Trump retrasa un mes los aranceles a las empresas de automoción de México y Canadá

La medida busca, según Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, garantizar una «transición ordenada» antes de los cambios en la política de aranceles anunciada por Trump. No obstante, dejó claro que el Ejecutivo de EE UU mantiene su compromiso con la nueva estrategia proteccionista.

De hecho, las exportaciones de productos mexicanos y canadienses sufren desde el martes unos aranceles del 25%, una medida agresiva que ha supuesto romper con el tratado de libre comercio que él mismo negoció con sus vecinos. Aunque los gobiernos liderados por Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau intentaron maniobrar para que volviera a retrasar esta fecha -como ya hizo hace un mes-, el líder republicano cumplió su amenaza. La esperanza de ambos mandatarios ahora es otra: una reducción de esta carga impositiva, que podría materializarse este mismo miércoles.

La cuestión es que Trump se plantea dar un nuevo volantazo después del terremoto que provocaron ayer los aranceles en los mercados financieros. Las bolsas mundiales reaccionaron con temor y el Dax alemán, condicionado por la industria automovilística, cayó hasta un 3,5%. Sin embargo, las plazas bursátiles hoy han abierto con ganancias después de que anoche Howard Lutnich, secretario de Comercio de EE UU, asegurara que el líder republicano plantea un alivio a estas cargas impositivas.

Aunque Trump, en su regreso al Capitolio, defendiera su «implacable» política arancelaria «para conseguir un alivio drástico en las economías de las políticas trabajadoras», Lutnich rebajó el entusiasmo de sus palabras en una entrevista minutos después en Fox News. El secretario de Comercio aseguró haber hablado por «teléfono todo el día con mexicanos y canadienses». «El presidente escucha, así que creo que va a encontrar una solución con ellos. No va a ser una pausa», añadió dando a entender que rebajará el tipo impositivo.

La cuestión es que pese a que Trump defienda esta política comercial como «fundamental para proteger el alma de nuestro país», las expectativas de inflación se han disparado, el gasto de los consumidores se ha frenado y el déficit comercial ha pulverizado récords. En enero, de hecho, el desequilibrio entre las importaciones y las exportaciones se disparó hasta los 153.263 millones de euros, un 25,6% más que el mes anterior.

Mientras las empresas preparan para un escenario en el que Estados Unidos deje de ser su socio preferente, México, Canadá y China -que desde ayer sufre de unos aranceles del 20% a todos sus productos- ya preparan represalias. El canadiense Justin Trudeau se mostró ayer dispuesto a replicar con toda su artillería y anunció sus propios aranceles. La mexicana Claudia Sheinbaum, en cambio, explicó que el próximo domingo anunciará su respuesta.

México no quiso detallar todavía sus medidas de réplica. Sheinbaum señaló que las expondrá el domingo durante una audiencia pública desde la Plaza del Zócalo, en Ciudad de México. «Cooperación y coordinación, sí. Subordinación, intervencionismo, no», señaló. China concretó sus propios aranceles, que oscilan entre el 10% y el 15% y afectan a una variedad de productos alimentarios como el pollo, el trigo, el maíz o el algodón.

Y la guerra no ha hecho más que comenzar. El 12 de marzo se activará el arancel del 25% sobre el acero y el aluminio y el 2 de abril se implementarán tarifas adicionales al sector automotriz y agrícola, con Europa en el punto de mira.