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Kylian Mbappé cayó una y otra vez en fuera de juego. AFP
El Madrid cae en la trampa de Flick
Contracrónica

El Madrid cae en la trampa de Flick

El germano se estrenó en un clásico con una lección táctica magistral a Ancelotti

Daniel Panero

Sábado, 26 de octubre 2024

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El Real Madrid se estrelló en el clásico contra un enemigo invisible. Al margen de los goles, los fueras de juego fueron los grandes protagonistas de un partido en el que Hansi Flick firmó una tarjeta de presentación impecable contra el eterno rival con una trampa de la que jamás pudieron salir los Mbappé, Vinicius y compañía. Los blancos se frustraron hasta en once ocasiones y vieron como lo que parecía una vía directa contra la portería de Iñaki Peña acabó siendo una tortura y una pesadilla, la noche en la que los linieres sudaron de lo lindo y terminaron con agujetas en el brazo.

Y eso que el plan de Ancelotti parecía no tener fisuras. La defensa del Barcelona estaba a cincuenta metros de su portería y eso era una invitación para que los Camavinga, Valverde o Tchouaméni buscaran balones largos a la espalda de los centrales. Ese fue el Plan A, el B y hasta el C. Cada pelota al espacio era respondida por un paso adelante al unísono de Balde, Iñigo Martínez, Cubarsí y Koundé y por una sonrisa socarrona de un Flick que entendió muy pronto que su idea iba a cuajar en la noche más importante desde que decidió firmar por el Barcelona.

El tiempo le dio la razón en una primera parte en la que los blancos cayeron ocho veces en fuera de juego y omitieron una batalla por el centro del campo en la que Pedri y Marc Casadó camparon a sus anchas. Si al canario le respetan las lesiones puede ser el metrónomo azulgrana en la próxima década, mientras que el 17 parece que lleve toda la vida siendo el pivote culé. Entre los dos se merendaron a una medular más física como la del Real Madrid, pero que continuamente cayó en la precipitación al buscar por la vía rápida a Mbappé.

La táctica de Flick sirvió también para incomodar en campo contrario a un Real Madrid poco habituado a rivales tan agresivos sin la pelota. El Barça mordió cuando los blancos no tenían receptores libres y dejó libertad para conducir a Rudiger y Mendy, dos jugadores que no tienen tanta facilidad para encontrar a jugadores entre líneas. Así, acabó desesperando al equipo de Ancelotti, que sin alternativas, terminó por desorganizarse en la segunda mitad, momento en el que los azulgranas dieron un paso al frente y pasaron por encima al eterno rival.

Un Barça vertical

Los culés dieron el golpe mostrando al mundo la evolución que Flick ha llevado a cabo en apenas tres meses. El Barça es un equipo que mezcla como pocos la pausa con la pelota con el juego directo contra la portería contraria. Se pudo ver en el primer tanto cuando Lewandowski ganó la espalda a los centrales y, sobre todo, cuando el Real Madrid se abrió para buscar la remontada. El equipo azulgrana no contemporizó y quiso más y más, como aquella vez en la que su Bayern le hizo ocho goles al Barça. Es el sello de Flick, noventa minutos sin cuartel que fueron rematados por Lamine Yamal y Raphinha.

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