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La vida de un futbolista profesional es intensa. José Antonio García Rabasco [Verza] (Orihuela, 35 años), se encuentra actualmente sin equipo en el que seguir dándole patadas a un balón. El oriolano afincado en Murcia disfruta en la actualidad de su etapa más familiar. Recuerda que salió de su casa con tan solo 12 años y no pudo pasar esos años con su gente, pero ahora no quiere desperdiciar ese tiempo con sus hijos.
Eso sí, Verza está en forma. «Sigo entrenando a diario unas cinco veces por semana y no cierro la puerta a volver, siempre que merezca la pena», dice el experimentado centrocampista. Acostumbrado a vivir con el ejercicio físico y el cuidado de su cuerpo desde que debutó en Primera División, a los 16 años, el centrocampista no esconde que no tendría el mismo «ritmo de competición» de sus compañeros del equipo en el que desembarcase, aunque sigue cuidándose y manteniendo su peso, ayudado por profesionales de la nutrición, para seguir 'a tono'.
35 años tiene Verza, quien ha jugado 5 temporadas en Primera División, ha disputado 266 encuentros en Segunda y más de 100 en Segunda División B.
El perfil de Verza está más que contrastado en el fútbol español. Villarreal acogió sus primeros pasos en Primera División. En la máxima categoría se estrenó con 16 años. El jugador dice que tuvo ofertas de clubes de Primera y Segunda RFEF, «además, de aquí cerca de casa, pero las condiciones no fueron las mejores». Para Verza, la proposición de un club debe ser «atractiva». En ese sentido, el futbolista aclara cómo tiene que ser la oferta que le convenza para volver a vestir de corto. «Tiene que ser un equipo con un proyecto deportivo que atraiga. En el que pueda entrenar por las mañana para compaginarlo con la familia». No sorprende que, pese a las propuestas que hayan podido llegarle desde la Comunidad Valenciana o la Región de Murcia, el pivote defensivo las haya declinado para poder mantener una vida plena con sus seres más cercanos. «Si no se da una propuesta así y no puedo jugar al cien por cien, prefiero quedarme como estoy ahora y apartarlo».
Y es que el nuevo sistema de competición que modificó la Segunda División B no ha caído muy bien a los futbolistas. Para muchos jugadores, como Verza, la reconfiguración ha supuesto un bajón para muchas entidades que estaban luchando por impulsarse al fútbol profesional. «Las nuevas categorías han hecho que los clubes lo tengan más difícil para profesionalizarse. Los salarios son más bajos y los jugadores tienen que compatibilizar el fútbol con otros trabajos».
Para José Antonio García Rabasco, Verza, el último capítulo de su dilatada trayectoria fue agridulce. Jugó en el Real Murcia, club del que siempre ha sido aficionado, «desde pequeño», y al que acudía a ver junto a su padre. Aterrizó en el mercado invernal en la pasada temporada procedente del Cartagena, donde no le dejaron «disfrutar el fútbol sin saber por qué». De sus meses como grana recuerda haber disfrutado en el terreno de juego, pese a la delicada situación que atraviesa el equipo. «La afición y la masa social te exige como al Real Murcia de siempre, pero el club tiene un problema económico evidente. Me queda la espinita de no haber conseguido dejar al Murcia donde se merece».
Recién cumplidos sus 35 años, después de 5 temporadas en Primera División, 266 encuentros disputados en la categoría de plata y más de 100 en Segunda División B, Verza no descarta volver a pisar el césped si se dan las condiciones idóneas para ello.
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