Las empresas familiares facturan más este año, pero sufren ya la inestabilidad

Las empresas familiares de la Región mejoran sus resultados este año aunque comienzan a notar ya las consecuencias de la incertidumbre económica y política. Y, de hecho, sus expectativas empeoran ante la mayor desconfianza en la evolución del mercado, a partir de una «desaceleración sincronizada» con el conjunto de España, tal como manifestó este martes el director de la Cátedra de la Empresa Familiar Mare Nostrum UMU-UPCT, Ángel Meroño, en la presentación del barómetro de 2019. Un estudio realizado junto a la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur), en colaboración con Bankia, donde se refleja que más de la mitad de las mercantiles (53%) cerrará el año elevando su facturación.

Así lo reflejan las firmas consultadas, de cuyas respuestas se extrae que el índice de confianza ha descendido nueve puntos, hasta situarse en un 12,9; una tendencia que coincide con el último indicador de la Cámara de Comercio de Murcia, del que informó este martes LA VERDAD. Esta realidad se refleja, principalmente, en una desaceleración de las inversiones realizadas. Y aunque en global los indicadores aguantan en cifras positivas, las previsiones para 2020 son que la situación empeorará en un contexto marcado por el incremento de las barreras arancelarias, los conflictos geopolíticos internacionales y la incertidumbre política nacional.

Precisamente, apenas el 37% de las 124 empresas consultadas dicen que incrementaron sus plantillas este año; el 35,5%, que subió sus inversiones; el 23,1%, que mejoraron los precios de venta, y el 17,2% reconoce que elevaron sus exportaciones. Por ello, en esta situación de cierta desconfianza, las empresas familiares focalizan sus esfuerzos a la hora de competir en potenciar la calidad, el servicio y la atención al cliente.

En cuanto a las dificultades experimentadas para el desarrollo de su actividad, el 52% de las empresas señalan a la presión competitiva como principal preocupación; seguida por la debilidad de la demanda (49%), que aumenta quince puntos; los aspectos legales (38%) y la escasez de personal cualificado (35%), que claramente crece frente a estudios anteriores. «Volvemos a los niveles de 2013 en cuanto a la opinión de la economía y su evolución», subrayó Meroño.

Con respecto al próximo año, las principales preocupaciones son de carácter externo, especialmente la desconfianza en la evolución económica, así como el apuntado efecto de los aranceles por las guerras comerciales. Mientras que los factores internos que más influyen negativamente son los relativos al control y a la incorporación de la familia a la sociedad, junto con el diseño organizativo y la preocupación por la supervivencia.

Así, el 18% de las compañías se plantean transmitir la empresa a la siguiente generación, tasa que crece cinco puntos respecto al ejercicio pasado. En cuanto a la intención de vender el negocio, desciende tres puntos, hasta el 7%, una cifra que se duplica en empresas a partir de la tercera generación. Mientras que la opción de cerrar sube dos puntos hasta el 3%; y en el caso de firmas en la primera generación llega a un 9%.