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No ha sido un divorcio amistoso, más bien lo contrario. ElPozo y Álex Yepes pusieron fin a su relación de forma traumática tras más de diez años juntos. Una decisión que traspasa lo deportivo y que llegó de forma inesperada. Cabe recordar que el club murciano y el jugador escenificaron públicamente un acuerdo de renovación hasta 2023 y que solo cuatro meses más tarde la entidad que preside José Antonio Bolarín despidió al ciezano de forma inesperada tras la prematura eliminación en los cuartos de final de la Liga disputados recientemente en Málaga.
Por eso, el club propiedad de la familia Fuertes y conociendo la personalidad del ciezano, se aseguró en el contrato de rescisión que éste no reabriría la herida de forma posterior tras su marcha inesperada de una entidad donde Duda lo hizo debutar con el primer equipo charcutero en la campaña 2008-09.
Según ha podido saber LA VERDAD, ElPozo habría pactado con el pívot de Cieza una cláusula por la que éste no atacaría a su exclub, al vicepresidente ejecutivo Kike Boned y al director deportivo Fran Serrejón en los dos próximos años, tanto en las entrevistas como en cualquier rueda de prensa. Además de cobrar media temporada como compensación económica por el despido, Yepes tampoco podría fichar por un club español durante un año, una condición habitual en muchas de estas rupturas contractuales y que ha obligado al murciano a buscar sitio en Italia.
Álex Yepes, en su despedida de ElPozo, solo ha dejado alguna muestra de su fuerte carácter que le ha perseguido cuando ha saltado a una cancha de fútbol sala y que muchas veces le hizo tirar parte del trabajo por la borda y no ser un jugador tan determinante, a pesar de su calidad.
La semana pasada Álex Yepes contestó a Kike Boned a través de Twitter, cuando el actual vicepresidente del club se quejó amargamente del caos al que está sometido el fútbol sala debido a la inoperancia de la Federación Española, pero todo quedó ahí. Desde que se conoció su salida no ha hecho ninguna declaración pública. El jugador se pasó el pasado lunes por el Palacio de los Deportes para presenciar una sesión de trabajo de los que han sido sus compañeros, aunque no coincidió en la pista ni con Fran Serrejón ni con Kike Boned, que prefieren quitar hierro a las desavenencias, pasar página y catalogarlas como aspectos «habituales» en la relación de los jugadores con los clubes.
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