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Paloma Rivaya y Sandra Brauch, durante el 'showroom' montado en el campo. murciano de La Serena Golf. María Jesús Peñas
«Nos percatamos enseguida de que juntas éramos más fuertes»

«Nos percatamos enseguida de que juntas éramos más fuertes»

Paloma Rivaya y Sandra Brauch, un tándem exitoso de mujeres dentro del especializado mundo del textil en golf

María Jesús Peñas

Miércoles, 22 de enero 2025, 13:57

Llevan siete años laborales juntas. Los que han trascurrido desde aquel primer encuentro en la isla de Mallorca donde se conocieron y en donde surgió la conexión. Una muy fuerte entre la alemana Sandra Brauch y la asturiana Paloma Rivaya. Ambas vinculadas por diferentes motivos al sector textil del golf, y que enseguida se percataron de que «juntas… ¡éramos más fuertes!», afirma la española. Una frase que se acentúa más al bañarse de ese vibrante y contagioso espíritu libre suyo. Uno que está presente en cada una de las palabras que pronuncia, porque las sientes en un tono vocal aderezado por el sonido a chimes -tan presentes en su vida-; o como lo están los cuencos, los tambores chamanicos o los gongs. Quizás por eso su energía es tan especial. Pero esa… es otra historia. Volvamos al golf.

Cuando uno elige cómo vestir para salir a un recorrido, torneo, competición… y testa con sus manos el tejido de aquel u otro polo o se pregunta si cabe en aquellos pantalones que compró la temporada pasada, no llega a ser consciente del 'recorrido' que ha hecho cada una de esas prendas y cuántas personas están implicadas en ese viaje desde la mente del diseñador al armario del golfista. Brauch y Rivaya son una de las escalas de esa travesía. La penúltima.

Rivaya, con algunas de las marcas que lleva en cartera María Jesús Peñas
Imagen principal - Rivaya, con algunas de las marcas que lleva en cartera
Imagen secundaria 1 - Rivaya, con algunas de las marcas que lleva en cartera
Imagen secundaria 2 - Rivaya, con algunas de las marcas que lleva en cartera

Rivaya&Brauch

La gijonesa tiene 30 años de experiencia en el mundo de la venta. Llegó por causalidad a este sector «para sacarme un dinerillo aquel verano tras concluir mis estudios de Turismo», nos cuenta al recordar para LA VERDAD sus inicios. Entró a trabajar en el Campo Municipal de Golf de Llorea (Gijón) y aquello fue su 'perdición'. «Llevo desde aquellos 22 añitos vinculada a este deporte», dice suspirando mientras echa cuentas. A pesar de las tres décadas trascurridas sigue manteniendo aquel aire bohemio en su aspecto que tanto descolocaba entonces -y aún sigue haciendo- en 'un deporte de caballeros y damas', y al que ha sido fiel. La ropa de golf no tiene secretos para ella. Ni su venta. «No es una ciencia exacta porque depende del cliente final…» pero la profesional sabe por qué apostar y qué tiene aceptación en cada mercado.

«No colapsamos el mercado de nuestros clientes y ellos tampoco venden lo mismo»

En el ordenador contabilizan entre Rivaya y Brauch unos 90 clientes en toda España y Portugal. Y juntas mueven 11 marcas diferentes. «Lo que nos proporciona ser unas 'multimarca' y por lo tanto llegar a todo tipo de público con diferentes propuestas y precios». Y algo muy importante para ambas; «no colapsamos el mercado de nuestros clientes y ellos tampoco venden lo mismo». Sus propuestas se mueven entre prendas de lo más 'fashion' para sus clientes más atrevidos -normalmente clubes con turoperación- con aquellos más conservadores (un público más nacional) y/o con precios más económicos «para clubes más modestos».

El engranaje entre ambas es perfecto. Dos veces al año viajan durante dos meses o dos meses y medio para llegar a todos sus clientes. La cuarta semana de enero está reservada este año para el 'showroom' (presentación en una estancia o habitación de todas las prendas perfectamente perchadas, ordenadas y a la vista) previsto en el Levante, tras haber pasado por Andalucía. Concluida la Región de Murcia y Comunidad Valenciana, el tercero y cuarto 'showroom' del año les espera en Mallorca y Portugal. Para llegar a programar estos viajes de trabajo, hay toda una labor previa. «Hemos visitado a las marcas y hemos visto todos los muestrarios, que son iguales para toda Europa», nos relatan. De esa toma de contacto se seleccionan aquellas prendas (hacen su propia criba) que son potencialmente interesantes para el modelo de negocio de sus clientes finales. Los 'proshop de los campos de golf españoles y lusos, y otros clientes de tienda.

Ocho burros y 20 sacos

Es mediados de enero y ambas profesionales están instaladas durante lo que serán cuatro intensos días de trabajo, en uno de los salones con los que cuenta la casa club de La Serena Golf (Los Alcázares – Murcia). Unos 70 metros de habitación aireada y luminosa donde mostrar las prendas, complementos y accesorios a doce de sus clientes de la zona, con los que han pactados previamente cita; otros tres de sus clientes los visitarán a pie de 'proshop'. Pero la experiencia 'showroom' es inmejorable. Un espacio amable donde desplegar un trato muy personalizado, sin distracciones y con tiempo. Donde se cuida al cliente y los detalles; donde se resuelven dudas y se hacen propuestas. Un espacio «donde sentirse cómodo visionando todo lo que traemos. El cliente está más tranquilo. Sale de su club y de las cuestiones de su jornada laboral que le roban atención y entra en un entorno en el que puede ver todo lo que le ofrecemos de una manera muy bien presentada». Desde los percheros de Calvin Klein, marca con la que se lleva trabajando 16 años, hasta la introducida más recientemente como es Lacoste, que lleva dos años en cartera.

«Más de 100 kilos de material. Utilizamos una furgoneta y el Land Rover para mover todas las colecciones»

Llevar la ropa a este momento no es tarea sencilla. Perfectamente perchada, diferenciada, con espacio entre marcas… y hasta con decoración. Porque a los ocho burros (percheros), los 20 sacos de ropa, las tres maletas tamaño de 75 x 30 centímetros y el 'merchandising' de las marcas, también hay que sumar una cafetera, un florero y hasta varias plantas que Sandra y Paloma traen para ambientar un lugar cómodo y apetecible donde estar. «Más de 100 kilos de material -contabiliza mentalmente Sandra-. Utilizamos una furgoneta y el Land Rover para mover todas las colecciones». Y además el material crece porque según se van moviendo por la geografía de la península ibérica, siempre les espera alguna paquetería en destino, con modelos de las marcas que se van incorporando según salen de fábrica.

El gerente de La Serena y su responsable de tienda valoran las propuestas textiles. María Jesús Peñas
Imagen principal - El gerente de La Serena y su responsable de tienda valoran las propuestas textiles.
Imagen secundaria 1 - El gerente de La Serena y su responsable de tienda valoran las propuestas textiles.
Imagen secundaria 2 - El gerente de La Serena y su responsable de tienda valoran las propuestas textiles.

La experiencia 'showrrom'

Estrena el 'showroom' del Levante, el gerente de La Serena Bruno Pérez. Para él visitarlo «es una manera muy cómoda de acceder a todo lo que ofrecen Paloma y Sandra. Poder ver todas las colecciones tan de cerca y de una manera tan cómoda es muy agradable y, además, aprovecho para ver a algunos compañeros de otros campos que vienen hasta aquí», añade Pérez consciente de lo productivo que es trabajar así. Él y su responsable de tienda, la polaca Caroline Stempel comienzan el circuito de percheros revisando modelos, apreciando texturas, valorando tendencias y diseños e incluso probándose las prendas para sentirlas. Y comienza el baile de seleccionar modelo, color y tallaje. Este joven pero bregado gerente resume sus elecciones textiles afirmando que «el uniforme del personal es un reflejo de lo que tenemos en tienda». Elegante, sencillo, juvenil con materiales flexibles y adaptables. «Nuestro cliente es mayoritariamente extranjero. Los escandinavos, por ejemplo, son muy valientes en cuanto a moda, porque las marcas que estamos viendo aquí -añade Stempel- son muy familiares para ellos. Las conocen». Así que a los básicos se suman algunas opciones más atrevidas en el pedido. Y es que en el amplio abanico de propuestas que mueven estas dos veteranas empresarias hay prendas de origen alemán, suizo, francés… y por supuesto español. Bruno y Caroline esperan un buen año de ventas. «El 2024 lo ha sido. Estamos muy contentos y esperamos que este 2025 sea similar». Y cierran la visita introduciendo en su pedido «el verde. Está muy presente en todas las colecciones y creo que es una buena apuesta», augura Pérez.

Entre las marcas que mueven también hay españolas como Styrpe, Oxygolf o los bolsos de Ubrique

Lo español. Sí. Rivaya siempre ha apostado por ese Made in Spain. En cartera lleva como distribuidora desde hace cuatro años: Styrpe. Una marca española de gafas «que fue una aventura de un óptico de Córdoba que ha conseguido una gran coherencia entre calidad y precio. Son las gafas que lleva la golfista española Marta Figueras Dotti o el atleta español Martín Fiz. Y como prendas españolas: Oxygolf. «Llevo con ella cuatro temporadas, es decir, dos años y ¡me encanta! Es diferente. Muy divertida. Muy femenina en el caso de las chicas. Diseño trabajado con buenas calidades como prenda». Y por supuesto sus bolsos de Ubrique, «que se pueden personalizar». Con ellos lleva la friolera de 17 años. El guiño a lo francés lo hace siendo distribuidora en España de los cinturones Skimp, «que son el fuerte de esta casa, aunque cuentan con otros complementos -matiza Rivaya -, que destaca de los cinturones que «están hechos de material reciclado, no pitan en los aeropuertos (ríe) y son talla única. Comodísimos de llevar y de poner».

Brauch posa junto a su colección de guantes que llevan su nombre. María Jesús Peñas
Imagen principal - Brauch posa junto a su colección de guantes que llevan su nombre.
Imagen secundaria 1 - Brauch posa junto a su colección de guantes que llevan su nombre.
Imagen secundaria 2 - Brauch posa junto a su colección de guantes que llevan su nombre.

Brauch&Rivaya

De ingeniera en infraestructuras a comercial textil en el mundo del golf donde se mueve como pez en el agua, desde Mallorca. Esta alemana dio un giro de 180 grados a su vida porque se enamoró de la isla. También del concepto mediterráneo. De hecho si no fuera por su aspecto tan centroeuropeo, pasaría por alguien del Sur. Con esa propuesta de vida muy pegada a la tierra, al sol, a los sentimientos, a las sensaciones, al color. Ella es la que inyecta a esta relación laboral una buena dosis de imaginación y creatividad, mientras Rivaya es la de los números a pie de pantalla de ordenador. Se han repartido las tareas.

De los 25 años en este sector, Brauch lleva 15 propiamente en el textil. Comercializando las prendas que los demás llevamos de 'tee' a 'green'. Ropa técnica 'swedich desing' de la marca Abacus. «Una marca sueca que trabaja muy bien la ropa de lluvia y de viento a un precio medio. Es muy versátil en cuanto a público, apunta la germana, porque ésta abierta tanto a un perfil de jugador junior (para el que se cuenta con una colección propia) como para uno más adulto». Con la marca alemana de pantalones Alberto lleva 10 años. Una apuesta segura. Sus modelos estrella: los pantalones Rookie (para él) y Jana (para ella). Fiabilidad teutona en cuanto durabilidad y adaptación a la complexión física. «No te decepcionan nunca. Sientan bien, son elásticos se adaptan al cuerpo del jugador y duran mucho». Muy alemán ¿no?, le pregunto. Ríe. «La empresa va por la tercera generación y lleva en el mercado 102 años». La mejor carta de presentación de quiénes son. Así que «son una buena inversión como pantalón», asegura Sandra. Aunque el ojito derecho de las colecciones que lleva en cartera son los guantes. Sus guantes. Los 'Sandra Brauch Glove'. Sí. Brauch tiene su propia marca. «Fue curioso. En 2018 quería incorporar a mi cartera una marca italiana de guantes, pero otro distribuidor se la llevó. Uno más grande que yo. Y la verdad, me dio rabia. Así que me dije: 'Yo también puedo… ¡y mejor! Y empecé con ellos. Tienen un 'fit' (una excelente sensación en mano), son muy agradables (de genuina piel de cabretta) y se adaptan muy bien. Mi amiga Linda es quien en este caso diseña y produce y yo pongo el nombre… ¡y pago!», nos resume con un gran sentido del humor. (Ya les dije que era muy mediterránea). Los guantes Sandra Brauch se venden en toda Europa y cada año incluye nuevos diseños aunque algunos ya son icónicos como su guante con un colibrí estampado.

El diseño sueco, el alemán y unos guantes propios, 'los Sandra Brauch', algunas de las grandes apuestas en cartera de la teutona

Ambas han pasado la barrera de los 50. Y si algo les ha dado la vida a estas alturas, es sabiduría para gestionar mejor sus existencias sin perder la curiosidad por seguir explorando lo que el futuro las puede deparar. Así que viven un presente despierto. «Porque todos los días morimos», afirma Rivaya consciente de que cada nuevo despertar es una oportunidad de «seguir disfrutado de las cosas que te llenan el corazón. El trabajo sólo paga las facturas», dice mirándolo con cierta distancia aunque le sigue apasionando el suyo. Viajera inagotable, la asturiana tiene en Brasil otro que también llama hogar, «donde conecto con la madre tierra» mientras que cuando está en España «vuelvo a conectar con el día a día y… ¡el jamón de bellota! que tanto me gusta». La germana también es una mujer de mentalidad abierta al mundo y a que sucedan cosas en él. Para ella su otro hogar fuera de la isla es Marbella «por cuestiones (estratégicas) de trabajo». No viaja tanto como Paloma porque «tengo a mi cargo a Lucky», confiesa. Es su compañera gatuna. La encontró en la basura dentro de una bolsa. '

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Imagen secundaria 2 - «Nos percatamos enseguida de que juntas éramos más fuertes»

Demasiado pequeña para sobrevivir´, le anticiparon en la clínica veterinaria a donde la llevó. Allí le dieron un biberón y la despidieron con un: 'Suerte'. Han pasado 16 años de aquello para una gata que terminó, como no podía ser de otra manera, respondiendo al nombre de Lucky'. Aunque si le preguntas Brauch dónde se ve dentro de 10 años, te responde que en «cualquier parte». No le preocupa el dónde (habla francés, alemán, español e inglés) pero sí seguir en movimiento; seguir explorando la vida. Como Rivaya. Ambas son mujeres con inquietudes, que en cualquier momento se pueden embarcar en cualquier otra aventura que les haga sentir que dependen sólo de ellas mismas. Como hasta ahora. Les presento a dos mujeres fuertes. A dos mujeres brillantes. Pero sobre todo, a dos excelentes personas.

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