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Daniel Panero
Miércoles, 5 de marzo 2025, 23:17
El Barça dio este miércoles un paso al frente para estar en los cuartos de final de la Liga de Campeones. El conjunto que dirige Hansi Flick se impuso al Benfica en un encuentro marcado por la tempranera expulsión de Cubarsí en el minuto 22 y por la resistencia de los azulgranas, que supieron adaptarse al nuevo guion de partido y dar un golpe encima de la mesa gracias a un tanto de Raphinha y a las paradas de Szczesny. El Lluis Companys dictará sentencia, pero el Barça ya lleva ventaja en el marcador y también psicológica.
El partido comenzó como si no hubiera un mañana. Benfica y Barcelona se lo pasaron en grande en el colosal 4-5 de la fase regular de la Champions y no decepcionaron en un inicio en el que los dos equipos fueron una manada de lobos. Flick puso un once con toda la artillería, incluido Dani Olmo, que debía asumir galones en la mediapunta y Frenkie de Jong, quizá el antídoto para evitar un nuevo correcalles. Esa era la idea con el jugador neerlandés, que debía llevar el timón junto a Pedri, pero la realidad es que Da Luz siempre genera una atmósfera capaz de convertir cualquier partido en un manicomio. Que se lo digan a Sczcesny, que perdió los papeles el día del 4-5 y que ejerció de salvador esta vez nada más empezar con una mano descomunal a Akturkoglu.
Esa jugada ya fue un aviso a navegantes para los azulgranas. De poco sirvió que el plan de Flick saliera bien durante 20 minutos o que De Jong y Pedri aplicaran anestesia a un encuentro ingobernable. Todo cambió tan rápido como en Mónaco. Aquel día fue Eric García el que se marchó a la caseta al poco de empezar y esta vez fue Cubarsí, víctima de la defensa adelantada blaugrana y de la pillería de Pavlidis, que avanzó como cuchillo en mantequilla. El griego obligó al joven central a ir a una pugna en la que tenía poco que ganar y mucho que perder. Zwayer no lo dudó. Roja directa al impedir una ocasión clara y partido cuesta arriba en inferioridad numérica con 70 minutos por delante.
Benfica
Trubin, Tomás Araújo (Dahl, min. 57), Antonio Silva, Otamendi, Carreras, Aursnes, Barreiro (Belotti, min. 70), Kokcu (Renato Sanches, min. 84), Akturkoglu, Pavlidis (Cabral, min. 84), Schjelderup (Rego, min. 70).
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Barcelona
Szczesny, Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez, Balde, Pedri, De Jong (Marc Casadó, min. 79), Lamine Yamal (Ferran Torres, min. 56), Dani Olmo (Araujo, min. 28), Raphinha y Lewandowski (Gerard Martín, min. 79).
Gol: 0-1: min. 61, Raphinha.
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Expulsó a Cubarsí y amonestó a Barreiro, Iñigo Martínez, Araujo, Antonio Silva, Álvaro Fernández y Joao Rego.
Incidencias: Partido de ida de octavos de Champions disputado en el Estadio de Da Luz ante 64.000 espectadores.
Los dos entrenadores supieron entonces que las prioridades habían cambiado. Mientras Bruno Lage se afanaba en instar a los suyos a dar un paso al frente y aprovechar la ocasión, Flick daba un paso atrás sacando a Araujo por Dani Olmo. El objetivo era reorganizar al equipo sin trastocar la estructura y no perder tampoco la capacidad para hacer daño gracias a los jugadores del tridente ofensivo. Dicho y hecho. El Barça cedió metros, pero no perdió la chispa en ataque. Lo hizo con De Jong y Pedri asumiendo menos riesgos, siendo más posicionales, pero con Lamine Yamal y Raphinha siendo dos balas permanentes con las que dar sustos al contragolpe. Así llegaron dos envíos que sirvieron como avisos para el Benfica y para animar a un Barça que había sufrido un golpe importante, pero que sabía que el guion del partido no iba a ser solo resistir.
Tras la reanudación la sensación era que todo podía pasar. Da Luz apretaba de lo lindo y el duelo se partía por momentos a la espera de que llegara un último pase que desatascara el encuentro. Lage aglutinó a un futbolista más en la medular e instó a Carreras a que ensanchara el terreno de juego y exigiera mucho más defensivamente a Lamine Yamal, poco acostumbrado a sacrificios defensivos durante tantos minutos. Fue ahí cuando el Barça sufrió de verdad tras varias internadas en las que el lateral español puso en jaque a Koundé y después de que Szczesny, en su mejor partido como azulgrana, apareciera de nuevo para sacar una mano portentosa después de un remate a bocajarro de Aursnes desde la frontal del área.
Fue el momento más crítico de un Barça que supo reorganizarse alrededor de la pelota. Flick dio entrada a Ferran Torres por Lamine Yamal para tapar las continuas subidas de Carreras y Pedri cogió galones para poner la pausa que necesitaban los azulgranas. El canario fue otra vez la brújula a la que agarrarse y frustró a un Benfica que terminó disparándose en el pie tras un mal pase que Antonio Silva que fue a caer al peor enemigo posible. Raphinha aceptó el regalo y se sacó de la manga un latigazo desde fuera del área imparable para Trubin, que solo podía maldecir las oportunidades marradas. Fue el culmen de un Barça que supo adaptarse a un guion complicado, que logró sobrevivir gracias a las paradas de Szczesny y que terminó el partido demostrando una prueba de madurez en la que fue incluso capaz de terminar ganando el encuentro y emparejando la posesión con su rival. Los culés sufrieron en Da Luz, pero ya están más cerca de certificar el pase a cuartos.
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