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Hubo dos reuniones, la segunda muy corta, y un intercambio de documentos para tratar de alcanzar un acuerdo que sirviera para toda la legislatura. La ... primera negociación fallida entre PP y Vox desembocó en el choque de trenes que se produjo el miércoles en la constitución de la Mesa de la Asamblea, donde los de Abascal se quedaron fuera y humillados, y amenazaron con bloquear la investidura de López Miras y forzar una repetición electoral. La refriega parlamentaria fue la punta del iceberg de un posible pacto de mayor alcance que quedó frustrado el martes por la tarde, y en el que pudo influir, como elemento distorsionador, el acuerdo alcanzado en la Comunidad Valenciana. Lo que se estuvo ventilando lunes y martes no era solo el reparto de la Asamblea, sino el 'paquete completo' para los próximos cuatro años.
En las negociaciones llevadas a cabo en Murcia participó el hombre de confianza de Santiago Abascal, el vicesecretario de la presidencia nacional de Vox, Enrique Cabanas. No era la primera vez que este acudía a la Región para estos menesteres, puesto que ya estuvo hace cuatro años con motivo de la investidura de López Miras.
Las espadas siguen en alto, aunque ambos partidos empezaron ayer a rebajar un poco la tensión, con vistas probablemente a realizar un nuevo intento. Pese al 'calentón' de la Asamblea, PP y Vox no quieren «cerrar puertas» y optarán por seguir «hablando y avanzando» en lo posible.
A la hora de reproducir lo acontecido, fuentes del PP y Vox coinciden en la primera reunión que se produjo el lunes, al parecer en el palacio de San Esteban, entre Fernando López Miras y el portavoz parlamentario popular Joaquín Segado; y por otro lado José Ángel Antelo y Enrique Cabanas, enviado de Abascal. Cabanas presenció en vivo y en directo lo sucedido el miércoles en la Asamblea, donde estuvo acompañando al grupo de Vox.
A partir de ahí, los detalles los aporta cada parte. El PP explica que quedaron con Vox en que estos presentarían un documento con sus propuestas, cosa que hicieron en cinco o seis folios, en los que venían recogidos una serie de puntos a negociar para abordar la legislatura. Se supone que con unas bases genéricas y comunes a las que se presentaron en la Comunidad Valenciana en materia de inmigración, familia, agricultura, medio ambiente, etc. Junto a estas se recogían otras propuestas más específicas y conocidas, como la derogación o cambio de la ley del Mar Menor. Asimismo, según los populares, los de Vox solicitaban la entrada en el Gobierno regional sobre la base del 18% de votos obtenidos en las urnas.
Miras y Segado respondieron con que harían una contrapropuesta al documento de Vox , matizando algunos puntos, aceptando otros y rechazando otros tantos, el cual presentaron el martes por la tarde. En dicha contrapropuesta figuraba, entre otros puntos, el apoyo de Vox al PP en la Junta de Portavoces y la negociación anual de los presupuestos de la Comunidad. Esa segunda reunión, en la que no participó López Miras, fue muy corta y ambas delegaciones no llegaron a debatir los documentos. Según el PP, a Vox ya no le interesaba los papeles y exigió la presidencia de la Asamblea Regional para Alberto Garre.
El PP se negó, al considerar que era una petición desproporcionada e hizo valer el 43% de los votos obtenidos. Ofreció explorar otra vías y fórmulas para que Vox entrara en la Mesa, a costa de quitarle un puesto al PSOE. En este sentido, ofreció el apoyo de varios diputados populares para las votaciones. Los números le salían al PP siempre que Podemos no respaldara al PSOE, cosa que sí hizo. De hecho, José Vélez y María Marín vieron venir la jugada y cortaron el paso a esa posibilidad.
La versión de Vox se basa en que el PP exigía total apoyo a cambio de nada. Explica que los populares pusieron encima de la mesa un papel para tratar de garantizarse el apoyo de Vox en la Junta de Portavoces, junto al compromiso de sentarse a hablar todos los años del Presupuesto de la Comunidad. A juicio de Antelo y su grupo, les cerraban el acceso a la Mesa de la Asamblea y se ignoraba la representación obtenida en las urnas. Niegan que exigieran el todo o nada con la presidencia de la Asamblea para Alberto Garre, a la vez que consideraron imposible de llevar a la práctica la fórmula del PP de buscar otro puesto en la Mesa. Las matemáticas no salían porque PSOE y Podemos votaron juntos, como se comprobó.
Los de Vox recalcaron al PP que necesita de su apoyo para seguir gobernando en la Región, ya sea votando a favor o con la abstención, y criticaron que en legislaturas anteriores otros partidos con menos votos han tenido presencia en la Mesa de la Asamblea. También sacaron a colación que Díaz Ayuso, con mayoría absoluta, ha dado un puesto a Vox en la Asamblea madrileña.
En Vox opinan que las negociaciones con el PP murciano habrían avanzado de no ser por el acuerdo alcanzado en la Comunidad Valenciana, que se 'interpuso' el martes en las conversaciones que había en marcha. Sobre esta base, creen que la dirección de Génova ha utilizado a la Región de Murcia como 'un cortafuegos', como un freno a Vox.
En el PP consideran, por el contrario, que la Región no ha sido utilizada como campo de pruebas. «Hemos tenido plena autonomía para tratar de llegar a un acuerdo, y también hemos informado continuamente a la dirección del partido», indican.
Con la resaca de lo acontecido en la Asamblea, en el PP y en Vox confían en volver a tender puentes. No obstante, los de Abascal mantienen su amago de forzar una repetición electoral; mientras que los populares no se apartan de su objetivo de tratar de gobernar en solitario, como expresaron desde el primer momento. Ambos con las manos tendidas.
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