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Valcárcel mira los resultados en el móvil junto a su mujer, al lado del cartel de López Miras en la noche electoral. agm VICENTE VICÉNS /
Elecciones autonómicas y municipales de la Región de Murcia 26-M: SALVAR AL SOLDADO MIRAS

SALVAR AL SOLDADO MIRAS

El presidente puede quedar más debilitado y afrontar una rebelión en su partido si no logra un pacto con Ciudadanos que evite el destierro del PP a la oposición. Varios barones locales, entre ellos Patricia Fernández, Luengo y Ortuño, han mejorado sus resultados y le pueden hacer sombra

Martes, 28 de mayo 2019, 03:02

Las cosas de comer. El paisaje postelectoral deja grandes incógnitas, no solo sobre los pactos por cocer en la Región de Murcia, sino también en el Gobierno central, que maneja la batuta para financiar la sanidad, los servicios básicos, el agua y las infraestructuras. Hasta julio no se habrán acomodado los nuevos ministros y sus equipos, y el foco que aquí interesa está puesto en Fomento y Medio Ambiente, de los que dependen más de mil millones de euros en inversiones comprometidas para la Región.

Hay obras ya adjudicadas, como el soterramiento en Murcia y la línea del AVE con Almería, pero es necesario «alimentarlas» echándoles dinero, como el combustible a una locomotora, para evitar retrasos. Los avances en infraestructuras del último año tienen detrás la mano del secretario de Estado Pedro Saura, cuya continuidad y la del resto de altos cargos depende del nuevo Gobierno de la nación. Diego Conesa apostó por Saura y querrá asegurarse de que siga en el puesto para culminar todo lo iniciado. Y aquí entra la variable doméstica: no tiene la misma eficacia y relevancia que Conesa sea presidente de la Comunidad a que pase a la oposición durante cuatro años.

El brazo ejecutor

El equipo que vela por el líder socialista

Similar planteamiento existe con el agua. Un barón socialista con mando en plaza, como Emiliano García-Page y Ximo Puig, dispone de mayor margen de maniobra para bregar con o contra el Ministerio. Los regantes del Trasvase Tajo-Segura tienen una relación relativamente cómoda con el secretario de Estado Hugo Morán, quien conoce al detalle todo lo relativo al acueducto, las desaladoras y el déficit del Segura. Cuesta meses y años que cualquier máximo responsable nacional de agua conozca la precariedad hídrica del Levante; de ahí que todo relevo resulte traumático. El caso es que suena en los mentideros de Madrid que Hugo Morán podría no seguir, con lo que se perdería el buen rollo que también tiene con Conesa. Esto ha encendido las alarmas, ya que el principal temor -pánico- de los regantes es que Pedro Sánchez deje a Podemos que maneje la 'sala de máquinas' del agua, si los morados entran en el Gobierno por alguna puerta.

El círculo estatal de Conesa: Pedro Saura, Mario Urrea, Morán y Francisco Jiménez

Mario Urrea es el hombre de Diego Conesa para guardar el fuerte de la Confederación del Segura. Lo propuso Fuentes Zorita y se ha ganado a los regantes. Conesa podría tener la tentación de nombrarlo consejero de Agricultura y Agua, pero sería más eficaz que Urrea siguiera en la CHS, donde se parte el bacalao. Sería el consejero en la sombra, el que marca las decisiones. Como hacía el exconsejero Antonio Cerdá, pero al revés.

Otro hombre de Conesa, que le cae bien a todo el mundo, es el delegado del Gobierno, Francisco Jiménez, con quien forma un tándem que se reforzará ante lo que está por llegar. Saura, Morán, Urrea y Jiménez son los principales brazos ejecutores de la Administración del Estado en los que se asienta Diego Conesa.

¿Pedirá Cs relevos en el PP?

Cientos de cargos y jefes están en capilla

López Miras y Ximo Puig establecieron una alianza para reivindicar una justa financiación estatal, al gobernar las dos comunidades peor tratadas por el Ministerio de Hacienda. Esa entente tendrá que ser revalidada, con López Miras o con Diego Conesa, en cuanto el Gobierno convoque a los gobiernos autonómicos para abordar el nuevo sistema. Será otra de las asignaturas estrella de la próxima legislatura.

Con estos deberes que atender, Miras y Conesa están a lo que diga Ciudadanos. El primero no solo se juega seguir en la presidencia de la Comunidad, sino que también podría tener problemas dentro de su partido si se van al destierro. Una mudanza de centenares de cargos, jefes y personal de confianza como no se había visto desde la salida del PSOE de la Comunidad en 1996.

Los regantes tienen pánico a que el Gobierno deje el agua en manos de Podemos

De ahí que López Miras tenga que jugar todas sus bazas para lograr el apoyo naranja, pagando una factura muy alta. Recuérdese que Ciudadanos exigió en el año 2015 las dimisiones de destacados dirigentes del PP investigados por corrupción, como requisito para apoyar a Pedro Antonio Sánchez. ¿Podría ahora exigir a otros socios populares que no recuerden a la etapa anterior? ¿Que el presidente sea otro diputado o diputada popular? ¿O en lugar de personas, cargos y consejerías clave? De entrada, PP y PSOE preferirían gobernar solos, pero están abocados a ceder hasta donde les permita la honrilla política.

Teodoro también se la juega

Los descontentos del PP pueden exigir cabezas

Si no consigue el apoyo de Ciudadanos, López Miras podría enfrentarse a una crisis interna en el PP regional. Truco o trato. Puede quedar contra la espada y la pared. El domingo consiguió 16 diputados, un resultado mejor del que le daban todas las encuestas, pero quedará en una situación más débil dentro de su partido si se va al banquillo de la oposición. Su derrota, aunque por la mínima, contrasta con los resultados de José Ballesta, que podrá mantener la alcaldía de Murcia, la séptima capital española.

A esto se suman las victorias de los alcaldes y alcaldesa de Archena, Alcantarilla, Yecla y San Javier, principalmente. Patricia Fernández -que sonó como presidenciable en los tiempos revueltos de la 'guerra de sucesión'-, Joaquín Buendía, Marcos Ortuño y José Miguel Luengo revalidan y mejoran sus resultados. Han puesto en entredicho al jefe. Se han reforzado como barones locales del PP, para lo que pueda venir.

Hay militantes dispuestos a exigir explicaciones y a que rueden cabezas en la dirección regional del partido. Ese malestar está contenido, a la espera del resultado de las negociaciones con Ciudadanos. Teodoro García, que apenas ha hecho campaña en la Región en estos comicios, también se la juega. Los malos resultados que tuvo en las generales quedaron apagados, y ahora tendrá que emplearse a fondo como negociador con Ciudadanos para salvar al soldado López Miras.

¿Intervendrá el expresidente?

Valcárcel observa, calla y toma nota

El expresidente del PP y hasta ahora vicepresidente del Parlamento Europeo, Ramón Luis Valcárcel, observa, calla y toma nota. Mostró su disposición a participar en la campaña electoral y ahora contempla el paisaje después de la batalla. El declive empezó en 2014: un sucesor le salió rana al partido, otro tuvo que dimitir (lo veía hasta un ciego) y el tercero cargaba con una herencia demasiado pesada de 24 años. ¿Saltará Valcárcel a la palestra para poner orden?

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