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Una agricultura que cuida cada gota

MANIFIESTO ·

Alicantinos, almerienses, murcianos, mayores, adultos y jóvenes: los de mayor edad de entre vosotros sabéis lo que la llegada del Trasvase significó en sus pueblos y en sus vidas

Martes, 17 de enero 2023, 23:46

Fue el agua que todo lo evolucionó. Pero también los más jóvenes albergáis recuerdos de antepasados vuestros que defendieron la llegada de este preciado bien, el agua. Fuimos regiones condenadas tradicionalmente al exilio y nos hemos convertido, gracias a la agricultura y al turismo que atrae el agua, en regiones de auxilio para todos aquellos que un día vinieron al Levante en busca de una oportunidad de vida futura mejor.

El agua llegó y se pagó, y se ha pagado hasta la última y miserable gota que el Estado, siempre a regañadientes, ha enviado al Levante. Y se pagó y se sigue pagando cara, la más cara del país y de Europa con diferencia. Y nadie protestó, sabíamos del potencial de nuestro clima y de nuestras habilidades agrícolas. Y con el agua nos propusimos, y lo conseguimos, generar una de las maquinarias de alimentación más perfectas de Europa. Perfecta por dos motivos. Por un lado, debido a su grado de especialización que la lleva a ser la más eficiente posible en ahorro de agua y en diversificación y calidad de sus productos, y por otro lado porque con esos escasos recursos de agua es capaz de alimentar a ingente cantidad de personas y lo más importante, a un precio asequible.

Es la agricultura del futuro. Eso es fruto de vuestro esfuerzo, del esfuerzo de vuestros mayores. Un trabajo en cadena, año tras año, generación tras generación, que no comprende la política de la capital del país. La política de turno, responsable de la materia, es Teresa Ribera, a la sazón vicepresidenta tercera del Gobierno de España. Ella no entiende de vuestras angustias, no sabe de sacrificios, de apuros económicos, de sudor, de miedo y así campaña tras campaña. Miedo a que no llueva o a que lo haga en demasía, a que no haya agua para la campaña, a que tenga un precio inasumible, a que aumente el coste de los productos fitosanitarios, de los fertilizantes, del gasoil, de la electricidad, y a que finalmente el resultado de un trabajo continuo, callado y arriesgado como es el del agricultor, se vea recompensado, no siempre es así, con un precio razonable para sus productos.

Cuando alguien como usted, señora ministra, desconoce todo eso se entiende que actúe tan fríamente, de una forma tan politizada. Señora ministra Teresa Ribera, estamos aquí frente a su casa representantes de organizaciones del sector, empresariales, universitarias, políticas, del cooperativismo, vecinos y vecinas que nada tienen que ver con la agricultura, pero sí son solidarios con ella y además temen que su recorte al Tajo incremente el precio del agua de sus hogares, el más alto de España, por cierto.

Y por último estamos aquí hoy agricultores y agricultoras de la Cuenca del Segura, agricultores empresarios y agricultores por cuenta ajena, de secano y de regadío, de trasvase y de cuenca, usuarios de pozos y desalación y de todos los tamaños, desde el más pequeño al más grande. Agricultores de la cuenca más sedienta de Europa. Hemos venido a exigirle, sí, ha oído bien, a exigirle que deje la política a un lado, que se centre en gobernar con las personas, contando con ellas en lugar de hacer política contando votos. A recordarle que esto, el agua, no es una batalla política entre comunidades autónomas, sino un asunto de Estado y un derecho igualitario para todos los españoles.

Señora Teresa, estamos cansados de tener que mendigar lo que por derecho nos corresponde. Aguas excedentarias, sobrantes de la Cuenca del Tajo, no de ninguna comunidad autónoma, pertenecen al Estado. A esas aguas tenemos tanto derecho como cualquier otro español, máxime cuando llevamos usándolas, pagándolas y amortizando su infraestructura desde hace 43 años.

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