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Julián Rodríguez, acompañado de Ivana y Cristina (d), dos de las camareras del Sándalo, en la terraza del restaurante ubicado en la Casa Club del campo El Valle. Mª JESÚS PEÑAS
«Les gusta el pan con tomate y, si es con jamón, ¡les vuelve locos!»

«Les gusta el pan con tomate y, si es con jamón, ¡les vuelve locos!»

Unos 150.000 golfistas pisan anualmente la Región para jugar y Julián Rodríguez, encargado del restaurante Sándalo, conoce muy bien sus preferencias en la mesa

MARÍA JESÚS PEÑAS* noticiasgolf@yahoo.es

MURCIA

Viernes, 13 de abril 2018, 09:05

«Mañana jugarás mejor al golf» es la frase que Julián Rodríguez -con sonrisa incluida- utiliza para aplacar las quejosas explicaciones de sus clientes. Rodríguez no juega a este deporte y poco o nada sabe de cómo manejar los palos de una bolsa, pero conoce perfectamente los gustos, las necesidades y las peculiaridades gastronómicas de los que pisan el complejo residencial y deportivo El Valle Golf Resort, donde desde hace años trabaja en el restaurante Sándalo, ubicado en la misma Casa Club.

Lo de Julián es vocacional. Si no, no se explica la alegría que exhibe en el servicio que ofrece, la atención personal que dispensa y esa permanente sonrisa que día a día asoma a su rostro y que ofrece tanto a los golfistas extranjeros, los residentes en el complejo o los visitantes y/o jugadores nacionales ocasionales o habituales del Sándalo. La mayoría le llaman por su nombre. Detalle de 'familiaridad' que Julián agradece: «Que a un cliente le hagas sentirse bien estando aquí, que se sienta como en casa, me hace feliz». Y de nuevo Julián hace gala de su mejor tarjeta de presentación: la sonrisa. Toda una filosofía de trabajo. «Se lo recalco a los camareros todos los días. Con una sonrisa se llega a todos los clientes».

  • 14 de abril

  • 1ª prueba bis del III Circuito Lorca Resort, Lorca Resort (968 113 535) 2ª prueba I Circuito Hacienda del Álamo, en HdA (968 157 236). Circuito Soledad, en Altorreal (968 648 144).

  • 14 y 15 de abril

  • 4ª prueba Cto Escuela Diego Torné, en La Serena (968 575 576)

  • 15 de abril

  • 2ª prueba del Circuito '10 años de Aguilón Golf', en Aguilón Golf (950 109 518) Encuentro Gallifantes, en Torre Pacheco (968 585 111).

  • 22 de abril

  • Mensual Juvenil FGRM, Lorca Resort (968 113 535).

  • 28 de abril

  • 1ª prueba Circuito GNK Golf Tour, Saurines Golf (638 612 797).

  • 28 y 29 de abril

  • I Reina Green, en Torre Pacheco.

«Los extranjeros no son clientes difíciles. Eso sí, les gusta la calidad» «La cocina da servicio desde las nueve hasta las once de la noche» «Se lo digo a todos los camareros, con una sonrisa se llega a todos los clientes»

Diferente clientela

Según las últimas cifras publicadas por el Instituto de Turismo, en 2017 visitaron la Región alrededor de 150.000 golfistas. «Jugadores de muy diversas nacionalidades, aunque todos tiene un nexo en común a la hora del servicio -asegura Julián sobre los que han pasado por el Sándalo-; les gusta la calidad». Luego ya entran en juego otras cuestiones. «Los extranjeros tienden a pedir más comida 'rápida' -hamburguesas, pastas, sándwiches-, aunque yo les doy a probar otras cosas. Por ejemplo, les gusta la tostada con tomate, y ya con jamón por encima, ¡se vuelven locos!». Pero lo habitual es que para estancias cortas pidan de lo que les resulta más familiar». En cambio los residentes (clientes con vivienda en el complejo y que pasan estancias largas en España) son más curiosos y atrevidos. «Es normal. Pasan más tiempo aquí y están abiertos a nuestras sugerencias y recomendaciones. Ya sean carnes, pescados, arroces. Porque nuestra oferta es variada». Ya sea para los que viven, juegan al golf o sencillamente deciden disfrutar de un entorno cuidado y tranquilo, Rodríguez y su equipo de ocho cocineros y otros tantos camareros están preparados; «atendemos a los que a primera hora quieren desayunar, a los que almuerzan o comen a media mañana y seguimos ofreciendo carta para los que cenan a las seis de la tarde como para los que lo hacen después. Porque la cocina está abierta desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche».

Así que por los 'walkie-talkie' del personal de servicio del Sándalo se entremezclan «comandas de cafés solos con 'tostadica' de aceite y 'breakfast' (desayuno a la inglesa); hamburguesas, nachos y pastas, con entrantes más elaborados, arroces o una buenas pieza de entrecot y, por supuesto, mucha cerveza». Este último un producto universal, en todos los formatos posibles. «Ya sean españoles, belgas, nórdicos, franceses... eso sí, los alemanes con espuma, los ingleses sin». Y aunque intento sonsacarle, Julián dice no recordar ninguna anécdota digna de mención en estos años. «Alguno ha querido irse sin pagar.., me dice al insistirle, pero afortunadamente ¡son los menos!», concluye divertido, convirtiendo esta vez su sonrisa perenne en risa risueña. «No me ha pasado nunca con españoles o al menos ¡que yo sepa!, pero sí con algún autobús de extranjeros que tras 'desembarcar' aquí y consumir numerosas cervezas, se han ido despidiendo de nosotros de vuelta al bus, diciéndonos: 'paga ese', 'paga ese', mientras señalaban a otro. Recuerdo que en una ocasión terminé subiéndome al autobús antes de que se fuera, para cobrar la cuenta».

El Sándalo ha sido testigo de campeonatos importantes de profesionales. Y por supuesto, en sus mesas han comido y cenado significativos golfistas. «Aquí hemos dado de comer a Juan Quirós, José Mª Cañizares o Manuel Moreno; Miguel Ángel Martín organizó una cena con Chema Olazábal y Miguel Ángel Jiménez». Velada por la que al preguntarle al profesional onubense, este recuerda de ella haber «comido muy bien». Julián sigue haciendo memoria: «Hemos servido a Blázquez, Balmaseda, mi buen amigo Sebi García Grout... difícil nombrar a todos. Pero todos, buena gente».

Actores, toreros, presidentes de clubes de fútbol británicos, federativos nacionales, empresarios locales y algún que otro alto cargo de una importante empresa automovilística extranjera, por ejemplo, entre sus clientes. Julián no da mucho más detalles. La sonrisa va siempre acompañada de discreción y prudencia.

Desde los 14 años

La de Julián es una vida, casi al completo, detrás de un mostrador o al servicio de los demás. Hijo de inmigrantes asturianos, Julián Rodríguez García (1971) nace en Bruselas. Y es allí donde da sus primeros pasitos en la hostelería, «limpiando vasos a los 14 años». Los del Centro Español. «Allí se reunían los compatriotas y se escuchaba música -enseguida le viene a la memoria Los Chunguitos- ... ¡me sentía genial!», dice recordando aquellos años. A los 16 ya era camarero oficial, aunque por mi edad «el dueño me pagaba el taxi para volver a casa». Con 28 años se viene a España, y Pilar de la Horadada (Alicante) se convierte en su nuevo hogar. «Porque un amigo me propone trabajar en su chiringuito, precisamente el que visitábamos en vacaciones. Mi mujer y yo decidimos hacer las maletas». Fueron años de mucho trabajo con una misma constante: «Pasaba de camarero a encargado. ¡Siempre me sucede!». Incluso decide montar su propio local -'El color del café'-, porque su inquietud en el trabajo no le permite acomodarse en una labor profesional rutinaria. «Necesito sentir que mejoro; que me enfrento a un nuevo reto».

Hace unos años al entrar en Mar Menor Golf Resort y fijarse en el hotel Intercontinental 5 estrellas, Julián ve en la apuesta de Polaris World un nuevo reto a la vista. Dejó su currículo y después de entrevistarlo «el 6 de julio de 2009, me mandan para dar servicio en El Valle». Ya no se ha movido de allí. Ha crecido con el complejo, con el servicio y con los clientes, viviendo a la par los diferentes cambios empresariales. Pero sobre todo, «aquí empezó mi madurez profesional y te diría que personal». El Valle y él han mejorado juntos. Y fiel a su inquietud por seguir haciéndolo, quiere convertir al Sándalo en una referencia para todo aquel que se acerque por primera vez a disfrutar de su cocina, de su terraza. «Yo no conocía Murcia hasta que surgió este trabajo; me descubrió una Región muy bonita y el restaurante, un gran local. Por eso me esfuerzo en darlo a conocer. En ese empeño estoy ahora, aunque se que es complicado traer gente aquí desde Murcia ciudad». Hecho que no le va a impedir empeñase en ello. Mira, me dice: «Hace un tiempo uno de Campoamor me dijo que había pasado 1.000 veces por delante del resort, pero hasta que un familiar no le habló del sitio, no entró. Ahora es un cliente. ¿Sabes por qué? Porque aquí damos un buen servicio. Además de nuestra carta -la comida es importante-, ofrecemos algo que la gente recuerda: simpatía. El secreto está en esa primera impresión». Y Julián vuelve a sacar el mejor arma de esa inicial impresión: la sonrisa.

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