Un mileurista en La Hoya que toca el cielo a los 41

No pasaba su mejor momento tras salir por la puerta de atrás del Real Murcia, club del que fue despedido. Llevó a los granas a los tribunales al entender que la permanencia en Segunda del Murcia de Onésimo en 2013, aunque fuera por el descenso administrativo del Guadalajara, le aseguraba otro año más de grana. Pero la Justicia no le dio la razón. Estaba de capa caída y aceptó la oferta de un humilde La Hoya Lorca, que apenas pudo ofrecerle poco más de mil euros al mes.

El meta albaceteño aceptó un reto que cambió su carrera, en la que ya había vivido días muy grises como el del descenso del Real Murcia en Montilivi en mayo de 2010, cuando un balón se le escapó de forma accidental por debajo de su cuerpo llevando a los granas a Segunda B. Al menos, enmendó el error con el ascenso solo un año después. Tras lo del Artés Carrasco varios años después, donde firmó una campaña brillante ayudando a los de José Miguel Campos a alcanzar el 'playoff' de ascenso a Segunda, marchó al Piast Gliwice polaco.

Ahora vive una segunda juventud en Cádiz, al que ascendió a Segunda en la temporada 2015-16. Tras cuatro ejercicios en una categoría en la que ya había jugado con el Albacete, Ciudad de Murcia, Salamanca y Real Murcia, logró subir a Primera, donde debutó el pasado domingo. Además de ser el jugador más veterano en estrenarse en la máxima categoría del fútbol español con 41 años y 114 días, es el tercero de mayor edad en jugar en Primera, solo por detrás del inglés Harry Lowe, que lo hizo con la Real Sociedad con 48 años, y el portero Ricardo, que compitió hasta los 41 años y 154 días, marca al alcance de Cifuentes.

Un día histórico en el que la cara amarga fue el también portero Andrés Fernández. El totanero, recién llegado al Huesca, pudo hacer más en los dos goles del conjunto amarillo.