Doce detenidos por los incidentes antes y después del Athletic-Roma

Sin embargo, tres horas antes del inicio del partido, en la calle Iparraguirre del centro de la capital vizcaína había decenas de aficionados del equipo italiano divirtiéndose entre pintxos y cervezas. Se respiraba buen ambiente. Eran personas de todo tipo: familias con niños, grupos de amigos... Salvo algún esporádico «va fan culo Bilbao», todo eran risas y cánticos de apoyo a la Roma.

Todo cambió cuando la afición del equipo romano llegó a las inmediaciones del estadio San Mamés. Fue entonces cuando se desencadenaron los enfrentamientos entre grupos de ambas aficiones que se saldaron con una docena de detenidos y varias personas arrolladas por la muchedumbre.

La chispa saltó cuando la afición romana, escoltada por numerosos policías, subía por Sabino Arana. Un grupo de ultras italianos completamente vestidos de negro -a los que no se había visto por Iparraguirre- se enfrentaron con hinchas del Athletic que les estaban esperando. Ahí se produjo el primer choque violento y la primera carga policial.

Los incidentes más graves se produjeron cuando la afición romana llegó a las inmediaciones del vallado que se había colocado, precisamente, para mejorar la seguridad y evitar incidentes como los que se han producido en los últimos años en otros partidos europeos de alto riesgo. Habían muchas personas esperando a los aficionados de la Roma en la intersección de la calle Poza. Apenas les separaban diez metros. Entre las vallas y los bares y comercios que hay en la zona tampoco hay mucho espacio.

El resultado fue que cuando comenzaron los enfrentamientos entre radicales se produjo una especie de embudo con golpes, heridos e incluso personas mayores que viven por la zona que acabaron golpeadas en el suelo. Dentro de la zona restringida también se produjeron incidentes -con dos guardas de seguridad heridos- después de que radicales italiano tratasen de entrar al estadio con hebillas metálicas.

Los comercios que se encuentran en esa zona vivieron los incidentes de cerca. Ya les habían dicho que debían retirar las terrazas y otras limitaciones. Se preparaban para no facturar lo habitual. Pero cuando comenzaron los altercados directamente tuvieron que bajar la persiana. Eso fue lo que tuvieron que hacer los responsables del estudio de tatuaje Anonymus. Uno de sus trabajadores explicaba que vio a un amplio grupo de radicales de la Roma sacar sus «cinturones» para atacar a los hinchas del Athletic.

En el bar el Pacífico tuvieron una experiencia similar. Se trata de un pequeño local justo enfrente de San Mamés por el que pagan unos 2.500 euros de alquiler y que prácticamente sólo les da rendimiento los días de partido Sus encargados explican que empezaron los golpes y tuvieron que cerrar las puertas para evitar problemas. Cuando volvieron a abrir había vasos rotos por todas partes y media docena de balas en el suelo que había perdido un agente en medio de los altercados. A ellos, lo que realmente les duele es «los aproximademente 4.500 euros» que dejaron de ingresar por los altercados y las limitaciones.

Una vez controlada esta situación, radicales del Athletic lanzaron botellas, latas, bengalas y pertados contra los agentes de la Ertzaintza. Y cuando parecía que la tormenta sería un recuerdo, cuando acabó la batalla deportiva sobre el césped, llegó una nueva sucesión de cargas policiales para frenar a los violentos y también diferentes incidentes en el exterior. Al final, el saldo fue lde doce detenidos. Seis antes del partido y otros tantos después, además de una persona investigada y 15 agentes heridos o lesionados de diversa consideración.