La torre de Babel del Lorca FC

Los dirigentes del Lorca FC, el presidente Roberto Torres por un lado y la firma inversora Génova Internacional por otro, han confeccionado una plantilla para competir en Tercera que es un compendio de medio mundo, con hasta 19 nacionalidades diferentes entre jugadores y cuerpo técnico. Una torre de Babel sobre el césped. Así, en el equipo solo hay cuatro futbolistas españoles: Samuel, Balboa, Jaime y Paco Asensio.

En total son 24 los jugadores con los que va a contar el entrenador, 21 del primer equipo y tres con ficha del filial, y entre los mismos aparecen representados los cinco continentes. El técnico, el popular Walter Pandiani 'El Rifle', es uruguayo, igual que uno de sus ayudantes y preparador físico, Walter Caprile 'El Brocha'. Ambos tendrán trabajo para hacer que los jugadores estén conjuntados, en una plantilla tan dispar y tan cambiada.

Además de los cuatro españoles, el país que más jugadores aporta es Argentina con otros cuatro: Caffettaro, De Giovanni, Gualteri y Grassi. Dos continentes solo cuentan con un representante, Oceanía con el australiano Alcorace y Asia con el indio Padita. El continente más representado es Europa, porque además de los cuatro españoles hay otros siete jugadores: Duka (Albania), Piort Gorzcyka (Polonia), Albán (Inglaterra), Tornike (Georgia), Recine (Italia), Cambra (Francia) y Ricardo Oliveira (Portugal). Cuatro son los jugadores de África: Hamza (Marruecos), Balden (Gambia), Mbacke (Senegal) y Ahmed (Egipto). Por último, hay que hacer referencia al continente americano, que además de los cuatro argentinos aporta otros tres jugadores: Nader (Canadá), Felipe Acosta (Colombia) y Chichero (Venezuela).

El Lorca FC se fundó con el nombre de La Hoya. El club de la Ciudad del Sol, con tres denominaciones -La Hoya CF, La Hoya Lorca y Lorca FC-, ha acogido 33 nacionalidades distintas. El país que más jugadores ha aportado es Argentina con 10 futbolistas. Ademas y, aunque parece que la plantilla está cerrada para la próxima temporada, no se puede descartar alguna sorpresa de última hora, porque aún queda una ficha libre.