El Barça se agarra de nuevo a la Liga

El Barça cumplió este domingo en el Sánchez Pizjuán y se metió de lleno en la lucha por la Liga. El conjunto de Hansi Flick goleó al Sevilla en un partido sin alardes en el que le bastó con ser eficaz para llevarse el gato al agua. Los tantos de Lewandowski, Fermín, que vio la roja, Raphinha y Eric García, bastaron para lograr tres puntos que sitúan a los azulgranas a dos puntos del liderato y que ponen el campeonato al rojo vivo con Real Madrid, Atlético y Barça en apenas dos puntos.

Y es que era un partido crucial para el Barcelona y se notó desde antes incluso del inicio. Los rostros serios de los azulgranas contrastaron con un Pizjuán que gritaba a pleno pulmón, como si los aficionados del Sevilla pudieran dar el primer empujón a los de García Pimienta. Enfrente estaba un equipo capaz de avasallar a cualquiera. Flick puso, además, un once reconocible en el que dio descanso a Cubarsí, en el que Frenkie de Jong repitió en la medular junto a Pedri y en el que volvía Gavi a la mediapunta. Todo ello detrás de un tridente que mete miedo.

El once era una declaración de intenciones para el Barça. El estilo es innegociable y los azulgranas se plantaron en campo rival y asfixiaron a un Sevilla que debía adaptarse a ese nuevo escenario. Fue así porque los hispalenses, acostumbrados a tener la pelota, cedieron metros y vieron cómo el Barça fue capaz de dotar al juego de una buena circulación y de apariciones desde los costados de Lamine Yamal. Precisamente, el Golden Boy fue el primero en avisar con una volea que Nyland resolvió con una parada de esas que aparecen en los pósters de cualquier adolescente que quiera ser portero.

Fue una demostración rápida de lo que iba a ser la primera parte. Al Barça siempre le va la marcha y el Sevilla no iba a rehuir el intercambio de golpes. Así llegó el gol de Lewandowski tras un centro que descolgó Iñigo Martínez y que remató el polaco a la red, y así llegó, casi de inmediato, el empate de los locales. Y es que la defensa adelantada de los de Flick puede ser la mejor arma para los azulgranas o una táctica suicida. Todo es cuestión de centímetros y esta vez fue Saúl el que sacó tajada para correr al espacio y regalar el gol a Vargas.

Fue el culmen en un primer acto que fue de más a a menos y que se fue embarullando por las interrupciones. Araujo tuvo que retirarse con problemas físicos y el ritmo de los azulgranas se frenó a medida que aparecieron los imprevistos y que funcionaba la trampa del Sevilla. García Pimienta pobló la medular con tres centrocampistas que anularon a Gavi y que fueron capaces de ofrecer ayudas de forma constante a los laterales hispalenses. Con esa receta, la producción ofensiva del Barça no fue la habitual y apenas dos disparos desde la frontal de Koundé y Lamine Yamal pudieron inquietar a un Sánchez Pizjuán que vivía una noche relativamente cómoda.

Tras la reanudación el Barça volvió a la carga. Flick detectó que su equipo necesitaba más llegada desde la segunda línea e introdujo a un especialista en esa tarea. Fermín entró en el terreno de juego y no necesitó tocar un solo balón con los pies para ver portería. Llegó al área y mandó a la red con un cabezazo un pase milimétrico de Pedri. Fue el punto de inflexión en el partido que necesitaba un Barça que ahora sí tenía contra las cuerdas al Sevilla. Pedri y De Jong rompían líneas con facilidad y la movilidad de Fermín y Raphinha era indetectable para la defensa hispalense. En una de esas, el brasileño recibió en la zona de tres cuartos y demostró que vive el mejor momento de su carrera. Se giró, regateó a su par y soltó un derechazo inapelable para Nyland, que debía preguntarse cuál es la pierna mala del ex del Leeds, que ya acumula 24 goles en lo que va de temporada.

Todo apuntaba a una noche plácida para el Barça, pero cambió en un instante tras un balón dividido en el que Fermín no midió bien y vio la cartulina roja por una durísima entrada a Sow. A partir de ahí, los de Flick tuvieron una nueva prueba de madurez. El técnico germano, que ya sufrió en Vigo en un contexto similar, retiró a Lewandowski y De Jong y metió en el campo lo que él ha definido en rueda de prensa como 'fresh legs' (piernas frescas).

Eric García y Dani Olmo renovaron a los azulgranas en la medular y el Barça llegó a la recta final sin demasiados sobresaltos. Lo hizo a través de un Pedri que volvió a ser uno de los jugadores más destacados y que supo aplicar somnífero a un partido que amenazaba con entrar en ebullición. Eric García puso el cuarto tras un balón parado y cerró un triunfo que sirve al Barça para acercarse a dos puntos del líder y para depender también de sí mismo para ser campeón.

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