

Secciones
Servicios
Destacamos
En 1926, hace casi un siglo, un hombre llamado Enrique López Bustamante viajó a Suiza, donde adquirió los conocimientos necesarios para abrir la primera fábrica ... de chocolate de la historia de la Región. Era el bisabuelo de Alfonso López Rueda (Caravaca de la Cruz, 1960), presidente del Grupo Reina, un holding que engloba a veinte sociedades, emplea a 900 personas, exporta productos a 35 países y tiene sedes en Portugal y Estados Unidos. En la semana en la que se ha cerrado la adquisición de la compañía Vital Sándwiches, en Ciudad Real, López Rueda ensalza la esencia y los valores de la empresa familiar, donde lo que importa es «la cercanía, las personas». Durante la entrevista, en su despacho de la sede central de la ciudad de la Cruz, recibe la visita de su padre, Enrique, de casi 93 años, otro de los eslabones de una saga emprendedora que tiene asegurado el relevo generacional, pues cuatro de los cinco hijos de Alfonso también están en el negocio.
-Esta semana se ha hecho oficial la compra de Vital Sándwiches, en Ciudad Real, y hace unos meses entraron en el accionariado de Tradición Casera, en La Rioja. ¿A qué obedecen estos movimientos comerciales en el mercado nacional?
-Y le falta por incluir Reina Tecnologías de la Información, una pequeña empresa de servicios informáticos que trabajaba para nosotros y ha decidido integrarse en el grupo, para atender todas nuestras necesidades a nivel de soporte, tanto de software como de hardware. Lo de Tradición Casera fue algo casual, no lo buscamos nosotros. Es la empresa de un conocido en La Rioja. Estaban a mitad de un proyecto y se dieron cuenta de que necesitaban recursos, tanto técnicos como humanos y económicos, para terminarlo. Buscan un socio y ahí es cuando aparece Reina, alcanzando un acuerdo con ellos para absorber la mayoría de las acciones. En mayo acabaremos el proyecto con la puesta en marcha de una fábrica de productos para exportación, principalmente yogur de larga vida. En el caso de Vital Sándwiches, también es una cosa casi casual. Nos buscaron porque conocen cómo trabajamos, con un modelo de gestión basado en las personas, en el trato personal, en la cercanía. Son una empresa familiar y quieren que haya continuidad para mantener el negocio y, sobre todo, los puestos de trabajo. Pasó algo similar con Café Salzillo. Hay un sector de empresas familiares que entienden que podemos hacer de enlace para ayudarles a no desaparecer y a poder continuar con su actividad.
-Entonces, ¿no responde también a un propósito de expansión por el territorio nacional, a una conquista de España?
-Bueno, nosotros fabricamos principalmente productos lácteos frescos, que tienen una vida bastante reducida, de en torno a 30 o 35 días, y eso nos condiciona muchísimo. Por lo tanto, debemos contar con más fábricas especializadas para poder cubrir todo nuestro territorio, en este caso la Península Ibérica, porque para nosotros Portugal y España es prácticamente el mismo territorio. Para poder cubrir el territorio de manera correcta, adecuada y con suministro diario, nuestra capacidad de reacción tiene que ser muy alta, pues se trata de algo muy exigente. Entonces, necesitamos muchísima estructura productiva, muy flexible y en determinadas zonas, para atender bien la distribución.
-¿Llevarán a cabo nuevas inversiones a corto o medio plazo?
-Tenemos muchos retos por delante. Por ejemplo, terminar el nuevo tostadero de Café Salzillo en el Polígono Oeste, que debe ver la luz por mayo o junio, y será un centro de interpretación del café, donde queremos ofrecer una experiencia única de consumo y conocimiento del café. Tenemos la apertura de la fábrica en Logroño, la puesta en marcha de Vital Sándwiches, acabamos de crear nuestra Fundación y estamos continuamente ampliando líneas tanto en Portugal como en Caravaca de la Cruz. En Estados Unidos, las expectativas son también bastante altas. Acabamos de entrar en Walmart y en Trader Joe's, que son dos cadenas de distribución muy importantes en el país. Quizás durante este 2025 tengamos que atender demandas de inversión y de proyectos nuevos, pero creo que debemos ser prudentes y consolidar todo lo que tenemos en marcha.
-Ya que habla de Estados Unidos, un mercado importante para Grupo Reina, ¿cómo está viendo usted, desde Caravaca, estas primeras semanas frenéticas de la nueva era Trump?
-Aquí se ha creado una cierta alarma y es entendible, porque los aranceles van a suponer una penalización para las exportaciones españolas. Para nosotros, que tenemos una planta allí, pasa lo contrario, va a ser una ventaja enorme. Poder fabricar en Estados Unidos siempre es una gran ventaja. De hecho, los impuestos ya nos los han bajado a los que estamos allí, lo que seguro que va a estimular la economía. A Trump ya lo conocemos del anterior mandato y vimos que habla mucho, pero luego no hace ni un 10% de lo que dice. Por ejemplo, con los inmigrantes, que son imprescindibles para la economía norteamericana. En nuestra fábrica de Houston, el 90% de trabajadores son inmigrantes. Ahora todos tienen papeles, pero alguna vez hemos tenido a trabajadores sin papeles. Porque allí los 'sin papeles' trabajan y pagan impuestos, pues una cosa es Hacienda y la inspección laboral, y otra cosa es inmigración. Es decir, que si tú cumples con tu trabajo, pagas tus impuestos, no eres una persona conflictiva y no tienes ningún problema con tus vecinos y con la autoridad, pues vas a estar en Estados Unidos el tiempo que tú quieras.
-Entonces, ¿cree que la guerra comercial no será para tanto?
-A ver, creo que el jueves leí que Estados Unidos solo produce el 1% del aceite que consume, con lo cual si penalizan la importación de aceite, finalmente quien paga el sobrecoste va a ser el consumidor norteamericano. Yo creo que Trump sabe perfectamente eso y finalmente será razonable. Creo que está lanzando un mensaje de alarma a la hora de sentarse a la mesa a negociar. No es lo mismo sentarse con unas declaraciones como las que hace el señor Trump que sin ellas.
-Hace unas semanas, en una entrevista en este diario, un experto internacional aludía a esa presión que trataba de hacer con sus amenazas, y por ello lo definía como «hombre de negocios» más que como político.
-Totalmente de acuerdo. Trump no tiene una visión política, tiene una visión empresarial. Y por eso mismo sabe que, para que el país funcione, no es buena idea penalizar la importación ni prescindir de los inmigrantes.
-En este contexto internacional tan complejo, ¿cómo ve a España y a la Unión Europea? ¿Nos estamos quedando atrás?
-Sin duda. Creo que se está legislando de una manera completamente particular, sin pensar en la economía, y eso puede perjudicarnos en términos de competitividad. Por ejemplo, en España, la productividad es preocupante. Hace unos días leí que apenas hemos avanzado en los últimos veinte años. Y no solamente no estamos pensando en producir más, sino que reducimos la jornada, cuando quizás sería mucho más inteligente subir los salarios de todos los trabajadores un 6%, que es lo que repercute la bajada de horas, que reducir la jornada. Para mí, es mejor que el trabajador perciba más dinero que reducir la productividad, que es algo que nos perjudica a todos. Además de que tenemos problemas con la retención de talento, precisamente porque aquí pagamos 2.000 euros al mes a una persona formada y, lógicamente, esta prefiere irse a Alemania a ganar 4.000 euros, o a Estados Unidos a ganar 6.000. Pienso que tendríamos que plantearnos cómo estimular, cómo incentivar, cómo poder conseguir que estos salarios tan bajos se establecieran a un nivel mayor para retener talento. Luego, a nivel medioambiental, se está legislando de una manera feroz. En los últimos cinco años, en la Unión Europea se han puesto 300 normativas nuevas, con medidas medioambientales que generan una complejidad enorme. A veces no tenemos ni tiempo de leerlas para poder aplicarlas, y eso está haciendo que cada vez seamos menos competitivos. Por ejemplo, en España ahora mismo pagamos un impuesto al plástico, que no lo tiene ningún país de la Comunidad Europea. Nosotros hemos tenido que llevarnos a Portugal un producto que fabricábamos en Caravaca porque aquí nos repercute en torno a un 5% el coste del impuesto al plástico. En alimentación, tener un 4% o un 5% más de coste en un producto significa estar fuera del mercado.
-¿Cómo ve a la Región de Murcia? ¿Tienen en mente desarrollar inversiones aquí?
-Nosotros queríamos poner en marcha aquí proyectos para atender nuestras necesidades productivas, tanto de huevo como de leche. Pero, lamentablemente, hemos tenido que renunciar a ellos porque nos encontramos con unas medidas que vienen de Europa, que son claramente complejas y muy difíciles de aplicar. Es una pena, porque estas inversiones frenarían el abandono de las zonas rurales, podrían ser un elemento para retener a esa población rural. Pero son las reglas de juego que tenemos que respetar. Las medidas que se están aplicando desde Europa están haciendo que el sector primario tenga dificultades para continuar. Me da mucha pena tener que recurrir a la leche de Galicia o de Asturias, o incluso de otros países, cuando podríamos producirla aquí, creando riqueza y empleo en nuestra región.
-¿Por qué tuvieron que renunciar a esos proyectos?
-Queríamos abrir una granja de vacas para producir al menos el 50% del consumo de leche que necesitamos, y también otro criadero de gallinas para producir nuestro propio huevo, acompañado de una planta de producción. Estuvimos buscando localizaciones, aquí en el Noroeste. Pero, primero, nos encontramos con un problema serio de agua, y luego con un tema de permisos y licencias a nivel medioambiental. Nosotros necesitamos una explotación de unas 4.000 o 5.000 cabezas, cuando lo máximo que nos permiten son 600, lo que no cubre ni un 10% de lo que producimos. Sería antieconómico.
-Pero entonces eso no casa con el discurso del Gobierno regional de ser el territorio de mayor libertad económica del país.
-Al final las medidas medioambientales las marca en Europa y la Comunidad se puede mover un poco, pero no salirse del marco al que estamos adheridos. A lo mejor en vez de 600 cabezas, se pueden autorizar 700 o 800, pero poco más te puedes mover. El sector primario se tendrá que ir a producir a terceros países como Marruecos, Túnez o Argelia. Y eso genera el abandono de nuestro campo y nuestras zonas rurales.
-Antes ha hablado de que se ha constituido ya la Fundación Grupo Reina. ¿Qué papel realizará?
-Nosotros ya hacemos muchísimas colaboraciones, donaciones y patrocinios. La Fundación ordenará toda esta labor. Queremos que en ella repercutan parte de los beneficios que tengan cada una de nuestras empresas, porque queremos que nuestros beneficios repercutan en los territorios donde estamos, que la sociedad tenga un retorno de lo que nosotros recibimos de ella.
-Uno de esos patrocinios fue a Carlos Alcaraz en sus comienzos. ¿Apoyan ahora a algún otro talento deportivo en ciernes?
-Carlitos es un fenómeno. Además de tener un gran talento y de ser un trabajador incansable, tuvo nuestro apoyo económico en momentos clave. Ahora estamos con otros deportistas como Estanislao Lorenzo, en triatlón; María Paredes, en tenis, a quien tenemos en Estados Unidos; Nuria Vivancos, en pádel... No sabemos dónde llegarán, pero sí que van a tener nuestro apoyo.
-¿Puede garantizar que, por mucho que se expanda, la matriz del Grupo Reina siempre estará en Caravaca de la Cruz?
-Está más que demostrado ya que tenemos el corazón aquí. De hecho, nuestra inversión más importante fue el centro logístico de Caravaca, que quisimos hacerlo aquí pese a que hubiera sido más lógico establecer nuestro punto de distribución nacional en el centro de la península. Prevaleció nuestro deseo de que estuviera en nuestra tierra.
-Es usted patrono de la Fundación Camino de la Cruz. ¿Qué balance hace del Año Jubilar? ¿Es necesario que venga el Papa para que termine de despegar?
-Ojalá venga alguna vez el Papa, no perdemos la esperanza, pero no es lo más importante. Caravaca y la Región ya se han hecho un hueco en el turismo religioso a nivel mundial. Este año hemos visto llenos los restaurantes, los hoteles, las casas rurales, los comercios... Pero los años jubilares son cada siete años, y hay que pensar cosas para consolidar los otros seis. Desde la Fundación entendemos que el futuro pasa por los caminos de la Cruz. Ya están definidos y señalizados, pero necesitamos albergues para peregrinos. Ahí juega un papel fundamental la administración pública. Porque es complicado que los albergues funcionen si parten de la iniciativa privada, porque si tienen pérdidas, los cerrarán pronto. Es importante el apoyo público para que, al principio, dé igual ganar o perder dinero. Si el producto se consolida y es rentable, ya entrará la iniciativa privada. Por eso vamos a pedir a las administraciones públicas la creación de albergues en los caminos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.