Cuidemos a quienes garantizan nuestra alimentación
OPINIÓN ·
Nos está tocando vivir un periodo muy convulso, sobre todo esta última épocaManuel Martínez Madrid
Lunes, 21 de marzo 2022, 14:26
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OPINIÓN ·
Nos está tocando vivir un periodo muy convulso, sobre todo esta última épocaManuel Martínez Madrid
Lunes, 21 de marzo 2022, 14:26
En esos momentos tan difíciles fue esencial garantizar el abastecimiento alimentario de la población. Todos recordamos los instantes de pánico iniciales que llevaron a muchos ciudadanos a hacer compras compulsivas, dejando las estanterías de los supermercados vacías. Pero gracias, entre otros, al trabajo de los agricultores, y a pesar del miedo al contagio del coronavirus, nuestro sector no tuvo ningún problema para garantizar la alimentación de gran parte de Europa, dejando claro que España es una de las principales despensas de Europa.
Actualmente la guerra en Ucrania, está haciendo tambalear nuestra forma de vida. Además del incremento descomunal de los costes de la energía, se están volviendo a ver algunos estantes vacíos en los supermercados, sobre todo los del aceite de girasol. Poniendo de manifiesto una vez más, que la agricultura debe ser considerada un sector estratégico, dado que nuestra alimentación depende de ello. Esta garantía de suministro de alimentos a la población, se fundamenta en la productividad y fiabilidad de los cultivos de regadío. En España la agricultura de regadío supone más del 65% de la producción con solo el 22% de la superficie cultivada. Jugando un papel esencial las Comunidades de Regantes, por ser las entidades que suministramos el agua a las parcelas agrícolas.
Los agricultores se enfrentan en nuestros días a grandes retos que ponen en riesgo su actividad, y por ello nuestra alimentación. Como ejemplos de estas dificultades tenemos: el gran incremento de los costes producción (agua, electricidad, gasoil, fertilizantes,...); inseguridad hídrica; e inseguridad jurídica. Todo ello, está provocando una gran movilización del mundo rural, dada la grave situación en la que se encuentra, con grandes manifestaciones a lo largo de todo el país.
No se entiende que uno de los grandes desafíos pendientes de resolver en nuestro país siga siendo la gran desigualdad existente en el acceso a un bien de primera necesidad como es el agua. Continúa habiendo grandes diferencias en cuanto a la disponibilidad, la garantía, la calidad y el coste del agua. Todo ello recrudecido por el cambio climático, que está provocando una reducción progresiva y generalizada de la disponibilidad de agua; pero sobre todo agravado por la falta de actuaciones de gobernanza que está provocando un empeoramiento de esta situación, poniendo en riesgo la producción de muchos cultivos.
En este sentido, destaca la insuficiencia del nuevo proceso de planificación hidrológica para garantizar la seguridad hídrica en la Cuenca del Segura. No cumpliendo con la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética que establece que la planificación hidrológica tendrá como objetivos «conseguir la seguridad hídrica para las personas, para la protección de la biodiversidad y para las actividades socioeconómicas...». Dado que con la actual propuesta del proyecto de Plan Hidrológico del Tajo se producirá una reducción anual de un 50% de los recursos trasvasados a la Cuenca del Segura, con lo que se agravará gravemente la inseguridad hídrica de nuestro regadío. Esta reducción prevista de los trasvases es debida a que los caudales ecológicos indicados en la propuesta del Plan Hidrológico del Tajo son muy superiores a los necesarios, tal como demuestran diferentes estudios científicos.
Por todo lo expuesto, considero que el Gobierno no puede ignorar el interés público social, económico y medioambiental asociado al trasvase ni, por tanto, la necesidad de fijar con prudencia los caudales ecológicos mínimos, teniendo en cuenta que no son un fin en sí mismo, sino un instrumento para lograr el buen estado de las masas de agua. Por otro lado, el elevado coste de agua desalada, sin entrar en otras valoraciones de tipo agronómico, es totalmente inasumible por los regantes. Por ello, no se entiende que el Gobierno continúe sin cumplir la Ley 1/2018 por la que se adoptan medidas urgentes para paliar los efectos producidos por la sequía, que prevé que «el Gobierno habilitará los mecanismos de subvención necesarios a fin de que el precio del agua desalada para riego no exceda los 0,3 &euro/m3».
Para finalizar me gustaría agradecer a todos agricultores y a todas las personas implicadas en la cadena alimentaria por su enorme trabajo y esfuerzo para garantizar que no falten alimentos en nuestras mesas. Esperando que nuestros gobernantes, no solo con palabras, y si con los hechos demuestren rápidamente que de verdad cuidan a quienes garantizan nuestra alimentación.
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