Qué ocurre si el casero no paga las facturas de la luz y el agua: estos son los pasos que debe seguir el inquilino

A la hora de alquilar una vivienda, es fundamental que tanto el inquilino como el propietario cumplan con una serie de obligaciones, pero también que ambos conozcan sus derechos. Sin embargo, hay aspectos importantes que a menudo se pasan por alto y no se convierten en motivo de preocupación hasta que surge un problema. Un ejemplo claro de esto es quién debe asumir el pago de los gastos de la comunidad o de las derramas. Lo habitual es que ambas partes firmen un contrato en el que se especifiquen estos detalles, pero no siempre se presta suficiente atención a ellos.

Por lo general, el arrendatario está obligado a cubrir el coste de los suministros (agua, electricidad, gas, etc.), como establece la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Estos gastos pueden incluirse en el precio del alquiler o abonarse por separado, dependiendo de lo que se haya pactado en el contrato. Sin embargo, es responsabilidad del propietario garantizar que la vivienda esté en condiciones de habitabilidad, lo que incluye realizar las reparaciones necesarias debidas al desgaste natural de la propiedad. Además, el casero está obligado a dar de alta los suministros básicos, como agua y electricidad, antes de que el inquilino ocupe el inmueble.

Un aspecto que suele generar dudas es qué ocurre si el propietario deja de pagar las facturas de suministros que el inquilino le ha abonado previamente. En muchos contratos de alquiler, es común que el inquilino pague los suministros al propietario, quien a su vez es responsable de hacer el pago a las compañías suministradoras. Pero, ¿qué sucede si el propietario incumple con este pago?

Antes de emprender acciones legales, la recomendación principal es intentar resolver la situación de manera amistosa. Se sugiere hablar directamente con el casero para llegar a un acuerdo. En algunos casos, el propietario puede aceptar hacerse cargo del alta o cambio de titularidad de los suministros, lo que permitiría al inquilino pagar directamente a las compañías de servicios y evitar futuros problemas.

Si esta vía no da resultado, el portal inmobiliario Fotocasa aconseja contactar con el administrador de fincas para mediar en el conflicto. Otra medida que el inquilino puede tomar es enviar un burofax al propietario, en el que se expongan claramente los motivos del reclamo, ya que este documento tiene valor legal y puede ser utilizado como prueba en caso de que la situación no se resuelva.

Como última opción, y en los casos más graves, el inquilino tiene la posibilidad de interponer una denuncia ante la policía. También es importante recordar que si el incumplimiento del contrato de alquiler persiste, el inquilino tiene derecho a rescindir el contrato en cualquier momento, sin penalización alguna. Dependiendo de la gravedad del incumplimiento, el arrendatario podría incluso exigir una indemnización por daños y perjuicios ocasionados por la negligencia del propietario.

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