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El 17 de enero Elon Musk era más rico que nunca. El fundador de Tesla o SpaceX –entre otras– atesoraba en ese momento 450.000 ... millones de dólares, sobre todo gracias a la cotización récord de Tesla. Los inversores descontaban que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca daría mucha ventaja a la compañía de coches eléctricos, pero la realidad ha sido otra bien distinta. Musk ha perdido más de 140.000 millones de dólares por el desplome de las acciones de Tesla en los dos últimos meses, según un análisis de Bloomberg. Las ventas en China y Europa se han reducido a la mitad y la llegada de aranceles –que subirán los precios de estos coches americanos– no parece que vaya a hacer remontar los pedidos.
Pero no solo Musk está en aprietos. El grupo de 'Las Siete Magníficas' ha caído 2,6 billones de dólares en capitalización bursátil desde el pasado 20 de enero, según los datos obtenidos de MarketCap, pese a que el presidente les había prometido un futuro de éxito basado en la desregulación del sector y las mejores condiciones para competir a nivel global en el campo de la inteligencia artificial (IA). Entre estas empresas se encuentran Amazon, Google o Meta, gigantes con tanto poder que podrían hacer cambiar el rumbo de las políticas de Trump al ver los nefastos resultados para sus cuentas.
Los magnates propietarios de estas multinacionales se acercaron a Trump desde el momento de su elección e incluso fueron a la ceremonia inaugural de su mandato. A nadie le sorprendió la presencia de Elon Musk, a quien Trump ha nombrado jefe de Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina externa al Gobierno que ofrece asesoramiento administrativo y presupuestario con el objetivo de «crear un enfoque empresarial para el Gobierno», como explicó el propio Trump tras ser reelegido. Pero llamó más la atención la presencia de Jeff Bezos (Amazon) o Mark Zuckerberg (Meta), en el pasado bastante críticos con el presidente pero que se fueron acercando a él a medida que se avecinaba la victoria.
Entre este grupo de las siete grandes tecnológicas de Estados Unidos –formado por Apple, Microsoft, Meta (Facebook y Whatsapp), Amazon, Alphabet (matriz de Google), Nvidia y Tesla–, sobresale el caso de Tesla, que desde el pasado 20 de enero se ha dejado en el parqué neoyorquino 640.000 millones de dólares (unos 585.000 millones de euros). Es una cifra abrumadora que, para ponerla en contexto, supone una tercera parte del Producto Interior Bruto (PIB) de España.
Nvidia y Alphabet no están tampoco lejos de esa cifra, con pérdidas de capitalización bursátil en estos dos meses de 590.000 y 460.000 millones de dólares, respectivamente. Estos desplomes bursátiles han impactado directamente en el patrimonio de sus magnates, que, en la mayoría de los casos, son accionistas mayoritarios de sus empresas. Así, desde principios de año Musk se ha dejado más de 140.000 millones; Bezos, unos 25.000 millones; y Mark Zuckerber, 3.000; cifras más que abultadas para que estos poderosos empresarios pudieran plantearse exigirle al presidente cambios en su agresiva política comercial.
«Los lobbies están presionando para que esta política pare, pero Trump tiene muy claro su plan, que es conseguir una bajada de los tipos de interés. Una vez que lo consiga, todos estarán contentos: Trump, las tecnológicas y la bolsa», explica Jesús Cristóbal, profesor de OBS Business School y CEO de Sand, empresa tecnológica especializada en Datos.
Los aranceles son una de las causas que están detrás de este desplome milmillonario, pero no son la única. El experto indica que «cada compañía tiene lo suyo». Porque Tesla, por ejemplo, está viviendo una «tormenta perfecta» con la presión de la industria china de eléctricos o la oposición a las políticas de Trump y Elon Musk de muchos compradores europeos y asiáticos. Pero Cristóbal considera que son caídas en bolsa «transitorias» y que en unos meses se comenzarán a recuperar. «Seguirán siendo empresas muy rentables pese a todo», afirma.
Una reciente encuesta realizada por Chief Executive a 220 consejeros delegados americanos refleja el impacto en la confianza desde la llegada de Trump. El informe revela que después de aumentos de dos dígitos tras las elecciones de noviembre, la confianza en la comunidad empresarial «cayó drásticamente» la primera semana de marzo.
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