El duelo de los expatriados

Y buenos ejemplos de ello son nuestras cuatro historias. Seguidores fieles a unos colores que no van a poder personarse en el rebautizado estadio Enrique Roca de Murcia pero que mandarán su aliento, a miles de kilómetros, para que los Chumbi, Elady, Armando, Cordero, Juanra o Araujo, entre otros, hagan el remate ideal o la jugada perfecta.

En México se encuentra Feli Hurtado. Tiene 29 años y vive en la capital (Ciudad de México). Lleva trece temporadas siendo socio del Murcia y este último verano decidió hacerse el 'abono fidelidad', quedando así ligado a la entidad murcianista para los próximos diez años. Reside en el país azteca por trabajo y hace malabares para poder ver al cuadro de Adrián Hernández. «Lo más curioso fue acostumbrarme al horario. Hay siete horas de diferencia y la mayoría de partidos me toca verlos mientras desayuno», relata el joven.

Feli considera el derbi «un encuentro especial». En su caso, por su experiencia personal, tiene motivos para pensarlo. «Yo estudié y viví en Cartagena, tengo amigos allí y un especial cariño a la ciudad», cuenta. Este aficionado grana cree que «los albinegros son los favoritos pero el Murcia de este año me ilusiona, porque es el resultado del esfuerzo que hicimos los murcianistas para salvar el club», indica alguien que considera a Adrián Hernández «el entrenador idóneo para el equipo».

Él apuesta por la victoria del cuadro primentonero por 2-1. Y anuncia además que ha conseguido que varios compañeros suyos mexicanos sientan también pasión por el grana. «De hecho, si hay una nueva ampliación de capital, tengo a varios convencidos para invertir», dice. Hay que recordar que en la última ampliación, en noviembre del año pasado, el nombre del Real Murcia recorrió todo el planeta. Fueron muchas las personas, y de variopintos lugares, las que se lanzaron a hacerse con acciones del club grana, llegando a sumar un total de 26.316 'dueños'.

Otro caso que explica bien lo que han cambiado las cosas en el club con más seguidores de la Región es el de Adrián Serna, murciano de 31 años afincado en Tokio (Japón) desde hace seis. Él nunca fue un habitual de la grada de la Nueva Condomina. Él era más de fútbol sala, muy fan de ElPozo. Y solo de pequeño, en alguna ocasión, vio al Real Murcia en directo. Pero todo cambió hace muy poco. «Por la situación que está pasando el club, me hice accionista. Todos los murcianos teníamos una responsabilidad con nuestra tierra, así que di el paso. Ahora, sigo al club y quiero que esté arriba, ya que es algo bueno para la ciudad y sus habitantes», razona.

Desde la capital nipona, Adrián tendrá que esperar un poco para poder ver el partido porque «el encuentro aquí es en la madrugada del domingo al lunes, a las dos de la mañana. Así que creo que lo veré en diferido al despertarme», confiesa. Aguardará con paciencia, por tanto, ya que en Tokio el reloj va ocho horas por delante con respecto a Murcia.

El Fútbol Club Cartagena, por supuesto, también tiene embajadores lejos de las fronteras regionales. Uno de ellos, un incondicional de toda la vida, anda por la gélida y pequeña localidad de Húsavík (2.200 habitantes), situada al norte de Islancia y a solo 50 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Allí está trabajando Guillermo Montoya, de 45 años.

Este cartagenero reconoce que «derrotar al máximo rival es una satisfacción que no se puede describir». A Guillermo le emociona ver el partido desde el extranjero, insuflando cartagenerismo a todo el que se le acerca. «Mis compañeros de casa, polacos, conocen al equipo de ver los partidos conmigo. Otro compañero, exinternacional lituano sub 21, estuvo concentrado en La Manga Club hace años. Presenció un partido en el Cartagonova y me comentó que le sorprendió bastante el estadio y el ambiente», relata Montoya.

Para este operador de puente grúa en una multinacional productora de silicio, el Efesé es el claro favorito «por plantilla, clasificación y juego. Los 17 puntos de diferencia no son por casualidad», recuerda.

También habrá derbi en Lisboa. El cartagenero José Pastor, de 26 años, lleva apenas quince días en la capital lusa. Tras doce años como abonado albinegro, afirma que lo que peor lleva, por ahora, es «no poder seguir al Efesé de la misma manera que antes». Tanto añora a su equipo que «le puse una excusa a mi nueva empresa para que esperasen unas semanas más y poder cambiar de ciudad más tarde, porque quería ver el derbi en el estadio antes de irme... Pero no coló», lamenta.

Opina José que «hacía tiempo que no veíamos a un Cartagena tan fiable. El Murcia es joven y ambicioso, pero claramente endeble». En Lisboa se juntará con conocidos para inyectarles en vena lo que es un derbi en la Región de Murcia. ¿Su apuesta? «0-2», expresa confiado.

Este partido, más que nunca, romperá fronteras. Son muchos los afcionados que no podrán ver el duelo junto a sus amigos y familiares. Feli, Adrián, Guillermo y José son cuatro representantes de su pasión, del amor a un escudo allá donde la vida les lleve.