La «vergüenza» que dejó al UCAM Murcia sin victoria ante La Laguna Tenerife

No se van a llevar de la mejor de las maneras las tres semanas que el UCAM tiene que esperar hasta el siguiente partido una vez se supere el parón por Copa del Rey y 'ventanas FIBA'. Aún con cara de póker por su dura derrota con un triple sobre la bocina cuando restaban ocho décimas para el final del partido y había dispuesto de dos tiros libres con 77-75 en el marcador, el club clama contra lo que considera «un error abismal» por parte del trío arbitral, decía Sito Alonso en la rueda de prensa pospartido sobre una acción que también calificó de «vergüenza» y de «falta de respeto impresionante hacia el trabajo de un club, un equipo y una afición».

El entrenador universitario hablaba del tiro libre final de Kaiser Gates. Habiendo fallado el primero de su serie de dos lanzamientos, y quedando ocho décimas para que terminara el partido, el ala-pívot del UCAM tiró a fallar el segundo para no dejar apenas tiempo al Tenerife de obrar la victoria, pues habrían de capturar el rebote, volver al suelo (el reloj se pone en funcionamiento al entrar el balón en contacto con un jugador) y lanzar de pista a pista en esas ocho décimas.

Pero no hubo rebote. Uno de los árbitros, Javier Torres, pitó invasión de Gates en el rebote de su propio tiro libre, entrando en la zona antes de que el balón golpeara el aro. Esto permitió al Tenerife sacar de banda en pista delantera y ejecutar la jugada con que David Kramer anotó el triple del triunfo.

El caso es que, antes de considerar la entrada temprana o tardía de Gates al rebote de su propio fallo, los árbitros deberían haberse percatado de que cuatro jugadores de La Laguna Tenerife estaban colocados para el rebote, cuando el máximo para el equipo que defiende es de tres (dos para el que ataca). De haberlo visto a tiempo, el tiro libre habría de haberse repetido. O no haber ocurrido de la manera en que lo hizo si los jueces se hubiesen dado cuenta antes de que el tiro se realizara. En ese caso, indicar que uno de ellos debía abandonar su posición de entrada al rebote.

También se debería de haber repetido si cualquiera de los cuatro jugadores que estaban en la zona hubiesen invadido este antes de tiempo. Sito Alonso recordaba que «estaban en la zona» antes que Gates, pero hay que recordar que los jugadores que esperaban al rebote pueden entrar al mismo una vez el balón salga de las manos del tirador, que solo puede entrar a por su propio rebote una vez que el balón golpee el aro.

Igualmente, Sito Alonso reconocía el mérito de su rival en un último tiro que «tenían que meterlo y lo han metido», considerando al Tenerife «un súper equipo» al que tiene «un respeto increíble, así como a Txus Vidorreta y sus jugadores».

Esta presencia de cuatro jugadores tinerfeños al rebote es algo de lo que nadie se dio cuenta en el momento. Ni los árbitros, ni el propio UCAM, hasta una vez terminado el partido. Sí dentro de los quince minutos reglamentarios desde una vez que suena el bocinazo final de que los dos equipos disponen para firmar el acta bajo protesta si así lo consideran oportuno. Así firmó y, ahora, le queda esperar una resolución a su queja por parte de la ACB.

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