-kXaG-U2101072318440VS-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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No era el día. Cortar la racha de diez victorias consecutivas, once con la de esta noche, del equipo más en forma de la Liga ... Endesa, no es una tarea sencilla. Sí un desafío aceptable para una cancha que solo conocía una derrota en lo que va de liga regular, como es el Palacio, pero no en el contexto deseado cuando, solo 25 horas antes, el UCAM regresaba a Murcia después de un largo viaje de vuelta desde Turquía en vuelo regular.
El Unicaja, un equipo ya tremendamente físico de por sí, llevaba un día más que los locales en Murcia, pues jugó en Champions un día antes, el martes en Atenas. Y no hubo manera para los de Sito Alonso. El UCAM quiso conectarse rápido al partido (7-4, minuto 2), pero Ibon Navarro, sabedor de su ventaja especial esta noche, planteó un partido extenuante, incómodo y largo a un equipo que pronto empezaría a mostrar síntomas de agotamiento.
UCAM Murcia
Caupain (7), Ennis (4), Sant-Roos (6), R. Kurucs (8) y Sleva (5) -quinteto titular- Radovic (8), Sakho (2), Todorovic (5), Diagne (4), Hakanson (11), Jelínek (5) y A. Kurucs (0).
65
-
88
Unicaja
Perry (15), Taylor (13), Djedovic (2), Osetkowski (7) y Kravish (12) -quinteto titular- Ejim (3), Kalinoski (10), Díaz (3), Carter (14), Lima (0), Thomas (0) y Sima (9).
Parciales: 11-20, 16-24 (27-44), 18-25 (45-69) y 20-19 (65-88).
Árbitros: Martín Caballero, Esperanza Mendoza y Fabio Fernández.
Incidencias: Palacio de los Deportes de Murcia, 6.466 espectadores. 15ª jornada de la Liga Endesa.
Una lucha sin cuartel la de este Unicaja que, a día de hoy, parece el único capacitado de plantar cara al Real Madrid, líder en solitario. Los murcianos sufrieron en sus carnes la exigencia de los malagueños en cada ataque, con una defensa no solo intensa, también muy dinámica a la hora de hacer ayudas y cambiar asignaciones, así como sin problema alguno a ir al contacto y cargarse de cuantas faltas fueran necesarias. Desde una canasta de Kurucs en el minuto 2 de partido, el UCAM tuvo que esperar hasta nueve más para ver aro, pero el Unicaja ya había cogido su primera ventaja de dos dígitos (13-22, minuto 11).
Forzado a cometer innumerables fallos de precisión, el UCAM cedió rápido a la frustración de entrar en protestas a unos árbitros que, con un criterio permisivo, facilitaban el despliegue del plan de Ibon al que tanto recurría la afición malagueña, desplazada en cerca de 200 aficionados.
Los únicos minutos en que el UCAM pareció desenroscar el tapón del aro visitante se dio de bruces con jugadas poco convencionales, como una antideportiva señalada a Diagne al hacer un mate, pues se entendía que al colgarse golpeaba a un jugador rival. Con dos tiros libres y triple de Kalinoski en la posesión extra, el UCAM pasaba de aspirar a verse cerca de su rival, a ver cómo un Unicaja que bailaba al son de un inconmensurable Perry ponía mucha tierra de por medio al descanso (27-44).
Un intermedio en el que los horribles porcentajes del UCAM no eran muy diferentes a los del Unicaja (8/23 en tiros de dos por 8/22). Pero los andaluces sumaban seis triples, por ninguno de los murcianos, y dominaban el rebote por 29 capturas (12 de ellas ofensivas) a 14. Un segundo cuarto, este, en el que volvió Lima a pisar el parquet con sonora pitada, pero abandonó rápido el choque por un golpe en el pómulo.
La primera jugada de la segunda parte podía resumir perfectamente el choque. Hasta tres tiros francos tuvo un UCAM, que peleó sus dos rebotes ofensivos hasta cuando parecían perdidos, pero no le sonría la suerte. El acierto requiere fondo, y el UCAM hoy no lo tenía. Un querer y no poder castigado continuamente por un Unicaja en el que daba igual quién estuviera en pista. Funciona como un reloj suizo y todas sus agujas son punzantes.
Después de no anotar ningún triple en veinte minutos, ahora entraban tres de golpe para el UCAM. Pero los ataques visitantes eran tan rápidos como efectivos, con Carter primero y Taylor después (¿echa alguien de menos a Brizuela en Málaga?) cercenando toda esperanza de reenganche a un encuentro que se iba a los veinte de diferencia con un triple de Taylor (41-61, minuto 28).
Significativa diferencia que, ni mucho menos, frenaba el ímpetu de un Unicaja que la única marcha que conoce es a toda máquina. Fatigar al UCAM era su plan y este seguía una diferencia abultada que se haría más grande, con sus jugadores lanzándose a cada balón, buscando cuantos contactos hicieran falta sus defensas y rebotes y moviendo el balón a toda velocidad en el otro lado. Un espectáculo baloncestístico que tuvo como víctima a un UCAM con la lengua fuera y, de nuevo, crispado con unos árbitros que le hicieron la noche algo más difícil a Sito Alonso (47-73, minuto 31, máxima diferencia).
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El orgullo de Radovic ayudó a evitar una diferencia mayúscula que no estropeara mucho el 'basket-average' murciano en la noche más difícil para el UCAM. La Copa, que sigue a tiro, deberá esperar al menos una semana más.
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