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Lo que cambia el triple. Arma fundamental en el baloncesto actual, al UCAM hoy le empezaron entrando los tiros desde más allá del arco de ... 6,75 metros y esa fue la diferencia para, en un partido que solo se desniveló en su final, ir siempre por delante de un Breogán que venía como uno de los equipos más en forma de la competición y que había cazado al UCAM.
Esta noche en Lugo el UCAM ha ganado más que un simple partido. En un momento de dudas, ganó en confianza porque pasó de firmar su peor porcentaje en triples la pasada jornada (14,3%) a, hoy, marcarse su partido más eficaz en el tiro de tres puntos. Los 14 triples que metió son su récord de este curso y fueron el 45,2% de los que lanzó.
Río Breogán:
Grant (14), Kurucs (3), Hilliard (8), Vila (2) y Sakho (11) -quinteto titular- Atic, Apic (13), Aranitovic (0), Mavra (16), Touré (3), Quintela (0) y Nakic (0).
70
-
86
UCAM Murcia:
Hakanson (13), Ennis (28), Kurucs (18), Gates (14) y Birgander (2) -quinteto titular- García, Sant-Roos (3), Radovic, Radebaugh (1), Diagne (3), Stephens y Antetokounmpo (4).
Parciales: 26-29, 11-11 (37-40), 21-23 (58-63) y 12-23 (70-86).
Árbitros Fernando Calatrava, Joaquín García y Alberto Baena.
Incidencias:
Un mérito especial para un equipo en el que brilló como en sus mejores días Dylan Ennis, autor de 28 puntos y nombre propio de un último cuarto en que el UCAM se despegó definitivamente, y que persiste así en su empeño de llegar vivo a la lucha final por el 'playoff' mientras, de paso, hoy se gusta más que ayer enfrente del espejo cuando el miércoles a las 20.00 se juega su futuro en Europa ante el Nymburk, un día que en podrá entrar en los cuartos de final como primero, como segundo, o quedar eliminado.
Ese partido ante los checos se jugará en un Palacio donde, en Liga Endesa, el UCAM tiene peores registros (cinco victorias y siete derrotas) que en la carretera (seis y seis con la de esta noche en Lugo). Que jugar en su feudo se haya vuelto en su contra es una teoría que alimenta lo suelto que juega fuera de casa en la competición doméstica, pues en su puesta en escena en el Pazo ya igualaba sus cuatro triples del sábado anterior a los siete minutos (16-18), quedando aún dos más por llegar en un primer cuarto con seis triples de ocho intentos, el último de ellos uno espectacular de Ennis sobre la bocina de diez minutos de altísima anotación (26-29).
Seguramente Sito echó en falta algo más de casquería, algo con lo que debía cortarse un equipo que tenía a Birgander y Antetokounmpo en tres faltas de forma muy prematura. Problema común para Casimiro, ambos equipos se atenazaron al mismo tiempo para fallar todo lo que entró en el primer cuarto, incluidos los tiros libres, pero lo máximo que era capaz de cambiar el marcador el Breogán era para el empate (37-40, descanso).
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Tras la reanudación se vieron, seguramente, los mejores minutos del UCAM desde la vuelta del parón, junto al partido frente al Real Madrid. Al menos, los más reconocibles, puesto que las jugadas eran ejecutadas con el aplauso de su entrenador desde la banda y los automatismos parecían indicar que era aquello lo que se buscaba. Una forma de jugar que resta valor al nombre propio, por lo que la cuarta de Birgander no aflojaba a un UCAM que elevaba la presión a los exteriores del Breogán, para disgusto de un Hilliard en -4 de valoración al descanso, hasta que un contraataque de un gran Kurucs ponía tierra de por medio (49-57, minuto 27).
Sakho, ex del UCAM, era quien mejor sabía salir de las trampas defensivas de Sito Alonso, que agradecía la acumulación de faltas del congoleño que obligaba a Casimiro a prescindir de él durante unos minutos en que Antetokounmpo hizo mejores continuaciones a las penetraciones de sus compañeros para lograr ventajas para sí mismo (58-63, final del tercer cuarto).
El desarrollo del partido decía que el UCAM estaba siendo más equipo, pero no terminaba de romperlo pese a tanto picar piedra, y un Mavra en estado de gracia con sus individualidades acaba encontrando el camino hacia la canasta (63-66, minuto 32). Sito pidió un preventivo tiempo muerto en el que las indicaciones seguramente estarían lejos de ser las de entregar el balón a Ennis para su resolución, pero el canadiense fue el autor de ocho puntos de un parcial de 2-9 que puso la primera diferencia de dos dígitos (65-75, minuto 35) después de dos triples seguidos, el segundo con el defensor encima.
Con el agua al cuello, el Breogán prestó más atención de la cuenta a los árbitros. Y, si Ennis no había acabado con el choque, lo haría el propio Hilliard. A la estrella del Breogán le cayó técnica después de una falta señalada a Gates y, un minuto después, recibía la segunda por hacer un gesto que sugería a los árbitros haber sido comprados después de una revisión por antideportiva entre los hermanos Kurucs, de Arturs a Rodions.
Era la forma del Breogán de firmar un armisticio con que el UCAM recupera la sonrisa y empieza a pensar en el trascendental compromiso europeo del próximo miércoles.
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