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Emilio Sánchez-Bolea
Domingo, 6 de mayo 2018, 08:03
En un fin de semana en Atenas, ciudad que sentó las bases de la civilización moderna y cuna del deporte, no todo iba a ser baloncesto. Así al menos lo entendió el presidente del UCAM, José Luis Mendoza que, acompañado por su familia casi al completo en este desplazamiento a la capital griega, compartió una mañana de turismo con la prensa, visitando la Acrópolis y más tarde el Estadio Panathinaikó, también conocido como el Kallimármaro, donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos Modernos en 1896.
Mendoza, visiblemente molesto por el resultado de su equipo el viernes por la noche con la derrota ante el anfitrión AEK en semifinales de la Champions de baloncesto, había convocado a las 8.30 de la mañana a los medios en su hotel, el Hilton, para, con un autobús, iniciar la excursión. El autobús se retrasaría una hora y media, tiempo aprovechado por el presidente de la Universidad Católica para analizar el partido de su equipo, en el que «nos faltó la aparición de varios de nuestros jugadores», pero en el que la gran responsable de la derrota fue, a su parecer, «una actuación arbitral inadmisible».
La semifinal ante el AEK no dejó de ser el gran tema de la conversación una vez en la Acrópolis, donde a los periodistas y a la familia Mendoza también los acompañaron otros miembros representativos de la UCAM, como Pablo Rosique, director general del Servicio de Actividades Deportivas; Luis Emilio Pascual, párroco; y José Miguel Garrido, director de Márketing del UCAM CB.
En la Acrópolis, Mendoza agradeció a los medios de comunicación su desplazamiento a Atenas y su labor informativa. Visitados los templos atenienses, la siguiente parada obligatoria de un apasionado del deporte como es el presidente de la UCAM no podía ser en otro lugar que el Panathinaikó, donde había programado un encuentro con las peñas de animación desplazadas a Atenas.
José Luis Mendoza pagó la entrada de todos los murcianos desplazados -cerca de 70 personas-, aunque, antes de pisar el estadio que acogió los primeros Juegos Olímpicos Modernos, quiso tener unas palabras hacia su afición, arremetiendo con dureza contra los árbitros y la FIBA: «No puede ser que los jueces cometan estas injusticias que convierten el baloncesto en una mafia», dijo sobre la jugada final, en la que los árbitros no pitaron una posible falta que podría haber dado el triunfo al UCAM, antes de dar las «gracias de corazón» a la afición, a la que pidió que ayudase para que «los jugadores levanten el ánimo» y afronten mejor el partido por el tercer puesto hoy ante el Riesen alemán, una final de consolación que pondrá en juego 200.000 euros para el ganador.
No ha estado solo el UCAM en Atenas. Pese a las dificultades encontradas para viajar hasta la capital griega, y a lo adverso del resultado del partido ante el AEK, el balance de esta experiencia es más que positivo. «Brutal, estamos disfrutando a lo grande», cuenta Rubén, de la peña Triple-Doble, que empezó a seguir a este club «cuando tenía 12 años y aún jugaba en el Príncipe de Asturias, así que he soñado mucho tiempo con algo así». «Para un equipo como el nuestro es un regalo estar en una 'Final Four' en una ciudad como Atenas», coincide Sergio, de los Sufridores del CB Murcia, y también Juan Carlos, de la Zona Pimentonera: «Estupenda experiencia, fue un gran esfuerzo económicamente el venir aquí, pero merece la pena por ser histórico».
El UCAM perdió en un pabellón con capacidad para casi 20.000 espectadores lleno hasta la bandera, creando una impresionante atmósfera de animación para el AEK, del que siempre se ha dicho que tiene la mejor afición de Grecia, pues es pasional pero no violenta. Los aficionados murcianos pudieron corroborarlo, ya que «intercambiamos bufandas con ellos e incluso se quedaron sorprendidos de que, a pesar de ser pocos, también animáramos».
Los seguidores del UCAM fueron diplomáticos en la derrota y corearon el nombre del AEK al término del partido. «Toda la grada de nuestro alrededor nos despidió entre aplausos y nos invitaron a la celebración de la liga del AEK de fútbol», entrenado por el español Manolo Jiménez. «No podemos decir ni una mala palabra de la afición del AEK», resumen los aficionados, que no quisieron que el intento de agresión de un miembro de la hinchada local manchara el nombre de una espectacular afición, de la que «sentimos envidia sana por el ambiente que son capaces de generar».
Esta aventura europea es la primera del UCAM en su historia, por lo que «la falta de experiencia» puede servir de excusa, entiende la afición, que echó de menos «una mejor gestión» para el desplazamiento a Atenas, pagado por los aficionados. También hubo un 'palo' a las administraciones murcianas, pues ningún miembro del Ayuntamiento ni de la Comunidad se ha desplazado como representante institucional.
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