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Mal escenario jugarte la eliminación o la supervivencia en la competición en una última jornada jugando contra el líder, único equipo de la Champions League ... contra el que has jugado y al que todavía no has ganado, y que te ha infligido tu derrota más abultada de la temporada. Pero así son las cosas para un UCAM que camina con la flecha hacia abajo y que se llevó a Francia las malas sensaciones de la derrota del pasado sábado en Girona.
El que fue posiblemente el peor partido de la temporada en Liga Endesa para el UCAM tuvo su continuación hoy en Nanterre con el peor en la Champions League. Al menos, durante el grueso del partido que tanto distanció al equipo francés de los de Sito Alonso, sin reacción a la que se le estaba viniendo encima y que le deparó hasta dos máximas desventajas de 18 puntos durante muchos minutos de confusión.
Nanterre 92
Sene (7), Lacombe (4), Howard (15), Rodríguez (12) y Prkacin (4) -quinteto titular- Fischer (5), Tillman (22), Barbitch (5), Dussoulier (0), Pons y Zulemie.
76
-
71
UCAM Murcia
Hakanson (14), Radebaugh (11), Sant-Roos (7), Gates (2) y Birgander (7) -quinteto titular- Kurucs (6), García (0), Radovic (6), Diagne (0), Stephens (2), Ennis (16) y Antetokounmpo (0).
Parciales: 16-20, 21-9 (37-29), 27-17 (64-46) y 12-25 (76-71).
Árbitros: Wojciech Liszka (Polonia), Andris Aunkrogers (Letonia) y Kerem Baki (Turquía).
Incidencias: Palais des Sports Maurice Thorez de Nanterre, 1.312 espectadores. 5ª del grupo L de la Champions League.
Y es que era mucho lo que tenía en juego el equipo murciano. Si ganaba, ya era equipo de cuartos de final con una jornada de anticipación y solo con la preocupación de jugarse la primera plaza para jugar los cuartos de final con ventaja de pista en el Palacio ante el Nymburk, sin más equipos ni diferencias de puntos de las de que preocuparse, porque el Nanterre habría quedado eliminado. Pero, por momentos, pareció no ser consciente del significado de un partido en el que su rival, como el Girona el pasado sábado, deseó la victoria mucho más.
Pequeño consuelo es volver a España con el 'basket-average' en la mano. El UCAM sigue sufriendo mucho por dotar de automatismos efectivos a su ataque, y los 71 puntos conseguidos son la segunda peor anotación de la temporada en Europa (uno más que los 70 de Nymburk). Haber ganado a los puntos al conjunto francés solo le servirá si pierde frente al Nymburk el próximo miércoles y este pierde en su visita al desahuciado Falco, empatando los dos a tres victorias y mismas derrotas, y clasificando como segundo.
El otro empate simple sobre la mesa es aquel en el que el UCAM vence al Nymburk y el Nanterre pierde frente al Falco. En ese caso, los clasificados serían españoles y checos, siendo estos últimos los primeros si el UCAM no remonta los quince puntos por que perdió en la ida (85-70), y solo los murcianos si hay una sobrada victoria local.
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Pero si el UCAM gana por al menos 16 puntos al Nymburk, será primero solo si el Nanterre pierde. Si gana, el UCAM debería vencer por 23 tantos a los checos, que caerían eliminados. La tranquilidad está en que el UCAM, ganando, es, como mínimo, segundo. Solo se queda sin cuartos de final si pierde y el Nanterre gana. Ahora bien, el Nymburk le sacó de la pista en la ida y el Nanterre irá jugándose todo contra la perita en dulce del grupo.
Elogiable es la forma que tuvo el UCAM de volver al partido hasta llegar a situarse a cuatro puntos de distancia a menos de dos minutos del final. Pero el equipo que gana por más del doble el último cuarto con el agua al cuello (12-25) es el mismo que se deja anotar las seis primeras canastas del Nanterre dentro de la zona (por solo una propia), que tarda 4:28 en anotar en el segundo cuarto después de un 13-0 de parcial, que empieza la segunda parte con otro 10-0 y que, cuando reducir la brecha del 47-29 al 50-43, recibe otro demoledor 14-3.
Tres parciales de dos dígitos de diferencia en muy pocos minutos que hacen muy difícil ser competitivo en un partido donde, sin pasión y personalidad, no se va a ningún lado. Y seguramente ya se lo olía un desconfiado Sito cuando, pese a que su equipo empezaba mejor (12-18, minuto 9), las facilidades ofrecidas no hacían que la renta fuese mayor, y no podía aguantar en pista más de cinco minutos a un Dani García que en ese tiempo perdía tres balones.
Hasta 22 posesiones desperdició el equipo universitario, nuevo récord de la temporada entre las dos competiciones, algunas muy dolorosas, como los tres balones seguidos que el Nanterre le arrebataba al UCAM después de un tiempo muerto de Sito, con William Howard pasándoselo en grande a su costa. Un triple de Gates sobre la bocina, optimismo convertido en agua de borrajas: ni el UCAM volvería con otra cara (37-29, descanso), ni contaría de tres, pues una revisión entre tercer y último cuarto la bajó a dos.
Menos de dos minutos hubo de tardar Sito Alonso para, viniendo del descanso, necesitar otro tiempo muerto, a mitad de ese parcial de 10-0 de la reanudación (47-29, minuto 32). Probó con el cambio a defensa en zona y sacó al Nanterre de su comodidad, viniéndose arriba con los ataques rápidos que permitían los fallos locales y un tremendo 3+1 de Hakanson culminar un parcial de 3-13 a su favor para reducir la renta a un dígito (50-42, minuto 26).
Pero el tiempo muerto de Da Silva no pudo sentar mejor a los suyos, que comenzaron a leer la zona de libro, encontrar tiros liberados después de circular el balón, conseguir puntos en la pintura con el juego entre pívots y sumar desde el rebote ofensivo que esta defensa desprotege, con Tillman haciéndose grande. Tan cerca, tan lejos. Vuelta al -18 con el último cuarto por delante (64-46).
Cómo de desesperado estaría Sito que a un minuto de terminar el tercer cuarto introdujo juntos en pista a Radovic y Diagne, inéditos hasta entonces, pero sobrados de amor propio. Su brega inspiró a un UCAM favorecido por los 33 segundos que tardaba el Nanterre en entrar en bonus y, subiendo líneas en defensa y jugando con la duda local, arrancaba con un 0-8 a favor (64-54, minuto 32). Desperdició varias ocasiones de acercarse más y Howard era autor de tres canastas sin respuesta (70-54, minuto 35), pero, cuando más imposible parecía, respondió con otro parcial de 0-12 en un partido loco en que Radebaugh no hacía más que forzar pérdidas (70-66, minuto 38). Pero demasiado tarde había llegado la reacción. El UCAM estaba obligado a solo sumar en positivo, y la ley de la probabilidad estaba en su contra. El Nanterre, justo vencedor de un duelo por el que luchó mucho más.
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