ruta para la gobernabilidad en la Región o la repetición electoral. El hecho de que el PP le esté quitando votos, según los sondeos, no será plato de buen gusto para el líder de Vox, en tanto que Murcia ha sido una pieza clave en esta movida y donde ambos partidos siguen a la greña.
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