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Salva Castiñeyras
Sábado, 8 de febrero 2025, 20:41
El Palacio de los Deportes de Cartagena vivió este sábado una noche de taquicardia. El Jimbee Cartagena, que había sometido al Peñíscola durante muchos tramos del encuentro, se vio contra las cuerdas cuando el reloj agonizaba. Pero cuando todo parecía perdido, apareció la zurda de Motta para empatar el duelo con un misil que levantó a todo el pabellón a falta de cuatro segundos. Un punto con sabor a alivio en un partido que pudo ser de todo menos previsible.
El choque arrancó con el guión esperado: el Jimbee Cartagena dominante y el Peñíscola, intentando capear el temporal. No se habían sentado aún los más rezagados de un Palacio que acogía el primero de los dos grandes encuentros del día cuando Pablo Ramírez adelantó a los de Duda con un golpeo seco y raso que cruzó la portería de Gio. Un inicio que encendía la caldera del pabellón y que auguraba una tarde de fiesta. Sin embargo, el Peñíscola no vino de paseo, y no es la revelación de la primera vuelta en liga por cualquier cosa. Los segundos en la tabla demostraron su pegada con Elías, que empató sobre la bocina del descanso. Un mazazo para la moral de un Jimbee que había merecido mucho más en la primera mitad, pero no lució su efectividad.
Jimbee Cartagena
Chemi, Tomaz, Cortés, Castejón y Osamanmusa -quinteto titular- Linhares, Ramírez, Waltinho, Mellado, Motta, Izquierdo, Chispi, Mohoudine y Darío Gil.
4
-
4
Peñíscola:
Gio, Cristian, Elías, Quintela y Muñoz -quinteto inicial- Plaza, Salas, Pani, Gauna, Víctor Pérez, Moreno, Sancho, Cervera y Rocha.
Goles: 1-0. Min 4. Ramírez. 1-1. Min 19. Elías. 1-2. Min 21. V. Pérez. 2-2. Min 25. Ramírez, 2-3. Min 31. Sancho. 3-3. Min 35. Cortés. 3-4. Min 35. Paniagua. 4-4. Min 40. Motta.
Árbitro: Jorge González y Luis Sánchez.
Nada más arrancar el segundo acto, el Peñíscola golpeó de nuevo. Un rechace le cayó a Víctor Pérez que, a placer, hizo el 1-2 y dejó al Palacio helado. Tocaba remar a contracorriente. Pero si alguien puede incendiar un partido es Pablo Ramírez. En el minuto 25, el malagueño fabricó un golazo de otra galaxia. Controló de espaldas, se giró con una maniobra imposible y la clavó en la escuadra para devolver la esperanza al Jimbee Caratgena. 2-2 y el Palacio en pie.
La locura aún tenía capítulos por escribir. Diego Sancho puso el 2-3 en el 31 y, en un ejercicio de resistencia, los de Duda volvieron a levantarse con otro latigazo de Cortés que puso el empate a tres en el 35. Pero rápido la incredulidad se apoderó de los locales, que vieron cómo de jugada de saque de centro, el Peñíscola volvía a ponerse por delante. Gol de Paniagua y 3-4 a falta de cinco minutos. Un puñal en el corazón melonero.
Los campeones de la Supercopa jugaron los últimos minutos con portero-jugador. Movían el balón con paciencia, buscando la rendija en el muro visitante. Pero el cronómetro avanzaba demasiado rápido. Cuando todo parecía perdido, y a falta de cuatro segundos, fue Motta el que con un zurdazo seco mandó el partido al éxtasis. El Palacio explotó. Por si no se hubiera aprendido de lo ocurrido antes, todavía hubo un último susto, con un remate de Víctor Pérez que pudo ser el 4-5, pero el larguero salvó a Chemi en otra acción de saque de centro. Y así, con el corazón en un puño, se firmó un empate que pudo caer para cualquier lado. Los de Duda se volverán a ver las caras con los de Valladares el miércoles en Copa del Rey.
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