«Me levanto cada día, para que la gente disfrute»

Cuando de camino al colegio de los Escolapios en Albacete, Julia, su hija mayor -por entonces con cinco añitos-, le preguntó: «¿papá y tú a qué te dedicas?, a Eduardo Carrillo (Valencia, 1978) no le resultó difícil responderla; «A que la gente disfrute de su tiempo libre». Una filosofía de trabajo que le ha acompañado en toda su trayectoria profesional, desde que este licenciado en Administración de Empresas, con un master en Gestión de Instalaciones Deportivas y diploma Club Manager se adentrará en el sector golfístico. Este 2024 piensa seguir aplicando su ideario de trabajo a Lo Romero Golf, instalación por la que ha fichado como Director de golf.

Eduardo Carrillo de Albornoz y Arias (entenderán porqué acorta su primer apellido al presentarse) toma contacto con una de las muchas aristas del 'producto golf' en 2006. Lo hace trabajando para 'Go and Golf', un turoperador de este deporte en Valencia. Y, al igual que cuando cogió un palo entre las manos por primera vez y el gusanillo de esta disciplina deportiva se introdujo dentro de él, también le sucedió lo mismo a nivel profesional. En realidad «siempre quise trabajar en la industria del deporte. Lo tenía claro. Y eso que cuando yo empecé no había mucha oferta». Tras la turoperación, los siguientes años los dedica a la comercialización de la marca Joma, muy ligada por entonces al Club de Fútbol Ciudad de Valencia, una disciplina deportiva por la que como 'amateur' cambió sus jóvenes años de tenista, para pasar a ser cancerbero.

Al golf se enganchó en su primera clase, de la mano del profesional de Foressos Golf, Rafa Pérez. «Hice los primeros movimientos del 'swing' y algo se removió dentro de mi (el famoso gusanillo). A partir de ahí 'la fiebre del golf'. Me iba a la hora de comer, todos los fines de semana… apuraba cualquier momento para practicar». Carrillo llegó 14.4 de hándicap. La falta de tiempo posterior y las obligaciones familiares «no me ha permitido disfrutar tanto del golf como en aquella época (…). Y a raíz de la pandemia comencé a jugar menos rondas de ocio».

En 2013 pasa a ser el gerente del campo de golf de Las Pinaíllas en Albacete, responsabilidad que ejerció hasta 2023. Ese año lo dedica al asesoramiento y al desarrollo de negocios dentro del sector deportivo, hasta que en agosto de 2024 acepta embarcarse en el equipo humano de este recorrido alicantino ya consolidado, pero en el que espera aportar «todos mis conocimientos y experiencia para llegar a conseguir la excelencia en la experiencia de nuestro cliente». Y eso pasa porque «la gente disfrute de su tiempo libre. Y para eso estamos nosotros; yo me levanto cada día para que la gente disfrute». En su cabeza está, para desarrollar su nueva responsabilidad, ejercer «una buena coordinación de equipos y facilitar el trabajo tanto al 'caddie master' como al equipo de mantenimiento, para conseguir la mejor experiencia de golf», suscribe. Y añade: «Tenemos un muy buen diseño y un gran mantenimiento durante todo el año», acentuando que «aquí se está comprometido con la sostenibilidad. No es una apuesta sólo de Marketing donde si rascas, no hay nada. Aquí se le da realmente importancia«, dice, haciendo clara referencia a los certificados Aenor de la huella de carbono y de la huella de agua con los que cuenta Lo Romero Golf. Carrillo es consciente de que «el principal activo que tenemos es el campo. Cuenta con un muy buen diseño y unos altos estándares de mantenimiento. Es uno de nuestros puntos diferenciales. Y vamos a seguir trabajando en mostrarlo». Su experiencia personal tras jugar el recorrido le resultó muy positiva. Somos un campo con las características propias de un recorrido comercial, donde se le da al jugador la posibilidad de solucionar un error (…) y salir satisfecho de él». De momento se queda con el hoyo 18 de Lo Romero Golf (el más emblemático por su 'green' en isla), quizás «!porque le hice un buen resultado!», matiza divertido, «y porque la visión desde la plataforma del 'tee' de salida es muy bonita. Hoy por hoy es mi favorito, pero estoy seguro de que vendrán otros buenos momentos; en el 4, en el 5, en el 6…». Para salir del campo habiendo disfrutado. Un verbo, disfrutar, que Carrillo conjuga todos los días.

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